domingo, 25 de junio de 2017

El Mojo.



El Mojo Escuqueño
Una mañana de carnaval, en casa de mis tíos Dimas y Espíritu cuando residian en la población de Escuque en el estado Trujillo, mientras mi esposa disponía la preparación de las arepas para el desayuno, mi tía colaba el café y sobre la estufa la candela se encargaba de hacer hervir la leche, para la mesa servida de cuatro adultos y tres de mis hijos, comensales de ese día, solo había disponibles tres huevos de Gallina.

Entonces mi tío Dimas siempre echador de bromas le dijo entre risas a tía Negra, hace con esos tres huevos un Mojo, esto es unos huevos revueltos al estilo de los pueblos trujillanos, tal como aprendí hacerlos viendo y escuchando la receta a mi tía Espíritu que se la había enseñado una jovencita escuqueña vecina de la casa.

Ayer sábado, para el desayuno en casa solo tenía tres huevos, unas mortadelas y alguna verdurita, le dije a Mercedes mi esposa, a vaina voy hacer un Mojo y me eché a reír recordando la gracia que le daba a tío Dimas la manera de rendir los huevos revueltos mediante esta receta del Mojo Trujillano de una simplicidad extraordinaria.

Sobre un sartén caliente se vierte algo de aceite o mantequilla, sirve también la margarina, al chirrear se echan el picadillo de verduritas, la que tengas en casa, yo le eché tomates, cebolla y cebollín, al punto sal, pimienta al gusto y si dispones como en mi caso de mortadela fresca se la echas también, pero puede ser jamoncito, tocineta, lo que dispongas en el momento, una vez salteado el preparado se le afloja una tasa proporcional de agua, pero si hay buena leche es preferible, a falta de éste vacuno líquido no queda otra que agua, simple y pura agua fresca, la cosa es que quedé echó un “Mojo” agréguesele leche o agua, y una vez humeante al calor de aquel guiso, se le agregan los huevos dejándoles cocinarse un pelín antes de revolverse y mezclarse el menjurje hasta obtener unos huevos revueltos en una salsa consistente y rendidora para aplicarse sobre unas buenas arepas o el pan.

Frente y terraza de la casa "El Cristo" en la población de Escuque, Estado Trujillo
La pequeña es mi Carmen Mercedes de Jesús, Mercedes, Mamá, Tia Espiritu y Tío Dimas (Padrinos míos) .

En la cocina todo se vale, los ingredientes dependen de la existencia en despensa, el estilo puede variar pero los resultados solo dependen de una buena mano, en la combinación y cantidad de elementos del aderezo, ingredientes y el buen pulso en la cuchara y sobre todo de la sopeteada para enderezar el toque de sal o pimienta, jamás de los jamases utilizaría Clavitos para aderezar unos huevos revueltos por ejemplo, pero sí un buen cilantro o tomillo, y hasta un ajo porro, pero ni se les ocurra echarle Canela.

Esos detalles en la cocina, guisos, fritangas, caldos, arroces, pastas y salsas, las aprendí observando a mis tíos Dimas, Espíritu y muy especialmente preguntándole a mi madre, recuerdo como si hubiera sido ayer el día que me enseñó a cocinar arroz para que no me quedará ni aguado ni duro, sino perfecto, blanco y suelto como perlas sobre el plato.

Recuerdo una tarde de invierno en casa, llovía intensamente, y mamá preparó unos ricos chicharrones de puerco, los aderezó únicamente con sal, los salteó en aceite sobre el viejo caldero de hierro junto con tomate, cebolla y cebollín verde, las arepas y el café con leche esperaban en la mesa la deliciosa fritanga para el relleno, no sé cómo mamá lograba cristalizar la Sal sobre los dorados chicharrones que parecían diamantes lucidos sobre la grasa y la carne; siempre que pasó por una venta de chicharrones recuerdo esa tarde cuando niño y el sabor inigualable de los chicharrones preparados por mi madre, ni modo alguno semejantes al seboso sabor de las ofrecidas actualmente en los kioscos de Maracaibo.

JLReyesM.   




    

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