sábado, 28 de enero de 2012

Rayos X

En la actual y remodelada Calle Carabobo de Maracaibo, en el edificio del Acervo Histórico del Estado Zulia, funcionó durante muchos años (décadas del 1940-1950) la Clínica Guadalupe, mamá me contó que durante varios años fue empleada en el consultorio del Dr. Méndez Romero, como operaría de la maquina de Teletorax recibiendo el reconocimiento por la resolución visual de las radiografías tomadas a los pacientes.

Fueron años difíciles, mamá me contaba que en ese tiempo, el abuelo Papa Luis se encontraba bastante desgatado por la entrada de sus años, el Hato San Luis en consecuencia había decaído mucho, ya no se sembraba y los animales grandes habían sido robados, solo quedaban algunas aves de corral y ganado caprino, el monte xerófilo había invadido la majada del hato y la tierra fértil era presa fácil del fuego y la erosión de las lluvias al no trabajarse con la pala.

Sus hermanos se había dedicado a otras actividades en la ciudad de Maracaibo y habían dejado atrás su vida campesina, sólo tío Aurelio vivía en el Hato San Luis pero el sólo no podía mantener todo el trabajo que implicaba sostener una actividad agrícola de ese tipo, y decidió trabajar como empleado en el Orange Crush, además tenía que sostener a su esposa Soledad y sus hijos María, Maritza, Martha, Manuel y Marcos quienes nacieron en San Luis, luego nacería Marianela ya en Maracaibo.

Mamá estaba residenciada en “El Cristo” viejo, la antigua casona donde años más tarde “padrinito” mi Tío Dimas levantó una moderna quinta que siguió bajo el nombre de “El Cristo” en la esquina de la calle 66 con avenida 8 Santa Rita, pero en aquella vieja casona de “El Cristo” mi Tío Dimas había dado cobijo en Maracaibo a mis abuelos Papa Luis y Mamá Carmela, mi Tía Espíritu (Tía Negra) y a mamá quién todavía permanecía soltera. Mi abuelo se había trasladado a Maracaibo para tratarse sus dolencias dejando con todo el dolor de su alma la vida campesina que tanto amo, recuerdo que mamá me contaba como Papá Luis sentenciaba que la construcción de la carretera a El Mojan acabaría con el Campo. 

La casa “El Cristo” viejo, que Tío Dimas había adquirido con su trabajo y esfuerzo, vio morir al abuelo, quién se le puso tan inmenso su corazón que explotó, no en vano su amor por la tierra se le agolpó de un solo golpe y se lo llevó a la eternidad.

Hay un cuento de aquella vieja casa “El Cristo”, resulta que para la fecha que la adquiere mi Tío Dimas la casa estaba bastante deteriorada por el tiempo y la falta de mantenimiento, llego el invierno y con el las lluvias, aguaceros y chubascos que en Maracaibo son bien feos, el caso es que primero escampaba afuera que adentro, y en una ocasión los viejos abuelos y mis tíos Dimas y Espíritu incluyendo a mamá tuvieron que pararse y recostarse  a las paredes  para evitar de algún modo mojarse con las goteras del techo, ante tal incomoda situación Mamá Carmela –muy ocurrente- dijo …”Dimas mijo, vos no habéis comprao una casa sino un colador….” Cuenta mamá que mi Tío Dimas por el sentimiento del momento se le saltaron las lagrimas, no pasaría mucho tiempo cuando se levantó tremenda quinta “El Cristo” nuevo, en ese mismo lugar del viejo “El Cristo” orgullo de todo los Montieles quienes solían reunirse todas las navidades y año nuevo alrededor de la abuela Mamá Carmela.

Después les echaré el cuento de cuando mamá conoció a papá. Allí mismo en “El Cristo” viejo.

José Luis Reyes Montiel.

No hay comentarios: