Chaperona cuidando a los novios. |
Entre historias, cuentos y refranes, veníamos conversando sobre esos personajes denominados los chaperones y las chaperonas, sin pretender hacer alusiones de género y menos aún de rancia crítica política; son aquellos los que antes solían acompañar a las señoritas para poder salir seguras con algún hombre, generalmente un joven pretendiente, estos así llamados podían ser un hermano o hermana, mayor o menor de edad respecto de la acompañada, también podía desempeñarse como chaperón un primo o prima, siempre escogido por el padre o la madre de la susodicha y a la postre resultaba casi siempre cómplice de la misma, permitiendo el besito furtivo mientras daba una caminadita por el parque.
El acompaña es un supervisor de una o más jóvenes, se trataba de hombres o mujeres solterones, casados o viudos, quienes resguardaban en paseos o alguna actividad social, a las chicas decentes de buenas familias, usualmente con la intención de prevenir interacciones sexuales o sociales inapropiadas, la presencia del chaperón era una garantía de la virtud de la joven en cuestión.
La Capa o Chaperón del idioma francés. |
Otro posible origen a esta palabra puede provenir de la cetrería, en donde la palabra significaba poner la capa encima del ave de presa para eliminar su deseo de volar.
Los chaperones eran por supuesto resistidos y resentidos por la gente joven que es supervisada, pues su presencia incomodaba a la pareja que buscaba intimidad en su relación, esta práctica de los chaperones ha caído en desuso en la sociedad occidental; sin embargo, el término se conserva en alguna que otra ocasión, cuando una pareja es acompañada por algún amigo o amiga, o para referirse a parientes o profesores que supervisan a alumnos en los bailes, fiestas y excursiones.
Lactuario, todos los días a las 6 de la mañana 12 del mediodía y a las 6 de la tarde, se deja escuchar la sirena o pito desde sus instalaciones anunciando el inicio o cese de la jornada laboral. |
Una cuento villero, de allá de La Villa del Rosario de Perijá, provincia productora de leche y demás rublos de la ganadería, es esta historia real para algunos, para otros una comedia que bien comprenden los vecinos de esa región, contaba el primo Pedro Eduardo “Pepe” Briñez Montiel, empleado de la desaparecida y añorada empresa productora de leche en polvo Indulac, resulta que… -un joven empleado de la empresa, encargado del reloj de control de entrada y salida del personal de la compañía, se enamoró de la hija de un rico ganadero de la zona, el humilde muchacho no tenía donde caerse muerto, sin embargo la muchacha compartía con el joven su idilio a escondidas, decidido el joven a pedir la mano de la muchacha a su papá, al fin se presenta ante él, y el viejo le replica… y usted ¿cómo se llama y que pito toca?… yo soy Jesús Palmar y toco el pito del lactuario-.
José Luis Reyes Montiel.
José Luis Reyes Montiel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario