sábado, 20 de diciembre de 2014

La Castro.

Esquina de la calle "El Recreo"
En la esquina de la calle “El Recreo” del populoso sector Las Veritas de Maracaibo, al lado de la vieja Escuela Jorge Washington, muchos años atrás en esa casa existió un local donde funcionó una molienda, que adopto como propio el nombre de la calle “Molienda El Recreo”.

Esa molienda era de mi difunto padre Pascual Reyes Albornoz, al igual que la molienda “La India” en la calle Casanova de “El Empedrao”, ambas por años muy prósperos negocios, para quienes no conocieron lo que fueron nuestras moliendas, éstas expedían al consumidor el maíz pilado, en una época en la que no existía la actual Harina de Maíz Precocida y sus marcas mercantiles; a diario las moliendas pilaban y amasaban el maíz de las Arepas, Empanadas y Mandocas de cada día; entre otros productos hechos de esta manera artesanal, café molido y pasta de Harina de Trigo, llamada Cabellos de Ángel.

Las moliendas entonces tenían una maquinaria algo estrepitosa, sus motores hacían girar largas correas que movían a su vez grandes poleas y engranajes, poniendo a operar una serie de maquinarias especializada en determinados y derivados productos de maíz, trigo y café. Gilberto mi hermano debe su sordera a su trabajo comercializando a diario estos productos, mientras Miguel se encargaba de la distribución en el camioncito de la empresa.


"Molienda" para pilar maíz en grano,
el grano bueno cernido se apartaba y
separaba del malo que se hacia piquitos
para alimento animal. .
Años después, las moliendas ya habían  desaparecido del entorno citadino de la bucólica Maracaibo de entonces, las harinas precocidas aventajaron comercialmente a las piladas, y en el año 1967, papá se nos fue celestialmente, al faltar la figura paterna dicha casa de la calle “El Recreo” fue invadida por gente de no muy buenas pulgas, entre ellas una señora muy alta, de piel negra negrita y pelo malo enrollaito, fumaba constantemente un cabito de tabaco, el cual del mismo modo que prendía apagaba y volvía a prender, y para llamarme más la atención de muchacho, de vez en cuando se metía el lado encendido hacia dentro de su boca, dejándolo ahí un buen rato.

¿Cómo conocí a esa señora? Mamá tuvo noticias de la ocupación de esa propiedad de mi padre y fue hasta el lugar para constatar el hecho, y por supuesto yo iba al ristre de mamá acompañándola, el caso fue que, nos llevamos tremenda mala impresión del mal estado y como tenía el inmueble, había abierto un boquete por donde se había metido desde la casa aledaña, y en ese patio al pie de un arbusto de Limón tenia amarrado en su tronco unos gatos pequeños de color negro, una gata recién parida los trataba de amamantar y aquellos con sus desgarbados cuerpos se disputaban la leche ausente del huesudo cuerpo de la gata.

Arquitectura urbana
típica de Maracaibo
En el local, donde años atrás funcionó la molienda, rodeado por el olor de aguas detenidas desde las cañerías, un señor larguirucho y enclenque fumaba un largo Viceroy (cigarrillo de moda en los 1960 y pico) disputando su larga y aguileña nariz la medida del susodicho cigarrillo, de camisa blanca manga larga cuyo cuello y empuñaduras sucias denotaban el descuido en su aseo personal, sentado con sus piernas cruzadas sobre una silla de barbero ante un enmohecido espejo, donde ofrecía al transeúnte sus servicios de corte de cabello, aunque durante el tiempo que estuvimos no llego el primero, se miraba constantemente en el destartalado espejo y se peinaba de rato en rato, mientras hablaba justificándose, quejándose de su mala situación económica y falta de trabajo.

Queda este recuerdo desde infante, de aquella lánguida y tenebrosa tarde tempestuosa, de ñapa cayo tremendo aguacero con ventisca, rayos, truenos y centellas, que tuvimos que pasarlo guarnecidos bajo el viejo techo, colmado de goteras, desde el patio los gaticos amarrados en el limonero maullaban queriendo escapar de la lluvia, un radio de los grandes de antes, sonaba la canción de moda con las Cuatro Monedas, …buena suerte, poco a poco a mi manera… al marcharnos la señora se despidió con su enrevesado acento diciendo -Bienvenida Castro a su orden- seréis vos bienvenida porque -ni malvenido vengo- pensé. Dejamos mamá y yo, como quién dice el pelero, no volvimos más nunca, esa casa más luego formó parte de la herencia de papá y sucesoralmente se resolvió su tenencia, gracias a Dios.



Jose Luis Reyes Montiel.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Iconología de la Navidad.

El Pesebre de San Francisco.
Contaba en estos días, algunas de mis impresiones de esta época decembrina, mes de navidad y año nuevo, sobre todo por la navidad, cuando celebramos el nacimiento de nuestro Señor Jesús de Nazaret, en la pequeña ciudad de Belén, el 25 de Diciembre de cada año, así lo conmemora la iglesia Católica, la Anglicana, algunas Protestantes, la Ortodoxa salvo la Ortodoxa Rusa la de Jerusalén, las cuales festejan el 7 de Enero, pues no se sometieron  al nuevo Calendario del Papa Gregorio XIII, llamado Calendario Gregoriano en el año 1582 D.C., el cual reformó al Calendario Juliano vigente desde el año 46 D.C.

Papa Gregorio XIII
artífice de la reforma calendaría
hasta ahora vigente.
Las modificaciones de los calendarios surgen como una necesidad de adaptar el año civil al año de la liturgia eclesiástica, y esencialmente corregir los desajustes en la medición del tiempo ocasionadas por los movimientos de la rotación de la Tierra en su propio eje y su traslación alrededor del Sol, aunado a la influencia gravitacional de la Luna, ocasionando el llamado año bisiesto cada cuatro años según el Calendario Juliano, el Calendario Gregoriano estableció la duración del año en 365 días, siendo los años bisiestos con 366 días, esa es la diferencia básica y fundamental, para no profundizar en las escabrosas aguas de cifras y cálculos matemáticos; el asunto es mucho más simple, lo importante sea marzo, enero o diciembre, lo relevante es conmemorar el nacimiento de Cristo Jesús, Señor Nuestro y el significado de la Natividad en el mundo Cristiano, fe y esperanza de toda la humanidad.

Los Reyes Magos y sus regalos, en todo caso
sería mas apropiado entregar los regalos
del 6 al 7 de enero después de las doce,
como regalo de día de Reyes a los niños
y en conmemoración de los regalos oro, incienso y mirra
al Niño y Unigénito de Dios,
piensen en el  Niño Jesús cargando todos aquellos obsequios para los niños del Mundo entero,
en cambio los Reyes Magos tenían sus Camellos.

Hago esta reseña documental porque la fiesta de navidad siempre me causo una serie de conjeturas, quizás a otras personas no, pues no se detuvieron tanto en pensar el asunto, pero sé que muchos si sintieron curiosidad  por despejar sus inquietudes, una de las primeras la noche del 24 de Diciembre, la tan esperada noche buena, uno cuando infante vivía con la ilusión de irse a dormir después de las 12 de esa noche para despertar al día siguiente 25 con los regalos del Niño Jesús, como decían nuestros padres con toda reverencia y tradición ancestral, mientras uno feliz por inocencia así lo esperaba; muy a pesar de toda aquella publicidad televisada con Santa Claus, su trineo lleno de regalos y sus venaditos tirando del trineo.

Icono navideño de zonas templadas,en nada congruente con
nuestro cálido trópico y los regalos que nos trae el Niño Jesús.

Es el caso, yo cuando carajito viví tremenda confusión iconológica de la navidad, no sé si me doy a explicar bien o si me entienden y comprenden lo que quiero expresar; por una parte nuestras Hallacas, el Mondongo, la Macarronada y el Majarete acompañado con su dulce de Piña con Lechosa, el Niño Jesús en el Pesebre, o solo como lo adornaban y colocaban en la sala de “El Cristo” la casa de Mamá Carmela, papá llegando a casa aquella noche cargado de sorpresas, mamá calentándole las hayacas, la muchachada corriendo, los patines bullangueros en la calle, los cohetes, todo un escenario aquel de tradición y fiesta navideña vernácula; mientras por otra parte la televisión presentaba sus comerciales con sus sombreritos de “Santa” rojos y puntiagudos con su borlita blanca, con la nieve cayendo del cielo y sus casitas tapiadas de blanco invernal,  sobre todo con sus bosques de pinos sus arbolitos con bombillitos multicolores y las mediecitas en el dintel de sus chimeneas, donde “Santa” le acomodara sus golosinas.

Mi Tio Dimas era todo un experto preparando Mondongo,
era el plato central en navidad por la gran cantidad de visitantes
familiares en torno a la mesa junto a la abuela centenaria Mamá Carmela.
La Ensalada de Gallina especialidad de mi Tía Espíritu Santo
infaltable en la mesa de nuestra navidad familiar.
La Hallaca de Puerco, Tío Dimas las traía del Frigorífico "Cruz Méndez"
donde era empleado vendedor en el Mercado Principal de Maracaibo.

Nadie, entonces me explico ni hablo que eso es transculturización, es decir, algo tan incongruente como un guajiro festejando Halloween, ese es el asunto, nuestros padres siempre nos dijeron que era el Niño Jesús, quién nos traía los regalos, que Santa Claus era un muñeco, y hasta ahora la tradición se conserva, Dios salve nuestra Bendita Navidad con Jesús como protagonista y centro de celebración, enmaracada dentro de las tradiciones venezolanas.

Una bebida típica de nuestro país
a base de Ron, Leche y huevos
como aperitivo a la cena de navidad
y año nuevo también. 
Sin embargo, ya se está omitiendo la palabra navidad y fin de año, y los esnobistas publicitarios y fantoches hablan de celebración de éstas "fiestas" dicen con pusilánime acento –felices fiestas- esos mismos que le quitan los acentos a Martín por Martin, Simón por Simon, Héctor por Hector, José por Jose, y viven en mente y alma en Disneylandia.

La navidad, es algo más excelso, es una expresión romance del castellano proveniente del sacro idioma Latín, “NATIVITAS” es decir -nacimiento- temporada festiva igualmente conocida como –Pascua de Natividad- junto con la Pascua de Resurrección y Pentecostés, una de las festividades centrales del Cristianismo. Los anglosajones emplean el término Christmas que significa –Misa de Cristo- los alemanes celebran la -Noche de Bendición- o Weihnachten, la fiesta de navidad tiene por motivo central el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios.

Por eso mientras exista la gaita, tendremos navidad nuestra, pura y excelsa, mientras cocinemos para la cena de noche buena, hallacas, mondongo, ensalada de gallina, y nuestros postres sean el majarete con dulce de piña o lechosa al papelón, tendremos navidad, seguiremos esperando cada año para darnos el abrazo fraternal que nos iguala como nación, como país, a pesar de nosotros mismos, nuestra Venezuela prevalecerá.

JLReyesMontiel.