Entre los días del año, el mundo
occidental en la práctica de su civilización ha fomentado la celebración
durante el año de determinados días, entre ellos el que hoy en éste tercer
domingo del mes de junio evocamos, el día del padre, como el de la madre el
segundo domingo del mes de mayo, en un espacio de tiempo dónde las familias
rinden tributo de merecido cariño y agradecimiento a los seres que nos otorgaron
la vida como regalo providencial del Padre Creador, que impulsa ese sentimiento
entre los seres humanos para la reproducción, auspiciado por el amor entre una
pareja de un hombre y de una mujer.
“Gn 27 Y creó ’Elohim al hombre a
su imagen, a imagen de ’Elohim lo creó, macho y hembra los creó. 28 Luego
’Elohim los bendijo; y les dijo ’Elohim: Fructificad y multiplicaos, llenad la
tierra y sojuzgadla, dominad sobre los peces del mar y las aves de los cielos y
sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra”.
Esa es la base fundamental de
nuestra civilización cristiana, por encima de todo culto en el cual se han
empeñado en dividir la iglesia de Yeshúa, es el nombre hebreo de Jesús de
Nazaret, que significa "Yahveh es Salvación".
Me siento afortunado y bendecido
por haber sido engendrado al viejo estilo de los patriarcas, mi padre y mi
madre entrados en años, ciertamente más mi padre que mi madre, concibieron a quien
redacta éstas líneas en su homenaje y recuerdo; por eso la brecha generacional
entre mis primos hermanos, quienes parecen más tíos que primos y mi vinculo generacional
con los primos segundos, incluso entre mis hermanos, entre los cuales soy el
último y sobreviviente de siete hermanos.
Por eso siento que pertenezco a
una generación que ya ha pasado su tiempo, no solo por una razón de edad, sino
por actitudes vivenciales propias que me han distinguido separadamente de mi
circulo generacional, me asumo como un hombre perteneciente a los albores del
siglo XX, por de quien vengo y por crianza entre mis tíos viejos de antes, como
suelo decir con orgullo familiar, de quienes viví sus modos de antigua solera tradicional.
![]() |
Pascual Reyes Albornoz 1902-1967 (De la foto original, ésta coloreada por cortesía de Eduardo Romero) |
Del entrañable recuerdo de mi
padre, Pascual Reyes Albornoz, poseo su acercamiento de sus últimos años de
vida conmigo compartidos, como si presintiera su pronta partida, solía llevarme
a realizar sus diligencias diarias en su automóvil, recorriendo y cobrando la
renta de sus propiedades inmobiliarias o visitando familiares y amigos, siempre
había algo pro hacer en su habitual día a día.
Mi padre afinado comerciante y
propietario de aquellas tradicionales moliendas de maíz y café, que proveían a
nuestra antañona ciudad del grano procesado para la mesa y el consumo de los
maracaiberos nativos y extraños, las barriadas de El Saladillo y El Empedrao,
conocieron de aquel producto alimenticio “del Maíz pilado y del Café molido por
la maquinaria de las Moliendas de Pascual” como dignamente le canta una veja
Gaita dedicada a la excelencia y calidad de su producción.
Mi padre evocando aquellos
tiempos de molienda, reunido con su compadre José Bravo, su colega molendero,
entre palos y amena conversación, atribuían la desaparición de las antañonas
moliendas a la aparición de la harina de Maíz precocida, cuya novedad no tenía
competencia con el Maíz pilado, prontamente papá más por razones de edad jubilar
que comerciales, supo dar paso a la nueva industria, teniendo a la vista la
plusvalía de su actividad, la cual aprovechó adquiriendo bienes raíces para su
retiro.
Padre amado, ahora evoco cada
sábado en la mañana para hacer el
mercado semanal en los que te acompañaba, y las tardes de regreso a
casa, cuando rumbo a nuestra casa doblabas la esquina de la calle Venezuela, me
quedaba dormido en el asiento del carro tumbándome hacia tu lado, me decías: -ya
vamos a llegar, no te vais a dormir. Nunca me quedé dormido padre, aquí está tu
hijo.
JLReyesMontiel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario