Desde el Castillo San Carlos en el Zulia hasta los Castillos de Guayana. |
El primer día de clases, un malestar en remolino se deja sentir en mi estómago ante la expectativa de la nueva maestra, como decíamos entonces la nueva señorita, después de nuestra madre y María Santísima, nuestra tercera madre en el Colegio; previa la formación en fila, el canto del Himno Nacional, las oraciones de la mañana y la esperada entrada al recinto del aula escolar, nos quedamos de pie hasta la entrada de la señorita, el saludo: -Buenos días señorita, y nadie se sentaba hasta que diera su palabra de orden: -Siéntense.
Agosto había pasado feliz, con todo su tiempo de juegos, travesuras e ilusiones, y una nueva etapa comienza en la vida, entonces mirando por la ventana del salón de clases, en breves espacios de tiempo, por encima de los árboles que bordeaban el patio hacia el campo de fútbol y más allá hasta donde el horizonte, cargado de lluviosas nubes, dejaban entrelazar los ases de luz solar matutina, que se aferraban a la aurora mojada, hasta aparecer en el cielo el Sol despejando el día, llenando mis pensamientos de sueños y fantasías.
Aquel embeleso terminó con la llamada de atención de la señorita: -Saquen todos su libro de Lectura, se trata del recordado y querido libro “Venezuela en un Viaje” cuyo autor es Daniel Gómez, donde un personaje llamado Carlitos y su familia viajaban por toda Venezuela, describiendo sus vivencias, los paisajes y narrando incidencias y aventuras por toda nuestra geografía nacional, durante una hora todas las mañanas su lectura capturaba al grupo de un encanto especial, pues de forma natural hacíamos silencio, escuchando leer a todos y cada uno de los compañeros de clase, mientras la señorita nos alterna en el ejercicio de lectura llamándonos por nuestro apellido: –Ahora Ud. Reyes, y así tambien nos corregía, cuando cometíamos algún error en la pronunciación de las palabras.
Fiat Premio medio de transporte empleado en el largo periplo de 1997. |
Mi hija Carmen Mercedes desde una ventana del Castillo San Francisco. |
Fue durante Julio y Agosto del año 1997, un automóvil Fiat recién adquirido, como dicen de paquete, fue el medio con el cual transitamos por toda Venezuela, salimos de Maracaibo a las 3 de la madrugada, desayunamos en Barquisimeto y seguimos rumbo al estado Cojedes vía Los Llanos, llegamos a San Carlos, pasamos los llanos del estado Portuguesa vía Guárico, llegamos a las 7 de la noche de ese primer día a la ciudad de Valle de la Pascua donde pernotamos, al día siguiente partimos a Monagas, bajando hacia el estado Bolívar, no sin antes almorzar en un Caney en la población de El Sombrero, llegando a las 3 de la tarde a Ciudad Bolívar, luego de recorrer la ciudad primogénita e independiente de la República Constitucional de 1819, y conocer la casa del Correo del Orinoco y del Congreso de Angostura, llegamos a ciudad Guayana a las 8 de la noche, todos molidos por la jornada turística.
Castillo de San Diego de Alcalá con el majestuoso Orinoco de escenario. |
Caida de aguas del río Caroní. |
Después del aviso vial, seguimos echando rueda, hasta llegar a los famosos castillos de Guayana, situados en el Municipio Casacoima del estado Delta Amacuro, enclavados en dos elevadas colinas, conformados por dos fortalezas, construidas sobre la roca viva, una denominada San Francisco de Asís (Fuerte Villapol) y la otra lleva el nombre de San Diego de Alcalá o El Padrastro (Fuerte Campo Elías). Estas otroras inexpugnables fortalezas, levantadas por los ancestros españoles impedían la penetración e incursión de piratas y bucaneros por el río Orinoco hacia el interior de la Guayana, así se llama este territorio, debido que en el año 1595 se edificó la primera capital de la provincia de Guayana, que se llamó Santo Tomé de Guayana, fundada el 21 de Diciembre día de Santo Tomás también escrito Tomé antiguamente.
Desde la casa del Correo del Orinoco. |
De mis viajes por Venezuela he llegado a la triste convicción de que nuestra tierra no es merecida por quienes la habitamos, en plural, muy a pesar de quienes la amamos entrañablemente, este gran país lleno de riquezas, pleno de naturaleza, surtido de animales de exótica belleza, aún espera por sus hijos lo mejor de cada uno de ellos, de ese pueblo honesto, trabajador, que su gente ponga sus talentos al servicio de su ciencia, de sus artes y de su pensamiento, y que lo hagan con toda honestidad; que de una de vez por todas entiendan que sin probidad, virtud y sentido de pertenencia no existe nación alguna.
JLReyesMontiel.
8 comentarios:
recuerdo mucho ese libro .. tuve la oprtunidad de viajar como Carlitos viajando en familia por toda Venezuela ... hoy buscaba a ver si encontraba la caratula o el contenido del libro
Maravilloso, compartir esta realidad que vivi con los ojos de alma infantil. Gracias, Gracias, Gracias. En estos momentos que atraviesa Venezuela, pretendo que mis sobrinos, en otros paises aprendan nuestro elnguaje, sonar con que emprendan ese Viaje hacia nuestra Venezuela y la conozcan, me vino a la cabeza, y ahora veo este testimonio. Gracias.
No hay nada más reconfortante de descubrir que muchos de nosotros fuímos Carlitos y junto a su familia viajábamos con la internet de nuestra mente y disfrutamos cada rincon viajado...Gracias Prof. Daniel Gómez!!!
Yo también fui cautivada por la lectura de tan hermoso libro no recordaba el nombre del autor y aun busco ese maravilloso libro cuando veo a vendedores de libros usados pero creo que quienes lo tuvimos nos cuidamos de no sederlo yo no se como lo perdi pero aun lo busco No tienen idea lo feliz que me siento de saber que ese libro nos hizo felices a tantos niños
Felicitaciones por su narrativa.
Yo también recuerdo mucho ese libro de lectura y se lo he comentado a mí hija de 10 años. Soy Yaracuyano y tuve la oportunidad de viajar por casi toda Venezuela.. actualmente vivo en Italia..
Saludos
José Cárdenas
JLReyesMontiel23/11/21, 12:07
Su lectura es mi retribución y motivación para continuar adelante, gracias por su comentario. Salud y bendiciones. JL
Lindo recuerdo de nuestra generación, gracias por su comentario. Saludos.
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