miércoles, 24 de junio de 2015

Un Icono continental.


Carlos Gardel, de pila bautismal Charles Romuald Gardes, existen diversas versiones sobre su lugar de nacimiento, pero por unanimidad lo cierto es que vivió desde su infancia en Buenos Aires y se nacionalizó Argentino en 1923, su mamá Doña Berta Gardes, lo hizo un latinoamericano en esencia, así como el medio porteño de la ciudad de Buenos Aires donde se forjo como hombre, quién después sería todo un icono y una referencia obligada en el espectro musical de nuestra América, en tiempos cuando Hollywood y la cultura estadounidense penetraban los cines y la radio como medios de comunicación de masas, preservando sin adrede el tango y Gardel la identidad cultural del espacio vital hispanoamericano.

Haciendo un aparte, vale mencionar, un destino similar tuvo el cine mexicano, sus productores, artistas, actores y músicos, desde Pedro Infante hasta Mario Moreno “Cantinflas”  también desarrollaron toda una industria cinematográfica, que salvó de caer en la nada nuestra cultura e identidad frente a la alienación y transculturización de mediados del siglo XX.



Pero Gardel fue mas allá, internacionalizó nuestra identidad latinoamericana con su canto, se va a Nueva York, canta en Broadway y hace cine, divulgando nuestras costumbres, carácter y folclor, en general nuestra cultura, pues el gaucho, la pampa, el romanticismo tan nuestro,  no es sino un reflejo de lo que es el alma latinoamericana desde México hasta la Patagonia, se repite en el charro mexicano y su tierra agreste, en el llanero y su llano venezolano, el peón y la sabana colombiana, la comitiva brasileña, el criollismo en toda la extensión de la geografía continental, destacando esa cosmología puramente hispanoamericana en todas sus canciones y películas. 


Vestido  con una sofisticada indumentaria
de gaucho de la pampa,
arrieros de ganado
de la gran planicie argentina,
similar al llano venezolano.
Por eso el éxito de Carlos Gardel, por ser el primero y en un tiempo tan habido de su valor artístico, pues el supo condensar toda esa expectativa de su gran público, y reflejarla en su idiosincrasia, tal como el hombre y la mujer latinoamericana ven el romanticismo que no es otra cosa sino una extensión del amor por la madre, su mujer, sus hijos y por la tierra, es decir, la madre patria, sobre la cual siembra sus esperanzas y su vida.

De tal manera que Carlos Gardel, hizo con su canto lo que los ejércitos libertadores de Argentina y Venezuela no lograron, la unidad de un continente alrededor de su figura artística, un continente unido en su canto, en torno al tango, pero al tango cantado por Gardel, hubo antes y después grandes interpretes de tango, claro está, pero solo Gardel lo popularizó al extremo de trascender la patria Argentina, para sembrarlo en la patria grande Americana.

Esa fue su determinación y en esa búsqueda continetal, Gardel programa una gira por Venezuela, Colombia y México, pero la cita con la muerte inevitable le llegó prematura, sorpresiva e inoportuna en el avión donde se trasladaba, como es de todos conocido la ciudad de Medellín y Colombia, fue el gran teatro de su partida, un 24 de junio de 1935, cuando apenas comenzaba su fructífera jornada.


Pero el fenómeno gardeliano no muere con él, trascendió, y no solo las fronteras nacionales creadas en América Latina, el tango no muere con Gardel, aquello de…”Olvídate del tango que ya Gardel murió” es absurdo, improbable y totalmente falso e invalido; Carlos Gardel trasciende su propia generación, y esto por una razón muy sencilla, quienes escucharon a Gardel en su tiempo y fueron sus contemporáneos, lo sembraron en sus hijos y éstos en los hijos de sus hijos, rompiendo las brechas generacionales, pues al escuchar a Gardel en sus innumerables grabaciones disqueras, lo hacían escuchar a sus muchachos recordando sus tiempos y juventud, fue mi caso muy personal cuando mi madre me hacia sintonizar la radio o la TV cada 24 de junio para escuchar o ver las películas de Gardel, hoy día Gardel forma parte de mi música favorita y me declaro todo un gardeliano. 

En Maracaibo se impuso una moda
del ...sombrero calado a lo Gardel... como decían los viejos de antes,
entonces los jóvenes de la época.
Cuentan que canto en Maracaibo, en su periplo para la vecina Colombia
 y se hospedó en el entonces Hotel Granada de nuestra ciudad. 
Vista del Hotel Granada
desde la avenida Unión de Maracaibo.
Hoy su canto y su imagen digitalizadas y en el Cyber espacio por Internet, forman parte del acervo cultural de la humanidad, todos sus canciones pueden bajarse en línea y coleccionarlos, Muy a pesar de la baja calidad de las grabaciones de los años treinta, su voz era tan potente y diáfana, que remasterizado en sistema digital mejoró sus grabaciones originales, este blog guarda un espacio dedicado a Carlos Gardel a través del servidor Youtube.

La UNESCO declaró sus canciones patrimonio cultural de la humanidad. Una frase creada por el anónimo popular de los millones de seguidores de Carlos Gardel resume la vigencia del tango y por supuesto de su cultor  “Gardel cada día canta mejor”

José Luis Reyes Montiel.

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