Foto de ese mágico momento, desde mi viejo celular BlackBerry. |
El Sol a medio cielo cortejó la
sublime estadía, veníamos de algún Café solitario de nuestra ciudad apagada,
todo es un silencio vago en mi ciudad antes bulliciosa, un silencio inmuto
lleno de contradicciones que solo viven las sociedades en crisis.
Te extraño ciudad mía, cuando en
el silencio de mi hogar, espero las horas nonas para refugiarme bajo la sombra cándida
de los árboles y ante el gozo de la brisa fresca, agitando sus hojas con el
rumor místico de almas penitentes, susurraba el viento, en el abandonado parque
adyacente al edificio donde residí por última vez, en la ciudad del Sol Amada.
Te extraño ciudad mía, aquellos
lugares preferidos y ausentes, estas presente cada mañana florecida, trasmutado
llegó a tu encuentro, entre los brazos de tus arcanos me amparo, como me
entregué tantas veces al regazo de mi madre, abrumado por la distancia espacial
y el tiempo que me hiere, me hace falta tu Sol, me sofoca éste frío antártico que
hiela mi sangre, en éstos confines australes de la patria grande americana.
Estás presente, con tu inclemente
Sol fútilmente sometida y doblegada, se acerca el día cuando vuelvan sus rayos
libertarios, tras las nubes despejando tu Astro Soberano, cuando la libertad
sublime redima la afrenta de la vil traición, entonces volveré, como vuelven
las abejas a libar tus flores en la mañana.
JLReyesMontiel.
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