Todas las tardes a la hora del ángelus, seis de la tarde, tía Espíritu encendía la radio de Mamá Carmela, donde siempre estuvo sintonizada la emisora “La Voz de la Fe” donde se transmitía el Santo Rosario en vivo por el legendario Padre Olegario Villalobos Reyes, mi abuela en su venerable ancianidad tomaba su Rosario y seguía sus oraciones por la transmisión radiofónica, de ese modo la fui viendo día tras día hasta que tanto la abuela como la quebrantada voz del Padre Olegario se desvanecían con el paso de los años, Mamá Carmela solo escuchaba y el Padre Olegario, olvidaba la secuencia de las cuentas del Rosario y era auxiliado en su rezo por las señoras que le acompañaban en la devoción Mariana.
De aquel sensitivo recuerdo y del venerable rezo del Rosario, conservo mi atención al escudriñar el cielo en su madrugada y antes del alba, observar y maravillarme en el inmenso y recóndito cenit azul, a una destacada y solitaria estrella en su firmamento, entonces llega hasta mi una figuración mental de una letanía particularmente mística “Estrella de la Mañana”.
Mamá solía levantarse mucho antes de salir el Sol, para prepararnos el desayuno a mi hermana Sara y a mi en nuestra rutina de ir a clases, mientras mamá disponía su cocina, yo memorizaba las tablas matemáticas sentado en la mesa, y de vez en cuando miraba por la ventana el fondo del patio de la casa y en el lejano y oscuro horizonte del cielo veía con denuedo el rotundo titilar de aquella lejana estrella solitaria, comparando el bello resplandecer de la estrella con la consecuente letanía del rosario, y cada vez que escucho y medito el Rosario identifico ese pasaje con la estrella que me extasiaba desde niño y desde la ventana en el patio de la casa.
Mamá solía levantarse mucho antes de salir el Sol, para prepararnos el desayuno a mi hermana Sara y a mi en nuestra rutina de ir a clases, mientras mamá disponía su cocina, yo memorizaba las tablas matemáticas sentado en la mesa, y de vez en cuando miraba por la ventana el fondo del patio de la casa y en el lejano y oscuro horizonte del cielo veía con denuedo el rotundo titilar de aquella lejana estrella solitaria, comparando el bello resplandecer de la estrella con la consecuente letanía del rosario, y cada vez que escucho y medito el Rosario identifico ese pasaje con la estrella que me extasiaba desde niño y desde la ventana en el patio de la casa.
Una canción muy nuestra y popular, de nuestro Simón Díaz “Mi Querencia” comienza precisamente –Lucero de la mañana préstame tu claridad para alumbrarle los pasos a mi amante que se va- esa preciosa poesía cantada la disfrute tantas veces en las oportunidades que viajando por nuestro país, por sus infinitas carreteras y caminos y en plena madrugada, miraba al profundo cenit azul a través de la ventana de la camioneta, subiendo montañas o atravesando valles o inmensas planicies de nuestra geografía, mientras me seguía como segura compañera una Luna enamorada y a su lado la fulgurante estrella, la estrella de la mañana.
Este espectáculo luminoso en nuestro cielo terrestre, conocido también como Lucero del Alba se debe a la presencia del planeta Venus cuando es visible al amanecer o bien al atardecer cuando es llamado Estrella vespertina o Lucero de la tarde, en el mundo es conocido en inglés como Morning star en francés Étoile du matin y en alemán Morgenstern literalmente Estrella de la Mañana teniendo una linda connotación poética y mística.
Debido a la órbita del planeta Venus respecto de la Tierra, es visible durante la noche solo las tres primeras horas después del atardecer al oeste y las últimas tres horas antes del amanecer al este, siendo el objeto más luminoso en el cielo después del Sol y la Luna.
En la iglesia católica nuestra, designa a Cristo mismo de acuerdo al libro del Apocalipsis en su capítulo 22 versículo 16 está escrito “Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”; y desde la antigua tradición católica es comparada a la Virgen del Carmen con la estrella de la mañana en Latín Stella Maris, es decir, Estrella del Mar ya que según la fe católica nuestra, es la patrona de los marineros, pues en la inmensidad del Mar guía con su luz a puerto seguro, puerto éste que sería Cristo Jesús mediante la devoción a la santísima Virgen María, madre de Jesús y madre nuestra.
De tal manera, la Estrella de la Mañana en las letanías Lauteranas, es una invocación mística a la Virgen María en la oración del Santo Rosario, devoción que rezada con atención y fe aleja de nuestras vidas al maligno, el artífice de la mentira, la tristeza y el dolor; por eso es importante conocer estos detalles y sentir profundamente el fuego místico del Espíritu Santo mientras rezamos el Santo Rosario.
José Luis Reyes Montiel.
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1 comentario:
que belleza de blog quizas nos conocimos alguna vez porque yo vivia en Tierra Negra en la Av 12 No. 67A-85 Quinta Nazareth donde la Sra Julita Rios y Chelita Rios que fueron mis madres de crianza existe alguna posibilidad con la tecnologia de nuestros dias recuperar los audios del santo rosario de la voz de la fe con la voz del padre olegario villalobos? eso me complaceria enormemente mi correo electronico jaga970@hotmail.com
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