domingo, 17 de octubre de 2021

Oribor, un paseo de playa y Sol.

Un poco antes de llegar a la hermosa y colonial Los Puertos de Altagracia, nos encontramos, con la desviación a mano derecha de la estrecha carretera que conduce hasta Quisiro, pueblo escondido en la inmensidad de aquellas extensas planicies que forman la parte norte de la costa oriental del Lago de Maracaibo.

Una vez llegados a Quisiro, se busca la salida del pueblo que sigue a la hermosa playa cuyo nombre originario es “Oribor” según nos comentó un señor cuyo nombre no recuerdo, pero, como señal de su persona, si recuerdo que le faltaba el dedo pulgar de su mano derecha, perdido según nos contó en sus faenas pesqueras de antaño, a éste tiempo aquel amable personaje de la playa Oribor que recibía al turista visitante, a su avanzada edad de entonces, debe estar muerto en este otro tiempo.

Mi carro, un Chevrolet modelo Caprice, color gris plata con techo de vinil negro, resplandecía al fulgor de los rayos solares desde el despejado y esplendido cielo azul, siendo que lo tuvimos que dejar estacionado a la entrada de la playa, pues hasta ahí llegaba el asfaltado de la carretera, ya que los arenales en formas de Dunas, bloqueaban el acceso hasta la línea de la costa, solo vehículos de tracción podían superarlos.


Mercedes mi esposa, se encargó de Carmen Mercedes y a Elías José, ya Ezequiel venía en camino en la pancita de mi señora, yo bajé la cavita preparada la noche antes, con su contenido de hielo y cervezas, por cierto, una rica Cerveza de época, marca “Cardenal” de excelente sabor, calidad y efectos alegres que eran la sensación del momento.

Sobre mi cuello colgaba la Cámara “Pentax” de mi esposa Mercedes, infaltable en toda aventura turística emprendida, de las cuales érase aquella jornada una de nuestras primeras salidas a visitar entrañables lugares de nuestra bella geografía venezolana; en mi otra mano izquierda mi Reproductor de Cassettes marca “Riviera”, que compré barato en una oferta de oportunidad en una famosa Tienda marabina, muchos la recordarán “Pepeganga”.


Ya situados y acomodados en la orilla de la extensa, amplia y despejada playa de Oribor, nos echamos un playazo mi esposa y yo, alternándonos cuidando a los niños, previsión, ante todo, vos sabéis, disfrutando de las cervecitas y escuchando nuestros temas musicales favoritos de entonces, estaba muy de moda el grupo español “Mecano”. 

En el mediodía, el señor del dedo pulgar mocho, nos llevó nuestro almuerzo de ese día de playa, pescado frito con Yuca, y buen provecho, le dimos matarile acompañado con la cervecita “Cardenal” un banquete de sabores y gustos. 

Sobre la arena de la playa reposé mi almuerzo, escuchando la música sonando desde el reproductor, al rato me levanté para echarnos otro playazo alternado, y seguir pasándola chévere mirando el horizonte infinito de aquella extensa costa que corona el norte del extremo más occidental del Estado Falcón, más allá continuaba las también conocidas playas de “Miramar”.

Ya casi oscureciendo, nos regresamos a casa, con el Crepúsculo asomado cual faro guía del camino, con la seguridad que daban aquellos frugales años vividos, donde la armonía era el reflejo de vivencias hoy añoradas, cuanta emotividad guardan los recuerdos de mi hermoso país y de aquella su gente buena y amable, como el viejo pescador que perdió su dedo pulgar en sus faenas diarias, tomando su sustento de los frutos del mar que le acompañó toda su vida. 

Cielo y horizontes plenos de belleza incomparable, majestad soberana deslumbrante de paisajes es mi linda Venezuela de principio a fin, todo su territorio todo un paraíso, como la llamó Cristóbal Colón “Tierra de Gracia” como la llamó el ítalo Vespucio “La Pequeña Venecia” la Venezuela de ayer y de hoy siempre bella, nuestra esperanza está guardada entre su cielo y su tierra, y en las almas nobles del venezolano auténtico, y en las almas sublimes de sus hijos mártires. Ay patria mía! Cuanto dolor en la abierta herida del corazón.

JLReyesMontiel

Mecano - Naturaleza Muerta

             

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