A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente –sobre todo de Italia- decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, ni respondía a una representación en especial.
Quisieron si vivir bajo los aspectos marianos reseñados en los textos evangélicos: Maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración, castidad y austeridad, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.
Pues bien, en el entorno de aquel bonito paraje de Hatos bordeamos por una trilla de arena, convertida hoy en la avenida Milagro Norte, llamado “Santa Rosa de Tierra” fue el escenario del comienzo en nuestra ciudad de la veneración de la devoción mariana a nuestra Señora del Carmen también conocida como Virgen del Monte Carmelo, ya sus fiestas se celebraban cada 16 de julio en cada parroquia, caserío, pueblo o ciudad Zuliana, en fin, es una tradición católica la fiesta carmelita.
Los marinos son sus fieles devotos, y es patrona de los Ejércitos de Venezuela y Chile |
Escapulario de la Virgen del Carmen dicen que el que lo lleva con devoción es protegido de las tribulaciones y del mar tempestuoso, yo poseo uno obsequio de mi prima Carmen Villalobos Restrepo. |
Son muchas las que ostenta el nombre de Carmen en la familia, empezando por la abuela Mamá Carmela cuyo nombre era María del Carmen, mamá Carmen Domitila, su sobrina Carmen Romelia, Carmencita Briñez Montiel, Carmen Cecicilia y Carmen Teresa, en fin otras tantas de generaciones pasadas y actuales entre ellas mi hija Carmen Mercedes de Jesús.
Cuentan los viejos de “Santa Rosa de Tierra” que a finales del XIX comienzos del siglo XX, llegó en recuas de burro, un fraile capuchino, con sus enseres religiosos, dispuesto por sus superiores para edificar una capilla para devoción mariana, celebrando la eucaristía, debajo de un ya frondoso árbol de Ceibote plantado en la adyacencias del lugar escogido, mientras se levantaba por los fieles la pequeña iglesia; la devoción mariana se dedicó a la excelsa advocación de la Virgen del Carmen por la cercanía a la costa lacustre y por ser sus habitantes en su mayoría marineros y pescadores del lugar; la bella escultura alegórica a la Virgen del Carmen fue traída desde España, y se conserva colocada en el altar central de la Capilla, hoy como ayer situada en la plazoleta pero rodeada de las Villas Residenciales, muy reformada y adaptada al medio arquitectónico de la zona, pero muy diferente al estilo colonial original, este 16 de julio como tradicional e históricamente lo ha hecho recorrió cada rincón de esa zona del litoral del Coquivacoa y de las urbanizaciones desarrolladas en sus márgenes, como muestra del aumento de sus feligreses, de su devoción y amor mariano. Viva la Virgen del Carmen! Viva!.
José Luis Reyes Montiel.
José Luis Reyes Montiel.