sábado, 29 de octubre de 2016

Mi amigo Gerardo.

En este mundo cruel y efímero, historias hay por montón, en términos generales no me quejo tanto de mis relacionados, amigos y familiares como seres humanos que son sino respecto aquellos que, y a todos nosotros nos ha pasado, algunas que otras vivencias de protervos episodios con uno de esos congéneres de nuestra cotidiana existencia.

Caer en generalizaciones es impropio de la equidad, pues seria injusto respecto de aquellos de buen proceder y con sentido de honestidad, integridad, bondad y honradez; pero resulta que nos topamos a diario con cada espécimen que para el pelo, que decepcionados tildamos inmerecidamente al resto de la humanidad como perversa e injusta. 

El viejo tango argentino “Cambalache” nos pasea musicalmente en música y letra por un retrato, algo desconsolador de estas apreciaciones,  originalmente compuesto en el año de 1934  por Enrique Santos Discépolo, para una película intitulada “El Alma del Bandoneón” fue estrenada en el Teatro Maipo a fines de ese mismo año, pero la canción fue censurada para su difusión radiofónica en el año 1943, en el marco de una campaña iniciada por el gobierno militar que obligaba suprimir el lenguaje inapropiado, así como cualquier referencia a expresiones consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país argentino.

Sin embargo, el tema Cambalache permaneció en el tiempo y entre los temas  predilectos de los argentinos, en bares y entre los juglares de barriada, siendo los tangos canciones de humanismo existencial, vida, amor y muerte, en el caso de Cambalache la dura denuncia en su letra protestando una humanidad corrompida, su letra acompañada de su música de tango, febrilmente conmociona a todo buen oyente; fue así como las restricciones a su difusión continuaron durante  el gobierno constitucional del General Juan Domingo Perón, pero nada pudo hacer para evitar el conocimiento que tuvo Cambalache en el público y su inevitable salida fuera de las fronteras argentinas, muy a pesar que en el año 1949 se ordenó al Administrador de Correos y Telecomunicaciones que prohibiera la salida de grabaciones en acetato del insigne tango, sin resultado alguno, entonces una audiencia de la empresa discográfica con el General Perón, logró que el 25 de marzo de 1949 el entonces Presidente Perón afirmando que ignoraba la existencia de esas prohibiciones y restricciones las dejó sin efecto legal.

Si bien la canción tuvo un origen y un contexto en el tango argentino, su letra denunciando los males de su sociedad la transforman en un tema universal y aplicable a cualquier país del mundo, pues representa a la sociedad humana ayer, de hoy y de siempre, siendo un tema vigente en cualquier época.

"Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao... Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón. ¡Pero que falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón! Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón.

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil. ¡Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley".
Enrique Santos Discépolo.

Ahora bien, a mi no me gana el pesimismo, sigo pensando en una humanidad en positivo, hermanada y generosa, sigo aferrado en la búsqueda del “hombre justo y honrado” a decir de nuestro gran Venezolano y hombre notable del siglo XIX, Doctor José María Vargas, sabio, medico y civilista, siendo Presidente Constitucional de Venezuela en el breve lapso entre 1835-1836, durante la mal llamada “Revolución de las Reformas” en un hecho histórico sin precedentes,  ante el arresto domiciliario al que es sometido por el inefable Pedro Carujo y ante las arengas que le pedían su dimisión a su cargo como Presidente de nuestro país, Carujo lo conmina así… — "Señor Vargas, el mundo es de los valientes." A lo cual el sabio Vargas le replica… — "No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia." (8 de junio de 1835). Este “Carujo” por no decir Carajo, fue el mismo que participó en el atentado de la triste noche septembrina en la ciudad de Bogota contra la vida de El Libertador Simón Bolívar el día 25 de 1828.

Es así como he conocido gente mala de verdad pero también gente buena, honesta, trabajadora y sensible, y es el centro de estas reflexiones, se trata de mi amigo Gerardo, sencillo, moralmente conformado, si alguna tacha tiene como todo ser humano, porque …el que este libre de pecado que lance la primera piedra, la ecuanimidad y honradez de mi buen amigo Gerardo la compensa cualquiera de sus debilidades, en sus obras ante el Señor Dios, pues como cuenta también las parábolas de Jesús de Nazaret …por sus frutos los reconoceréis.

Gerardo el buen caminante, tomándose en serio aquello de …caminante no hay camino se hace camino al andar del poeta español Antonio Machado, se va desde nuestro lugar de trabajo hasta su residencia, situada al oeste de nuestra ciudad, morral al hombro, donde guarda sus enseres de vestir, jabón de tocador, cepillo y crema dental, llega y sale con su mono y franela, se lava al llegar a la oficina y se cambia a ropa formal, pasa el día en su trabajo y luego nuevamente cual Superman se cambia en el baño y se pone nuevamente su atuendo de caminante para regresar a su casa, cordial y diáfano en su trato, claro y preciso, sin rodeos al hablar, va directo, y te dice su pensar ante ti, te guste o no, es su palabra y aptitud, te hace un favor o te lo niega sin matices porque tampoco es pendejo, ese es Gerardo mi amigo. Por eso, por conocer personas como Gerardo, es que soy optimista y como en un “Himno a la Alegría” del poeta, dramaturgo, filósofo e historiador Alemán Friedrich Schiller, celebro al hombre nuevo, reconciliado con la naturaleza justo y honrado.

Friedrich Schiller
En 1793, Ludwig Van Beethoven conoció la obra y enseguida quiso musicalizar el texto de Schiller, surgiendo así la idea que acabaría siendo con los años la Novena Sinfonía en RE Menor de Beethoven, en su último movimiento escrito para coros, solistas y orquesta.

Original con Traducción
O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude! ¡Oh amigos, no en esos tonos!
entonemos otros más agradables
y llenos de alegría
¡Alegría! Alegría!
Freude, schöner Götterfunken
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt. Alegría, bella chispa divina,
Hija del Elíseo,
penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste! en tu santuario
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
Y todos los hombres serán hermanos,
bajo tus alas bienhechoras.
Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein;
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja, wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer's nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund! Quien logró el golpe de suerte
De ser el amigo de un amigo;
Quien ha conquistado una noble mujer,
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí, que venga aquel que en la tierra
pueda llamar suya siquiera un alma!
Y quien jamás lo ha podido,
¡Que se aparte llorando de nuestro grupo!
Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur;
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.
Küße gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod;
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.
Vor Gott! Se derrama la Alegría para todos los seres
por todos los senos de la Naturaleza;
Todos los buenos, todos los malos,
Siguen su camino de rosas.
Ella nos dio los besos y la vida,
Y un amigo, probado hasta en la muerte;
Al gusanillo fue dada la voluptuosidad,
Y el querubín está ante Dios.
¡Ante Dios!
Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächt'gen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig, wie ein Held zum Siegen. Alegres, como vuelan sus soles
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta,
Alegres, como el héroe hacia la victoria.
Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuß der ganzen Welt!
Brüder, über'm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.
Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such' ihn über'm Sternenzelt!
Über Sternen muss er wohnen. ¡Abrazaos, millones de seres!
¡Este beso para el mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Habita un padre amante.
¿Os prosternáis, millones de seres?
Mundo, ¿presientes al Creador?
¡Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!

JLReyesM








sábado, 22 de octubre de 2016

La Mesa de Planchar.

En casa había una vieja mesa de largas patas y de forma rectangular, tenía una de sus gavetas dispuestas de tal manera que comunicaba por su parte superior y desde su tabla con unas ranuras de varios tamaños al modo de una alcancía, la otra era paar guardar los billetes, resulta que esa mesa era la caja para depositar el dinero producto de las ventas de la Molienda “La India” de  mi padre Pascual Reyes Albornoz, situada en la esquina de la calle Casanova en  plena barriada Empedraera; todavía su frontis se levanta erguido y orgulloso a los ojos del transeúnte dando su cara al Sol cada mañana frente a la placita de dicho sector marabino, resistiendo al tiempo. En esa  bella y vieja época de Moliendas, maíz pilado, café en grano recién molido y fideos cabello de ángel; el ambiente de la ciudad de Maracaibo con sus calles estrechas, altas casas y su gente cordial y amable, atenta siempre hacerte favores aunado al dialecto nuestro y nativo de estas tierras, castellano enrevesado y antiguo, circunscrito y aislado como estuvo por centurias del resto de la geografía nacional, caracterizó a nuestra región y la perfilo durante años como cuna de cultura y hombres creativos, artesanos y trabajadores.

Mi padre hombre trabajador desde niño, me contaba mamá que le conversaba papá sobre su infancia en Santa Lucía junto a sus 10 hermanos, y tal como me indicó mi linda sobrina Mharta de los tíos eran Román, Nectario, Reynaldo, José del Carmen, Pascual (Papá) y Carlos Luis y de las tías eran Lucia, María Jesús, Sara y Victoria “Toya” la tía alegre y querendona que conocí y a tío Román y Carlos Luis en sus tradicionales rondas domingueras con mi padre Pascual, rodeados del compadre Hermogenes Ortigoza, el compadre José Bravo (El último moliendero) y el compadre Manuel Emiro Vasquez; por cierto y no podía dejar de hacer mención que en una ocasión estuvo en casa dando una serenata (Contratado por los tíos y echandose los tragos con ellos) el Cantor de todos los Tiempos Don Armando Molero con su guitarra y tuve la grata experiencia de conocerle y escucharle en su potente y diáfano canto.

Llegose entonces Papá y sus hermanos, desde su natal pueblo Mirandino de Los Puertos de Altagracia a aquella antañona barriada Empedraera a la edad de ocho años, si papá el nació en 1904 sería un poco más o menos por el año 1908 cuando se establecieron en la casa de su tía “Pancha” (Francisca Albornoz) junto a su señora madre (mi abuela) Sara Albornoz de Reyes, penoso y doloroso traslado a nuestra ciudad de Maracaibo, resultado de la trágica muerte del abuelo Ezequiel Reyes, quién había sido vilmente asesinado por manos criminales de unos reos apresados por el abuelo, quién para entonces fungía como jefe civil de aquella población costera al otro extremo de nuestro lago y de esta ribera Maracaibera. 

El asunto que yo les contaba, fue que la abuela Sara viuda como estaba se mudó a Maracaibo, buscando el apoyo de su hermana residenciada en una casa de Santa Lucia, y entre la tía “Pancha” y la abuela, levantaron aquella carrantanga de muchachos, para lo cual las hermanas Albornoz preparaban para la venta Mandocas y Empanadas, y los tíos aún muchachones azafate al ristre partian al Mercado Principal de Maracaibo para vender las tradicionales tentempiés zulianos para el desayuno de su clientela. 

Papá, tío Román y tío Carlos Luis, echándose los tragos recordaban los trabajos que tuvieron que asumir desde infantes para mantenerse y apoyar a su señora  madre, hermanas y a la querida tía “Pancha” tanto así que ésta sobrevivió a la abuela Sara y hasta último momento de su longeva existencia todos los tíos mantuvieron su ancianidad y lloraron como a su propia madre a la tía “Pancha” aún residente hasta su acaecida muerte en el Empedrao.

De tal manera, que volviendo al tema de la alta mesa de la Molienda de papá, sus ranuras de la tabla de su parte superior permitían el deposito clasificado por sus diversos tamaños, de las diversas denominaciones de monedas por su valor, desde los famosos Cachetes grandes monedas de plata que años antes a principios del siglo XX eran de oro, llamados así pues abarcaban adosados prácticamente la mejilla de una persona, luego venían las monedas de a 2 Bolívares, la de 1 Bolívar el real, el medio, la locha y los cobritos, éstos últimos así llamados porque eran de metal de cobre puro por ser los céntimos del Bolívar como nuestro signo monetario. 

Por la altura de la mesa y su fornida madera, mama la empleaba como mesa para planchar la ropa, colocaba sobre ella un aplique de fique y sobre éste una tela gruesa de lona blanca; recuerdo claramente como desde una bombilla de luz destinada sobre la mesa desde el Horcón del techo del comedor de casa, mamá enchufaba la plancha desde un aplique múltiple de material de baquelita color marrón de donde se sostenía la bombilla, hiendo y viniendo girando y destellando su luz sobre las paredes y el piso, sonando la cadenita contra la bombilla que colgaba sobre el sostén de la luz para encenderla y apagarla. 

Mamá de ese mismo modo nos planchaba, además de la almidonada ropa nuestro uniforme escolar durante la temporada de clases, pero cada viernes y los fines de semana eran míos, pues después del mediodía del sábado y una vez cumplidos a cabalidad mis deberes de estudiante, de lo contrario estaba dispuesto por mamá y colgando de un clavo detrás de la puerta de la cocina un trozo de la manguera de regar las matas y para templar como el acero mi carácter, primero el deber luego la diversión, al terminas mis tareas me sentía libre y despejado a correr ese patio de casa, a jugar entre las matas y los árboles, al aire fresco de mi querido patio de la casa.


Uno de mis juegos infantiles era el combate con mis soldaditos de plástico sobre la mesa de planchar, hasta que una navidad mi sobrina Elizabeth Morillo Reyes de Rodriguez me regaló una bella colección de carros de plomo marca Matchbox, colocaba sobre la mesa el lienzo que mamá utilizaba para planchar, y sobre el desplazaba los carritos para allá y para acá, imaginando carreteras sobre el cobertor de la mesa de planchar.

Un dato de como el tiempo y la justicia Divina se encarga de todo, resulta que el asesino del abuelo Ezequiel Reyes, años despues papá y sus hermanos se lo encontraron pordiosero en pleno Mercado Principal de Maracaibo, y entre los tíos planean vengarse propinándole una paliza en descargo de la muerte del abuelo Ezequiel, a lo que lo supo la abuela Sara les conmino a no hacerlo, pues tal cual como les dijo a sus hijos -no ven como ese desgraciado está pagando la muerte de su padre-.


Rancia mesa de planchar de la casa, situada como siempre entre el corredor y la cocina  para gozarte sentado en el taburete de papá jugando todo el día a la guerra o haciendo ciudades imaginarias para correr mis carritos de plomo; desde un recodo del patio te veo asomando tus largas patas a través del marco de la puerta, entre los árboles y a lo lejos desde mi banqueta del solar del anchuroso patio, desde donde se ocultan miles de pensamientos lanzados al tiempo, ideales puros de crédula inocencia afligida con los aires alegres propios e inolvidables de mi cándido espacio, en el recorrido del tiempo en una furtiva peregrinación de recuerdos te recuerdo, con mis libros y cuadernos estudiando bajo las sombras de la Mandarina China, de los Mangos, en el fresco Caucho entre sus bejucos o la Acacia florida en sus rojos carmines de Octubre a Febrero, correteando persiguiendo iguanas y machorros, con mi perro “Duque” como único amigo, mirando el vivaz cielo azul con sus nubes navegando el horizonte regocijado de mi brisa pura.

JLReyesM.

domingo, 2 de octubre de 2016

Los Hermanos Montiel Fuenmayor.

Francisco Antonio

José Julian

Dimas de Jesús

María Espíritu Santo



María Trinidad
Carmen Domitila (1936)

Aurelio Lubín


Tío Dimas, Tía Espíritu, Mamá, Tío Julian y Tío Aurelio.



sábado, 1 de octubre de 2016

El Canaguarito.

En la vieja Maracaibo, muchas son las expresiones dimes y diretes, propios y vernáculos de nuestra región, muchos son los usos en el castellano provenientes de las lenguas romances derivadas del Latín antiguo desde los tiempos del Imperio Romano, es así como el rico idioma español de cuna castellana, se extendió primero por toda la península ibérica tras la conquista de León y Castilla sobre las demás provincias ocupadas por los moros, adoptando los giros y dialectos de cada región, enriqueciendo el acervo filológico del castellano y dando paso al español actual.

En estos días a la luz y al calor del intenso, pero noble Sol de esta región zuliana, rememoré una curiosa palabra de los viejos de antes, érase niño jugando en el patio de casa dando carreras como todo muchacho, mamá llamó mi atención de este modo: -José Luis… mijo deja de correr con ese Sol no vaya ser te dé un “tabardillo”-  la palabra hizo volar mi imaginación, lo primero que vino a mi mente fue que eso significaba que votaba sangre por la nariz, en esos tiempos con frecuencia presentaba hemorragias por mis fosas nasales hasta que el Dr. Silvestre Rincón Fuenmayor, primo de mamá, me cauterizó en su clínica los vasos sanguíneos que aflorados en el interior de mi nariz causaban los indeseados derrames.

En una ocasión, mi maestra se angustió porque me vino el derrame de sangre en clases y la hemorragia nasal no paraba, recuerdo que hasta me colocaron las otras maestras, una moneda de plata en la frente tratando detenerla y nada que se detenía, hasta que me colocaron unas compresas frías con hielo, lo que logró parar la infusión sanguínea.

Recientemente, los aires acondicionados centrales en mi lugar de trabajo, con las incidentales apagones de Maracaibo se dañaron, no funcionan óptimamente, de tal manera que me permiten la salida después de la una de la tarde para ir a casita, pero salir de regreso a casa a esa hora es peor pues si salgo a la calle a tomar carrito o bus -me da un tabardillo- ahora bien, apreciados lectómanos, que es un “tabardillo” en efecto, es una fuerte insolación causada por la exposición a las inclemencias del Astro Rey el cual puede generar ulceraciones y calentura corporal, dolor de cabeza y en caso extremos hemorragia nasal y auditiva.

Por eso prefiero quedarme en la oficina hecho el canaguarito dije entonces, a lo que me preguntaron mis interlocutores -bueno José Luis de donde sacas tanto disparate?- -de mis viejos antepasados- respondí, -y se puede saber que es un canaguarito?- …no sabéis que es un canaguaro? Un canaguaro es un machorro, un reptil, un animalito parecido a una iguana pero muy colorido con intensos negros y delicado tonos azulados, verdes, violetas y destellos de oro, como si entre sus nervaduras de la piel tuviese incrustaciones de bañado al oro, pues un canaguarito es el hijo chiquito del canaguaro cuyos huevos los encuba la canaguara en pequeños orificios a modo de cuevas escavadas por ellos mismo en la tierra.

Nuestro Canaguarito llamado lagartija azul.
Los canaguaritos hijos del canaguaro salen de su madriguera terrícola de mañana y en la tardecita al caer el Sol, dejando ver sus destellantes tonalidades a la vista furtiva del curioso que los observa en su veloz caminar en el hábitat del monte maracaibero, cuantas veces tuve la suerte de verlos correr entre los abrojos del solar del patio de casa, su cuerpecillo luminoso al aleteo veloz de sus cuatro patas y su colita que por travesura cortaba con un palo, quedando haciendo tumbos por sus nervios desprendidos mientras desvariaba en fuga el canaguarito . 

Por eso salgo de mañanita bien temprano o al caer el Sol, hecho el canaguarito, evitando el Sol marabino, y a la vez ganándole tiempo al tiempo, pues quién madruga Dios lo ayuda, y además recoge agua clara, porque Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, y quién llega temprano ve las cosas dos veces. Por cierto, hace muchos años que no veo un canaguaro, menos un canaguarito, desandando entre los Cujies, hierbas, tunas y cardones de nuestros campos zulianos. Y no me pregunten que es un “machorro” porque los raspo como buenos maracaiberos que debemos ser los nacidos en esta tierra de Dios.

JLReyesM.