Las leyes de la causalidad, al caminar con Dios, nos presentan buenos
momentos en éste sendero de la vida, me
llevó de la mano extraviado en el centro de Santiago, una vez ubicarme por el Google Mapa mediante mi
celular, decidí tomarme un Café en un modesto local adyacente a mi punto de
localización, siendo ese día Viernes en una mañana soleada, desde temprano en la
mañana, una tertúlica propuesta navegaba permanente en mi pensamiento.
En esa mi disposición a un buen encuentro en algún Café, para sostener una buena conversación, conocí a don Miguelito, el buen hombre después de pagar en caja su cafecito acompañado de un bocadillo relleno de crema, se acercó hasta las mesas dispuestas al frente del local para el consumo de sus clientes, debajo del pequeño Cobertizo dos señoras ocupaban una mesa y yo otra mesa, la tercera mesa desocupada estaba un poco más allá, en su paso viendo el caminar macilento del señor, cordialmente le invité a mi mesa: -Si gusta puede sentarse en esa silla y compartirnos la mesa, no hay problema, sin pensarlo dos veces el veterano caballero se sentó. Fue como resultó aquel encuentro con don Miguelito, chileno y Santiaguino de arraigo, y esa mañana la entretenida tertulia nos llevó desde don Andrés Bello, hasta el Carillón de la Merced.
Don Miguelito y JLReyesMontiel. |
Intercambiando identidades, me preguntó: -¿Usted que nacionalidad tiene? –Venezolano, le respondí asertivamente, - Y me siento orgulloso de ser Venezolano, sentencie con la seguridad de quien se siente extranjero en país ajeno.
Continúe: -Me siento orgulloso de nuestra historia y tradiciones, nunca
intente tramitar el Pasaporte, pues en vacaciones escolares recorrí mi país de
occidente a oriente, pasando los llanos centrales de Venezuela, hasta las
orillas del río Orinoco, llegando hasta su desembocadura allá en el territorio
Delta Amacuro, donde se encuentran las Fortalezas de Guayana, en mi país todo
lo tuve mar, playas, montañas, valles, ríos, llanuras y un formidable macizo
amazónico ancestral.
El hombre se quedó varío y absorto, con mi declaración, ya bastante mal han
hecho en la mentalidad de los nativos los viles ignorantes que exageran en su xenofobia la irracionalidad de ciertos mal nacidos coterráneos,
que deshonran con su mala conducta
nuestro gentilicio Venezolano, pero que afortunadamente son una minoría dentro de nuestra gente.
Al punto don Miguelito, me pregunta: ¿Quién es don Andrés Bello? Un sabio
nacido en Caracas, maestro del Libertador Simón Bolívar, Filósofo, Jurista y experto
en Gramática Castellana, además de Político, patriota, que en 1811 fue comisionado
por el congreso de Venezuela ante Gran Bretaña junto a López Méndez y Bolívar para
buscar apoyo político y militar para la recién independiente República de
Venezuela.
¿Y qué hizo por Chile? Conteste le afirmé: –Fue el primer rector de la Universidad de
Chile, que él mismo colaboró a fundar, además redactó el Código Civil de Chile,
con todos sus aportes a la cultura, educación en institucionalidad del Estado chileno,
un intelectual que contribuyó activamente para la consolidación republicana de
Chile.
Terminando mi Empanada de Pino con un sorbo de mi Café, seguimos degustando
lo propio y conversando sobre la municipalidad de Quinta Normal: -Sabe porque
donde usted vive se llama Quinta Normal, -Será por su Parque que se encuentra
cerca de la Basílica de la Gruta de Lourdes, le aseveré, -No, esa es una vieja
historia del lugar, años atrás siendo un apartado caserío rural, un señor tenía cinco hijas muy
agraciadas, pero, de las cuatro la quinta era la normal, pues las otras eran ñoñas
y los jóvenes de época decían vamos a visitar a la quinta normal.
Así pasamos de tema en tema, ya para despedirme, don Miguelito me preguntó
si había visitado el Carillón de la Merced, invitándome a conocerlo dos cuadras
más abajo, bajando la calle Merced, adyacentes a la Plaza de Armas de Santiago,
me afirmó sino va ahora, que le hablaré de ese esplendida iglesia y su Carillón,
difícilmente va otro día, el tiempo pasa y lo va dejando para más luego, me disculpe
con don Miguelito, eran ya las 12,30 del mediodía y el calor del verano chileno
apretaba como para caminarse esas dos cuadras y seguramente Mercedes me
esperaba en casa.
Sentados aún sobre la mesa, me pidió don Miguelito desde mi celular abrir
YouTube y buscar el Tango “El Carillón de la Merced” mientras lo escuchamos, me
contó el anécdota cuando Le Pera y Santos Discépolo en su visita a Chile, una madrugada
santiaguina desvelados en algún sitio cercano, Le Pera y Santos Discépolo escuchando
a lo lejos el sonar de las campanas desde la iglesia la Merced, en una exaltación
de viajeros bohemios, compusieron letra y música del Tango “Carillón de la Merced”.
JLReyesMontiel
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