sábado, 25 de noviembre de 2017

Una evocación necesaria.

Como Escribiente de la Notaría Tercera de Maracaibo.
Hoy me entere de la sensible partida de un ser especial, una de esas personas que cuando se te acercan sientes su empatía y paz; serena, sensible y profundamente humana, la Dra. María Cristina Cruz de Méndez. 

Yo la conocí durante los años 1981, 1982 y 1983 siendo empleado y su subalterno en la Notaría Pública Tercera de Maracaibo, como escribiente supernumerario, en esos años cuando era aún un estudiante de Derecho de la Universidad del Zulia, recuerdo que me concedió trabajar medio tiempo durante el periodo de clases y tiempo completo en vacaciones y huelgas o paros universitarios; nunca me negó nada, siempre cordial, siempre afirmativa y positiva, con una sonrisa que conquistaba al más cerrero.

Fue cuando se introdujo el nuevo sistema de registro público mediante fotocopiado, hasta entonces los documentos se asentaban de manera manuscrita con pluma fuente de tinta sobre los libros de los protocolos respectivos; recuerdo que nos pagaban Bs. 20,oo por el primer folio y Bs. 10,oo por cada folio adicional; pero al entrar en vigencia la nueva normativa registral todo cambio, quedando las notarías públicas por unos años con el viejo sistema de asentamiento manuscrito documental, hasta tanto se sumarán legalmente al nuevo formato protocolar.

Una mañana de un afortunado día, me presente en las oficinas de la Notaria Publica Tercera de Maracaibo, ubicadas en ese año de 1981 en el Centro Comercial Buenos Aires en 5 de Julio en un local del lado de la calle Dr. Portillo (78), recomendado por referencias del Dr. Alejandro Méndez Caldera y con una flamante constancia de trabajo suscrita por la Dra. Margarita Molero de Fuenmayor, la Dra. María Cristina me recibió sin dilación en su despacho, detrás de ella una reproducción del cuadro de Tito Salas de El Libertador servía de marco al entorno de su rostro, su dulce mirada y su amplísima sonrisa.

La Dra. María Cristina era pequeña, de caminar ligero y divertida presencia, nunca tuve ocasión de verle disgustada, todo lo resolvía y todo arreglaba, coordinaba y disponía, un valioso equipo de trabajo de sus funcionarios acompañaron su labor como Notario, su jefe de Servicio Revisor el Dr. Javier Pérez Aranaga, la señora Gloria Ramírez, entre otros buenos amigos y compañeros de trabajo.

En esos años, por el lado de 5 de Julio Le Bruyere un restaurant que aún permanece en el tiempo, en ese sitio almorzaban los compañeros de trabajo y yo, el desayuno un batido de lechosa y una empanada argentina en el negocio de un gaucho que estaba del lado de la calle Dr. Portillo, y cuando la cosa estaba dura, al menos para mi persona como estudiante, una malta coronaba el mediodía.

A finales del año 1981 se trasladó la Notaría Tercera de Maracaibo a su sede actual en el Centro Comercial Don Matías de la Avenida Bella Vista con calle 76, donde me retire para continuar mis estudios de Derecho, la Dra. María Cristina continuó su labor como Notario Tercero de la ciudad de Maracaibo hasta el final de su desempeño.

Tuve la ocasión de reencontrarme en años mas recientes con la Dra. Maria Cristina, ella en el libre ejercicio de su profesión de abogada y yo  como empleado público a su servicio, al verle quedé gratamente complacido, su mirada era la misma de aquellos años y su sonrisa preservada en el tiempo.

JLReyesM.   

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