Araguato o mono aullador |
De los viejos queridos, mis padres, tíos y abuelos, siempre tengo presente su humanidad, su particular modo de asumir cada día, su rectitud ante la adversidad, ante la cual solo recurrían a su cantera de dichos, expresiones y refranes; grabados en mi memoria, su más preciada herencia para mí.
Mamá en eso de dichos y refranes, también era muy vernácula, son tantísimas las que evoco las que vienen a mi memoria en la ocurrencia del momento del hecho que las merece expresar, si me las pongo a enumerar quedarían muchas expresiones fuera del manojo de refranes, dichos y expresiones populares, verdaderas creaciones del acervo coloquial de nuestro criollo español y otros que vienen allende el mar océano, desde la hispana madre patria.
Mamá en eso de dichos y refranes, también era muy vernácula, son tantísimas las que evoco las que vienen a mi memoria en la ocurrencia del momento del hecho que las merece expresar, si me las pongo a enumerar quedarían muchas expresiones fuera del manojo de refranes, dichos y expresiones populares, verdaderas creaciones del acervo coloquial de nuestro criollo español y otros que vienen allende el mar océano, desde la hispana madre patria.
Entre tantos dimes y diretes, traigo algunos del "Refranero Popular" folleto editado y recopilado por mi hermano Frain Cesar Reyes Labarca, otros de mi memoria, en los encuentros con aquellos venerados viejos nuestros, solo por citar algunos… -Bueno es el Cilantro pero no tanto-, -Burro amarrao leña segura-, -Cachicamo trabaja pa´Lapa-, -el que ama el peligro perece en el-, -como piojo en cabeza de calvo-, -Creen que la Luna es pan de horno-, -el que trabaja no come paja-, -cuando el pobre sale siempre llueve-, -el que no sabe es como el que no ve-, -después del ojo saca no vale Santa Lucia-, -el que nace pa´cornuo es frentón desde chiquito-, -el que pisa en tierra llana nunca tiene tropezón-, -dime con quién andas y te diré quién eres-; sabios proverbios que expresados de modo coloquial contienen todo un mensaje a quién discierne tal cual como dice el refrán –el que no oye consejo no llega a viejo-.
Algunos de estos vernáculos pensamientos son charadas a las que es menester poner cuidado en su interpretación, como estos… -cójeme ese trompo en la uña a ver si tataretea-, -el que no tiene dientes aprieta con la encía-, -el tropezón enseña a sacar el pie-, -el que te aconseja pudiendo ayudarte no es amigo tuyo-, -no le dije perro pero le mostré el tramojo-, -hombre miedoso no besa mujer bonita-, -creen que el mono es oso porque lo ven pelúo-, -más vale ser cabeza de Ratón que cola de León-, y esta perla –Mapurite sabe a quién pea-.
Los refranes son dichos breves, que representan algún aspecto del sentido común o de sabiduría popular. |
También los dichos, frases, y divertidos trabalenguas, los colmos, chistes y muchos mas, han sido creados para transmitir de forma entretenida pensamientos de prudencia para un mejor vivir. |
Los refranes pueden ser entendidos como proverbios. Refranes y proverbios son sinónimos. La palabra refranes, viene del francés refrían. La palabra proverbios, proviene del latín, proverbium. |
Otra, cuando una persona te pregunta al saludarte ¿Cómo estáis? Vos le respondéis así, -como tres en el anca del Burro y la capotera atrás- como una manera de decir que la situación esta mal, muy incomoda, pues de hecho es realmente dificultoso, para tres personas trasladarse sentadas sobre un jumento y detrás de ellos, la capotera ésta es, según el citado diccionario, una bolsa de viaje hecha de lienzo grueso y resistente, abierta por los extremos y provista de cordones para abrirla y cerrarla.
Los refranes o proverbios, expresan verdades básicas de la vida o algún tipo de concepto práctico sobre el quehacer humano. |
Antes era muy usual el acompañamiento con chaperones o chaperonas, entiéndase acompañantes al cuido y resguardo de las parejas, generalmente un hermano, hermana o prima de la novia, pues el novio iba solo a visitar a su novia; tratábase entonces que dichos acompañantes eran distraídos por los novios mediante subterfugios que si anda y nos compras unos helados, o cafés, unas golosinas, en fin cualquier excusa, para así aprovechar ese breve espacio de tiempo para darse un efusivo beso a solas; como le sucedió a unos viejas primas, cuyos novios se perdieron en la majada de San Luis, al regresar la parejita, entre la euforia de la señora madre y de los novios, la novia algo disgustada por la aptitud de su progenitora le replicó, -caramba mamá ya yo estoy bastante mayorcita para saber lo que me conviene- ante cuya justificación la tía le recriminó con este refrancito –entre la mujer y la gaviota entre mas vieja mas loca- y caso cerrado.
También se cantaba, los cantos de peonada de jornaleros, de ordeño, de arrieros de ganado, en fin; de esos cantos rememoro uno que me enseñó mamá quién se lo enseñó mi abuela Mamá Carmela, contaba mamá añorando su juventud, como en plena majada del Hato "San Luis" en aquellas noches colmadas de estrellas, cuando asomada por el oeste la Luna en creciente, la abuela querendona daba sus acciones de gracia a la Luna, compañera sempiterna del agricultor en sus faenas del campo, para la siembra y la cosecha, para la poda de las plantas y la castración de los animales, y para su cruce y para su cría; mirando hacia la Luna de cachitos, decía cantando así... -Bienvenida seas Luna guerría, mi corazón se alegra y mi alma se ríe, Dios que te hizo para crecer y menguar, danos vida y salud para verte acabar-, ese es el canto a la Luna según me contó mamá.
También se cantaba, los cantos de peonada de jornaleros, de ordeño, de arrieros de ganado, en fin; de esos cantos rememoro uno que me enseñó mamá quién se lo enseñó mi abuela Mamá Carmela, contaba mamá añorando su juventud, como en plena majada del Hato "San Luis" en aquellas noches colmadas de estrellas, cuando asomada por el oeste la Luna en creciente, la abuela querendona daba sus acciones de gracia a la Luna, compañera sempiterna del agricultor en sus faenas del campo, para la siembra y la cosecha, para la poda de las plantas y la castración de los animales, y para su cruce y para su cría; mirando hacia la Luna de cachitos, decía cantando así... -Bienvenida seas Luna guerría, mi corazón se alegra y mi alma se ríe, Dios que te hizo para crecer y menguar, danos vida y salud para verte acabar-, ese es el canto a la Luna según me contó mamá.
Araguatos en plena selva aullando para marcar su territorio de otras especies. |
Decía que también se cantaba, en charadas y consejas, antes los viejos lo hacían durante sus faenas diarias, sanamente y entre amigos, muchas veces en doble sentido, para pasarla bien, una de esas canciones un poco mas o menos decía así… -el Araguato y ruco y ruco, el Araguato y ruco y ruco, el Araguato y ruco y ruco, el Araguato y ruco y ruco, el Araguato de Doña Manuela masca tabaco y no tiene muelas, y ruco y ruco- y de ese modo repetían el estribillo entre versos cachimberos repentistas de los jornaleros, echando varilla (bromeando) sobre las andanzas de Doña Manuela, animándose entre sí reían, mientras la pala entre sus manos rasgaba la tierra agreste de los campos, para sembrar las semillas del sustento diario familiar. Pero a todas éstas, vaya Ud. a saber… ¿Cuál era el Araguato sin dientes de Doña Manuela?
José Luis Reyes Montiel.
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