Un general japonés venezolano — Revoltoso siempre —
Mambís á ratos — Titiritero en los Estados Unidos — Coronel y yerno
de Yamagata — Frente á Puerto Arturo.
A
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ún quedan por el mundo restos de
aquellos guerreros de aventura españoles que peleaban en todas partes del mundo
para gloria de su Rey y de su raza. Nada menos que mayor general, ó sea
brigadier del culto y modernísimo Ejército japonés, ha llegado á ser un
venezolano, nieto, como todos ellos, de españoles, y que en estos días forma
parte del primer cuerpo de ejército nipón que combate á los rusos en Puerto
Arturo. Representante típico de la raza, don Emigdio Martínez, que así se llama
esté verdadero héroe, tiene una biografía curiosísima y por todo extremo
accidentada.
Mayor General Emigdio Martinez del Primer Cuerpo del Ejercito Japones que asedió a Puerto Arturo. (Imagen impresa de su original) |
Nació en la parroquia de Muñoz,
distrito de Torres, en el estado de Lara, de la República de Venezuela, según
cuenta el Dr. Masearreña en un libro publicado en Caracas hace pocos días, en
el que describe la vida del general Martínez con minuciosidad: “Hizo sus estudios
primarios bajo la dirección de su tía materna lá Sra. D. a Josefa Martínez,
demostrando desde el principio, clara inteligencia y un carácter audaz y
travieso. Luego, en la ciudad de Carora, hizo sus estudios mayores con el
licenciado Rafael Antonio Álvarez. A la y
edad de quince años, habiendo llegado á Carora el general Buenaventura Fréytes,
se incorporó como voluntario á las fuerzas de este jefe, habiendo tomado parte
én el sangriento y memorable cómbate del 26 de Abril de 1870”.
De allí pasó á Carache, con los
restos del ejército, vencido el 26, comandados por los generales Baptista, Gil,
Álvarez y Mendoza; habiendo vuelto á Carora," y siendo ya capitán, se
incorporó al general José María Hernández, habiéndose encontrado en la toma de
Barquisimeto y en el desastroso combate de Guama, donde es sabido que hizo
prodigios de valor. Después de este desastre fué indultado y pasó á Puerto
Cabello, donde se embarcó para Cuba, tomando parte en diversos complots
revolucionarios en favor de la independencia de la isla y siendo uno de los
amigotes y compadres del Chino Tiejo, que le dio el mando de parte de la
Caballería Oriental, aquella famosa fuerza que el bravo Sanz Pastor se encargó
de espantar por mucho tiempo, y en aquella ocasión el mambís Emigdio Martínez
tuvo poca suerte, pues ni siquiera alcanzó el reconocimiento de grados por España,
quo era lo que perseguía.
En lugar de eso, como la
persecución á los insurrectos cubanos era muy apretada, el bueno de Martínez
tuvo un encuentro con el heroico batallón de Valladolid, que lo batió é hizo
prisionero, y en juicio sumarísimo fué juzgado y condenado á muerte; pero,
debido á un ingenioso ardid, pudo fugarse de la prisión y se embarcó, disfrazado
de sacerdote, en un vapor mercante, con rumbo á Nueva York.
De esta ciudad pasó á San
Francisco de California, donde hizo una regular fortuna, en compañía de
acróbatas japoneses; después se embarcó el año de 1887 con destino á Chefú,
donde se asoció con un comerciante japonés. Habiendo quebrado en el negocio con
el japonés, se trasladó á Tokio, alistándose en el Ejército del Mikado en la
campaña contra China.
Siendo tanto el valor y bizarría
de que dio muestras en esta guerra, fué elevado á coronel del Ejército,
relacionándose con los altos dignatarios de la política japonesa, siendo uno de
ellos el marqués Yamagata, quien lo distinguió con singular cariño. Después de
la intervención da las potencias aliadas contra China, donde también se
distinguió por su sin igual valentía, regresó al Japón, donde contrajo
matrimonio en Tokio con la marquesita Yamagata, que es la hija mayor del
insigne diplomático japonés, y con lo que ha llegado á consolidar á los
cuarenta y ocho años nombre, fortuna y posición, si es que una bala rusa no da
al traste con todo lo que una vida de aventuras le había proporcionado (*).
(*) Muere en territorio Chino, en
la ciudad colonial rusa de Puerto Arturo, en el escenario de la Batalla del Mar
Amarillo, guerra rusa-japonesa (1904-1905).
Transcripción de “El Gráfico”
(Madrid), Marqués dé la Ensenada 8, AÑO I, Miércoles 21 Septiembre de 1904 NÚM.
lOO - Doce páginas: DIEZ CÉNTIMOS.
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