sábado, 5 de abril de 2014

Entre doctores y doctos.

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Hubo un tiempo cuando escuchar música venezolana era de puretos más o menos por la década de 1970 hasta principios de los 1980, incluso existía una normativa legal mediante el decreto conocido como el 1X1, en el mundo de los medios de comunicación radial y televiso, que los obligaba a difundir nuestra música nacional y en la radio a transmitir por cada tema musical extranjero otro nacional, pues se difundían solo aquellos de moda como baladas europeas, estadounidenses y ni hablar del rock and roll.

Sin embargo, fue muy cuesta arriba cambiar los arquetipos pero algo se logró con el dispositivo legal del 1X1, pues era la audiencia quién pedía temas foráneos de moda, dejando un breve espacio a intérpretes nacionales como Gualberto Ibarreto, Lilia Vera, Cecilia Todd, Un solo pueblo, Serenata Guayanesa, Ali Primera, Jesús Sevillano, entre otros buenos grupos, cantantes y cantores, y a sus géneros musicales venezolanos, recuerdo que solo en las madrugadas se dejaba escuchar un recio joropo llanero, un pasaje, una tonada, un galerón y eso en las voces de algún portento en el canto como Simón Díaz, Mario Suarez, Adilia Castillo, Magdalena Sánchez, Alfredo Sadel, Benito Quiroz, Eneas Perdomo, Indio Figueredo, Anselmo López, entre otros, que tenían una notoria popularidad desde los años 1950. 

En el ámbito radial zuliano, las emisoras católicas  “La Voz de la Fe” 580 KHz y Radio “Selecta” 1390 KHz difundían por valores y principio propio música venezolana, me referiré especialmente a “Selecta” donde conocí gente de radio muy trabajadora y nacionalista, preocupada por difundir nuestra música y nuestro patrimonio artístico, recuerdo a su director el Dr. Francisco Arrieta, voz tenor y uno de los fundadores del grupo zuliano “Quinto Criollo” excelente maestro de la radio, quién me encamino en mis primeros pasos en ese medio de comunicación de masas, además de ser un promotor de primer orden y defensor de nuestros valores musicales y culturales, regionales y nacionales,  un Venezolano a carta cabal.

Allí también tuve la ocasión de conocer a Gisela Reyes, mi prima, productora radial, entonces estudiante de Letras en la Universidad del Zulia, cosas de la existencia diaria nos presentó un amigo en común, Derlando Ruiz, también muy vinculado a los medio de comunicación, un buen día me dijo -en Selecta trabaja una muchacha que tiene que ser familia tuya porque tienen el mismo apellido y ambos se parecen mucho- cuando nos conocimos comenzamos a referirnos parientes Reyes y determinamos finalmente nuestro parentesco, ella hija de Francisco Reyes Escaray mi primo hermano, hijo de tío Carlos Luis Reyes Albornoz y yo hijo de Pascual su hermano y retío de Giselita, mi prima segunda.

Yo, en esos años, era estudiante de Derecho, había obtenido en el año 1979 mi Certificado de Locución Comercial, No. 8.140, mediante un jurado calificador del Ministerio de Comunicaciones, instalado en  Maracaibo desde la ciudad de Caracas, con fama de ser estrictos en su evaluación, quienes han pasado ante el en estrados y ante un micrófono conocen lo nervioso que uno se pone, entre el miedo escénico, la duda y el olvido; recuerdo que mi profesor de locución el Prof. Oswaldo Antonio Núñez, quién a instancias de Don Pedro Abreu Rosales, entonces director de otra mágica emisora de Maracaibo Radio “Aeropuerto” promovió el curso de locución en cuestión; nos decía el Prof. Núñez como recomendación para el examen evaluador -ante el jurado calificador del ministerio, preséntense y no paren en su discurso, hasta que el jurado les pida callar, pero no se queden callados esperando las preguntas, estas vendrán en la medida de su narrativa oral, manténganse hablando en un discurso hilado con sentido, sobre su identidad, estudios, aficiones, gustos musicales, arte, historia, sobre el tema que mejor dominen-.

Así fue, llegado el día del examen, el micrófono dispuesto frente al jurado, integrado por tres persona dos damas y un caballero, funcionarios del Ministerio de Comunicaciones, el zumbido característico del micrófono al encenderlo y recordando mi curso de oratoria respire tres veces y adelante, me lancé en mi presentación personal, estudios, gustos, colores y demás hierbitas… hasta que el funcionario me detuvo y preguntó -hablas de Bolívar de ser miembro fundador en tu colegio de la Sociedad Bolivariana, ¿Podrías citarme en cuales bases ideológicas fundamentó Simón Bolívar su ideario político?- como anillo al dedo me vino la pregunta y mi respuesta  -Bolívar invocaba los textos de los enciclopedistas franceses de la ilustración, Juan Jacobo Rousseau y Carlos Luis de Montesquieu, los principios de la revolución francesa sobre la libertad, igualdad y fraternidad, la filosofía de Voltaire-… y nuevamente me interrumpió diciéndome -muy bien siéntese, está aprobado- y volvió el alma a mis sentidos.   

Volviendo al tema de la música y cultura venezolana, como la ilustración Bolivariana, aquel pensamiento sobre “Moral y luces, son los dos polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades” tiene una especial vigencia en nuestro tiempo actual, como en aquellos años de 1980 donde tanto se promovió el movimiento folclórico nacional, en “Selecta” muy especialmente, por ser en el Zulia pionera en la lucha por darle a nuestra música nacional el puesto de honor que tanto se le había negado, recuerdo el programa de Aurita Adarme hija del guitarrista y compositor maracaibero Don Ciro Adarme, en su programa de 9 a.m. a 12 a.m. denominado “Pinceladas Venezolanas” dedicado exclusivamente a difundir música nacional; y muy especialmente del programa “Sobre la misma tierra” cuyo promocional era “Hacia el reencuentro del auténtico hombre venezolano” donde me inicié ante el micrófono radial en ese espacio junto al colega abogado y locutor Ángel Alexis Martinez Gonzalez actual productor y animador del espacio de música venezolana "Trilla Nacional" por suite 89.1 FM de la ciudad de Maracaibo. Érase "Sobre la misma Tierra" un programa radial patrocinado por la Asociación Cultural Rómulo Gallegos forjador en Maracaibo de jóvenes baluartes, una generación de promotores culturales, educadores, artistas, escritores, poetas, abogados  y comunicadores sociales, entre ellos Jesús Ángel Parra escritor y cronista de nuestra ciudad de Maracaibo, Valdo Cardone, cultor de nuestra regionalidad y de nuestra ciudad, Luis Eduardo Diaz, Luis Homes Jimenez, y otros que partieron de este mundo entre  tanta gente que hoy son parte de nuestra Zulianidad.

Tanto debemos luchar por hacer de la cultura un bien común de todos sin excepción, para educar, para formar al ciudadano, es un bien necesario, un bien civilizador, ya lo decía mi profesor de seminario Dr. Jesús Salvador Rodríguez, nuestro principal problema nacional es de cultura y civilización; en efecto, lamentablemente en nuestro país, como expresara el maestro de maestros, en unas palabras que pronunció en aula en la Facultad de Derecho, estando mi persona presente como oyente de primera fila, dijo el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, –el problema de Venezuela es tener muchos doctores, pero muy pocos doctos- .


José Luis Reyes Montiel.




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