sábado, 2 de marzo de 2013

Los Tiznados.

Gral. Jorge Sotherland
En sus buenos tiempos, cuando junto con el
Gral. Venancio Pulgar, compartían el gobierno 
del Estado Zulia, llegando a proclamar
la República del Zulia, pero será otro relato.

Venezuela, después de las guerras de independencia quedó sumida en una profunda crisis de liderazgo, ya al Libertador Simón Bolívar se le hizo bastante difícil mantener la unidad del ejército patriota, desde Carlos Piar hasta Francisco de Paula Santander, pasando por las insubordinaciones de Santiago Mariño, Juan Bautista Arismendi, José Antonio Páez, entre otros, solo el cumanés Antonio José de Sucre y el marabino Rafael Urdaneta, mantuvieron su fidelidad al Libertador, uno como el Gran Mariscal de Ayacucho y el otro, como El Brillante General Zuliano.

Para el año de 1830, José Antonio Páez da la estocada final al magno país bolivariano, Colombia, llamada así en honor a Cristóbal Colon el Almirante de España del Mar Océano y colonizador este nuevo mundo América, con lo cual Simón Bolívar quiso integrar las nacientes Repúblicas de Venezuela, Nueva Granada (actual Colombia) y Quito (actual   Ecuador).

Separada Venezuela, Páez asciende al poder como dictador de Venezuela, se instaura como terrateniente y jefe central del ejército nacional, gobernando a nuestro país como su posesión; duros años seguirán la historia de este país, de general en general, entre conservadores y liberales, azules y amarillos, godos y pueblo en armas, entre montonera y montonera, a cada alzamiento surgiría otro invocando las injusticias del gobernante de turno para instaurarse él y seguir con el despotismo caudillista, que podríamos resumir en estos versos del poeta del pueblo venezolano, Aquiles Nazoa “…Niña que bordas la blanca tela, niña que tejes en tu telar, bórdame el mapa de Venezuela y un pañuelito para ponerme a llorar”…

Uno de esos personajes, por demás pintorescos de nuestra historia patria, es sin duda alguna el General Venancio Pulgar, admirado por unos y muy criticado por otros, regionalista para éstos y el incendiario de la Villa del Rosario de Perija para aquellos, pero que objetivamente hablando no fue sino un caudillo como todos los caudillos, un personalista y arrogante señor, que se mantuvo fiel a los detentadores del poder siempre y cuando respondieran a sus intrínsecos intereses.  

Venido a menos Venancio Pulgar, perdió toda influencia militar y política en Venezuela, un conflicto de liderazgo con Joaquín Crespo, quién gozaba del favoritismo de Guzmán Blanco, dio al traste con su figuración en aquel gobierno, al alzarse en armas quedó aislado y derrotado.

Gral. Venancio Pulgar, Hijo de Venancio López del Pulgar y María del Rosario Roldán.
Nace en Maracaibo el 7 de noviembre de 1838, muere en Caracas el 8 de octubre de 1897, caudillo y militar Venezolano,
sus restos reposan en el Panteón Regional del Estado Zulia.
En el Zulia, quienes en armas prestaron sus servicios como soldadesca de aquel aguerrido Venancio Pulgar, al desaparecer de entre ellos, quedaron diseminados en pequeños grupos de guerrilleros a caballo, armados con sus máuseres alemanes, mas bandoleros y forajidos que combatientes de un ideal, se dedicaron a la rapiña y al asalto, iban por esos pueblos y comarcas, atemorizando a  los lugareños y despojándole de sus pertenencias y de comida, desde sus guaridas en el monte adentro, se dejaban llegar hasta los hatos hacia el norte de Maracaibo desde el Hato Canchancha hasta Cabeza de Toro, pasando por el Hatico de los Acosta llamado entonces Hato San Jacinto donde hoy está la popular barriada “San Jacinto”, por donde otrora amedrentaban a sus propietarios y se adueñaban de vituallas, caballos y ganado.

Para aumentar su mal aspecto y atemorizar, se hacían pintar la cara entre ellos mismos, empleando el hollín producido por la leña de sus hogueras al acampar, y a la vez les serbia para disimular sus facciones y evitar ser identificados; razón por la cual el pueblo les dio el sobrenombre de “Los Tiznados” a los facinerosos exgendarmes de Venancio Pulgar, por lo que eran también conocidos como “Los de Venancio”.

Mas de una vez, entre añoranzas y recuerdos del pasado, escuche a la abuela Mamá Carmela en su ancianidad de sus 101 años, contarme aquellos acontecimientos de su época, cuando de hato en hato, se corria la voz:  -Ahí vienen los tiznados, tiren los animales al monte, si se perdía una cabrita, un cerdo o una vaquita, decían entre si los vecinos: -Esos fueron los tiznados. Los Tiznados legado bandolero de aquellas guerras fratricidas y de sus montoneras, que en nuestra región zuliana y en toda Venezuela asolaron nuestro país en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del siglo XX. 

José Luis Reyes Montiel.