domingo, 29 de marzo de 2020

La Vaquera de tío Manuel.

María Trinidad
Montiel Fuenmayor de Briñez 

En la vieja libreta de registro familiar de Mamá Carmela, aparece como fecha de bodas de mi tía María Trinidad Montiel Fuenmayor y Manuel Briñez Valbuena el 19 de Marzo de 1924, mamá había nacido el 10 de Junio de 1922, entonces quiere decir que mi abuela Mamá Carmela, criaba en brazos a mi madre con sus dos años de edad, durante aquellas celebraciones matrimoniales y como acontecimiento familiar, ese mismo día, contrajeron nupcias mi otra tía, María Lourdes con Pedro Briñez Valbuena, es decir, ese día de San José, se casaron por la iglesia Católica Apostólica y Romana,  dos hermanas con dos hermanos, María Trinidad y María Lourdes, hijas de mis abuelos José Luis Montiel Villalobos y María del Carmen de los Ángeles Fuenmayor Cárdenas, con los hermanos Manuel y Pedro Briñez Valbuena, respectivamente.

Tiempo después, la estancia familiar del Hato “San Luis” siguió desarrollando su actividad agrícola y cría de ganado mayor y menor, mis abuelos Mamá Carmela y Papá Luis, después de mi madre Carmen Domitila, engendraron a tío Aurelio Lubín el último de mis tíos, hermanos de mamá, es decir la zurrapa de mis abuelos;  por su parte mis tíos Trina y Manuel, Lourdes y Perucho, formaron sus hogares y tuvieron muchos hijos, tía Trina y Manuel, entre hembras y varones engendraron a mis primos hermanos Aura Albertina, Ángela Adela, Ana Angelina, Ana Aurora, Amalia Rosa, María, Manolo, Enrique, Antonio, Carlos Alberto y Fernando; tía Lourdes y Perucho engendraron a Lula, Mariita, Chucho, Carmencita, Francisco, Pedro, Guillermito y Bernardita, en ese orden un poco más o menos.

Me voy a detener algo más respecto de mis tíos Trina y Manuel, de la rama familiar Briñez Montiel, dedicado a su trabajo tío Manuel, me contaba mi prima Esperanza Perozo, nieta de mis tíos e hija de Ángela Adela y Lucas Perozo.

Manuel Briñez Valbuena
Relataba mi prima, como le contaba su abuela, mi tía Trina, sus primeros años de vida matrimonial, su esposo Manuel Briñez, se dedicó durante un tiempo a elaborar Chocolate de manera artesanal, constituyendo una fábrica de chocolate, como fondo de comercio, actividad ésta que desempeñó hasta afrontar la competencia del Chocolate industrializado en Venezuela, que monopolizó el mercado nacional.

El asunto de la actividad laboral de tío Manuel, la asumía muy en serio y era una persona en extremo muy ordenado, planificado y organizado en sus tareas, pues su disciplina y responsabilidad era de cuidado, muy considerado y de alta estima entre amigos, relacionados y público en general.

Más adelante tío Manuel, se dedicó a la actividad de cría de Gallinas ponedoras y producción de leche vacuna, labor empresarial ésta que desempeñó en el amplio patio de su casa de habitación familiar, para tales fines, el mismo se instruyó autodidácticamente, estudiando un Libro de Especificaciones Técnicas para la construcción de Gallineros y Vaquera, pues estaba bien dispuesto a dedicarse a la producción de Huevos y Leche para el consumo humano; los gallineros y la vaquera, fueron construidos por el mismo tío Manuel, siguiendo las especificaciones de medidas y espacios, sanidad y ubicación, tanto de los Gallineros y dispensadores de Huevos, como de las Vaqueras, sitio de ordeño, almacenamiento y embazado, así como de la distribución de sus productos, todos estos datos aportados por el Manual Técnico antes comentado.

En aquellos años de la primera mitad del siglo XX, cuando una ciudad de Maracaibo en pleno progreso se dibujaba en el horizonte de nuestra región Zuliana, se establecieron dentro de su perímetro urbano las colonias de empleados extranjeros de la industria petrolera, en su mayoría de nacionalidad estadounidense, que recién comenzaban sus actividades de exploración, perforación y extracción del preciado hidrocarburo.

Dichas colonias de extranjeros, estadounidenses e ingleses, se convirtieron por la calidad de los huevos y leche comercializada por tío Manuel en sus asiduos consumidores, pues la calidad de sus productos fácilmente conquistó su mercado, y no podía ser de otra manera, si tío Manuel seguía un riguroso tratamiento productivo y alimenticio de Vacas y Gallinas, exigiendo a sus empleados Wayuu seguir siempre las normas de calidad e higiene preestablecidas en el susodicho Manual Técnico, tanto para la producción de leche embazadas en botellas de vidrio, como para la recolección de los ricos y enormes Huevos de Gallina, a los cuales les colocaba su sello de garantía en tinta con sus iniciales “MB” huevo por huevo.

Mamá al centro vestido estampado, rodeada de sus sobrinos Briñez Montiel
en la majada del Hato "San Luis"

Todo marchaba a la orden del día para tío Manuel, hasta que la afrenta de la envidia y el resentimiento solapado de alguien, seguramente competidor del mercado, subrepticiamente mandó a un sobornado y cobarde ejecutor, a sabotear la leche en sus contenedores de aluminio, aplicándole algún agente de descomposición orgánica, toda la producción se perdió, como decimos en Maracaibo se puso piche y cortada, lo cual produjo en tío Manuel un arranque de furia incontenible, lanzando al suelo toda aquellos barriles de aluminio y su contenido.

Después de aquel adverso incidente tío Manuel, muy decepcionado, dejó el negocio de los huevos y la leche, y hasta aquí llega mi cuento de este día, como parábola de la maldad de los hombres, de algunos por no generalizar, que nunca perdonan el éxito, la honra y disciplina del trabajador y sobre todo del padre de familia abnegado.

JLReyesMontiel.