Este
antiquísimo instrumento popular servía para batir el cacao en su proceso de
preparación del chocolate hasta quedar en su punto exacto de cremosida, y digo
antiquísimo por tratarse de un simple listón de madera chata, lo que nos lleva a
pensar de sus origines primitivos en la cocina de los primeros seres humanos.
El
tema musical “María Paleta” del grupo Un Solo Pueblo describe en su letra
jocosamente el afán en su empleo culinario y para otros menesteres domésticos,
así como para una vieja practica ya superada, afortunadamente, del almidonado
de la ropa, las amas de casa o la servidumbre hacían uso de la paleta para
extraer la ropa de la olla donde se hervía en agua con almidón disuelto en
polvo y se colocaba por unos minutos asegurando su planchado impecable y
dejando la prenda de vestir toscamente endurecida evitando así que se arrugara
con su uso durante el día.
Yo
hasta un tiempo más o menos, tuve que soportar pantalones y camisas
almidonadas, especialmente mis uniformes escolares durante mis primeros años de
estudios, suerte que salieron al mercado suavizantes y otros productos para el
planchado dejando atrás este anticuada incomodidad, pues la ropa almidonada no
solo quedaba endurecida lo cual resultaba algo molesto al andar, sino que al sudar
desprendía sus olores propios del almidón natural tomado de la planta Yuca.
Recuerdo
a mamá mezclando el azúcar con la paleta para lograr el almíbar en sus dulces de hicacos,
lechosa, piña, cascos de guayabas, así como en sus delicadas, manjar blanco,
majarete y mazamorra.
Me
detendré en las “Delicadas” pues son muy sencillas de preparar, por ser un
platillo muy singular y quizás poco conocido por algunos, pues quién no conoce
los otros manjares de la cocina Zuliana; hay tantas “Delicadas” como de las
frutas puede elaborarse algún jugo, así tenemos delicadas de piña, naranja,
guayaba y mango, nombró éstas por ser la que mamá preparaba con mas frecuencia.
Para
hacer “Delicada” debemos contar con la famosa marca –Maizina Americana- la cual
una vez colocado el jugo respectivo en una olla, endulzado al gusto y puesto en
ebullición, se le agrega lentamente la maicena que previamente se coloco en una
porción de 2 o 3 cucharaditas disueltas en agua dentro de una taza de café,
ajustándose la cantidad de maicena según se desee más o menos cremosa y densa
la delicada, resultando una especie de pudín, perfecto como postre o para
compartir durante las tardes a la hora de la merienda.
Para
los niños de otrora, la paleta era también un instrumento de corrección y
disciplina casera, vaya paleta que solían darse a los muchachos por la
rabadillas, mamá me sonaba con la paleta por la parte trasera de las canillas,
haciéndome brincar hasta llorar, pero esas medidas disciplinarias eran comunes
entonces y no por ello innecesarias, pues considero que esas “pelas” que nos
echaban formaron los hombres y mujeres que somos nuestra generación, así como
generaciones anteriores desde nuestros ancestros.
El
asunto fue que tremendo como era yo, un buen día mientras mamá dormía vi la
susodicha paleta detrás de la puerta de la cocina donde mamá solía acomodarla
en un clavito sostenida de un curricán, sin pensarlo mucho agarré la puñetera
paleta y se la tiré al techo de la casa, a los días con la primera lechura que
hice mamá buscó la paleta para sonármela en las canillas y ella busca que busca
sin encontrarla mientras yo me reía, torpe acción la mía, porque en vista que la paleta no apareció mamá tomó la manguera de regar sus
matas y cortó un pedazo como de medio brazo y bueno para que les cuento, hay
quedó eso.
JLReyesMontiel.
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