sábado, 11 de agosto de 2018

La Vaina del Cují.

Fruto del árbol de Cují o
vainita del Cují.
Hace unos cuantos años atrás, vacacionando en la bella península de Paraguaná,  visitamos la casa familiar de los Calles, por esos años muchacho de unos 14 años de edad, tuve el honor de conocer al señor Candelario Calles, Dios lo tenga en su gloria, amado padre de Sonia esposa de mi primo hermano Enrique Briñez Montiel; el señor Candelario, hombre del campo, solía pernoctar más tiempo en su Rancho cuidando sus animales de labor que en su casa de la ciudad de Punto Fijo, ese día excepcional cuando le conocí, montaba en su camioncito unas sacos de fique llenos de vainitas de Cují, y al preguntarle sobre el destino de su curiosa carga, me respondió en su ligerito dialecto paraguanero, que se trataba de alimento para sus vacas y cabras.

Como yo bien conocía los árboles de Cují y su particular fruto, por ser también originario y abundante en nuestros montes aledaños de Maracaibo, me causó sorpresa que dichas vainitas amarillas sirvieran de alimento para el ganado, pues siempre tuve conocimiento que el pasto era su dieta principal.

Unos años más recientes, por el 2000 y pico, un joven pasante en la oficina, me hablaba de la hacienda de su papá y del alimento que le  daban a las vacas, ahorita en este momento no recuerdo el enrevesado nombre que le dan a ese alimento, y precisamente ese día cuando  me lo dijo tuvo que repetírmelo varias veces, pues me resultaba algo incomprensible, hasta que finalmente me dijo que era –mierda de gallina-  le respondí: ¡Mierda de Gallina!  ¿Eso es lo que le dan a comer a las vacas en la  hacienda de tu papá…?

El joven pasante quiso aclararme, sin convencerme, que ese alimento resultaba altamente nutritivo para el ganado, pues concentraba todos los nutrientes que le sirven como comida en las polleras de engorde y crecimiento a las plumíferas aves de corral.

Esta mañanita, sentado bajo el frondoso Cují, situado en las áreas verdes de la entrada a las Residencias El Pinar donde  habito, recordé al señor Candelario y su carga alimenticia para su ganado, mirando en el suelo arenoso debajo del árbol amigo la gran cantidad de vainitas maduradas, y pensé en el valor nutritivo de dichas vainitas, producto sano, barato y abundante, y sin los contaminantes hormonales que le dan a los desdichados pollos en las polleras, y que las no menos desafortunadas vacas, reciben como alimento: -La mierda de los pollos.

Todos podemos decir que conocemos nuestro típico árbol de Cují, y sabemos que además de abundar en nuestros campos, sus vainitas proliferan en grandes cantidades y varias veces al año, que es un árbol resistente, que da una sombra fresca y gratificante, que no amerita grandes cantidades de agua para mantenerse verde todo el año y que además es emblemático de nuestras comarcas costeras nacionales donde el pasto escasea.

Por eso nunca entenderé a los productores del campo que le den de comer mierda a sus vacas, eso me parece cruel no solo para el animal sino para el ser humano  que al fin de cuentas será el consumidor final de su carne, ¿Qué le echen esa vaina a uno? Teniendo silvestremente nuestra vainitas de nuestro generoso y hermoso Cují.

JLReyesMontiel.






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