jueves, 24 de octubre de 2024

Urdaneta, el hombre.

Rafael José Urdaneta Faria “El Brillante” como lo exaltó el Libertador Simón Bolívar, siempre firme a sus órdenes, con él estuvo en el año 1813, ante la vacilante tropa neogranadina, que se resistía al paso entre Cúcuta al territorio venezolano y como para convencer a la oficialidad y soldados neogranadinos gritó: “Mi general, si con dos hombres basta para liberar la patria, pronto estoy acompañar a Usted”, fue el inicio de la Campaña Admirable a través de los caminos andinos de sus montañas ese mismo año fatídico del Decreto de Guerra a Muerte en Trujillo, y en su paso por la ciudad de Mérida es proclamado por su pueblo y por primera vez Bolívar “El Libertador”, jornada guerrera magistral, donde Urdaneta se queda a resguardo en la ciudad de Valencia, mientras Bolívar marcha triunfante a la ocupación de la plaza de Caracas.

Litografía de su original.

La historia siguió su curso, Urdaneta devoto militar a las órdenes de Bolívar, se destacó por su faena militar y como estadista en la política tanto en la Primera República Granadina, durante la guerra de Independencia y en la República de Colombia (1819-1830). Seguidor del pensamiento del Libertador Simón Bolívar, fue Urdaneta quien a la muerte del Libertador, supo defender con dignidad tanto su memoria histórica, como su legado político.

Como es bien conocido, durante nuestra guerra de independencia, una sección del Ejercito Libertador de Venezuela, estaba integrado por la “Legión Británica” oficialidad y tropas, entre ingleses, irlandeses, escoceses y hasta algunos soldados alemanes, quienes venían de combatir en los campos de batalla europeos, contra el megalómano Napoleón Bonaparte y sus franceses, que pretendían dominar sobre el resto de Europa y crear una confederación de estados napoleónicos.

De aquella oficialidad de la Legión Británica, dos de sus miembros, dejaron evidencias escritas contentivas de sus versiones u opiniones referentes a la personalidad del general Rafael Urdaneta, quien por su educación y temperamento ecuánime, Bolívar le delegó el mando de dicho cuerpo europeo, razón ésta que facilitó el acercamiento entre los oficiales británicos y el insigne militar Zuliano.

El primero de éstos, por carta del año de 1819, George Chesterton, quien llegó entre los primeros legionarios a Venezuela,  pero como otros legionarios terminaron descontentos por su participación en los frentes de batalla venezolanos y neogranadinos, expresándose ofensiva e injuriosamente de “El Brillante” General Urdaneta.

Dícese: “El General Urdaneta, al mando de las fuerzas de tierra, escogido, téngase en cuenta, por el propio Bolívar, era de estatura diminutiva, afeminado y esclavo de la indolencia. Era un hombre tan inerte y al parecer tan incapaz que no hubiera sido posible confiar una causa a un caudillo más incompetente. Era inútil buscar en él un rasgo que lo redimiera: ni la más remota aptitud para el mando cabía discernir en él. Miserable sensualista, iba a campaña con dos queridas, y se pasaba el día de la mañana a la noche tumbado en su hamaca, esclavo de sus mujeres y sus cigarros”.

La segunda publicación, corresponde al año de 1825, redactada de manos del viajero Charles Stuart Cochrane, quien publicó un libro de su diario, durante sus viajes por los territorios de la República de Colombia (1819-1830), pero en ésta obra escrita, discernió con palabras de respeto y admiración hacia la personalidad del General Urdaneta, por entonces presidente del Senado colombiano.

“Visité luego al General Urdaneta, Presidente del Senado: de hermosa figura, agradable y culto: de los oficiales que he visto en este país, es el que más se asemeja a un oficial europeo. Ha perdido la salud por las fatigas del servicio, lo que le ha impedido ocupar con regularidad su puesto de Senador; pero cuando la salud se lo ha permitido, lo ha desempeñado con gran éxito y talento. Es muy simpático para el público y tiene bastantes probabilidades de ser algún día elegido Presidente.

Está casado con una dama muy bella, de la familia París, una de las primeras de la ciudad. Nunca había visto yo atenciones más llenas de bondad y de afecto para un marido inválido que las hechas por esta señora al suyo. Fue educada en una buena escuela, bajo la vigilancia de su abuela, la Señora París, una anciana muy venerable, a quien luego fui a visitar. Estaba rodeada por sus hijos y nietos colocados en orden alrededor del cuarto: era una escena digna de los tiempos patriarcales. Toda la familia es hermosa, pero especialmente dos de los hijos; por su belleza y mejillas rosadas podrían rivalizar con nuestros niños del norte de Inglaterra.

El General Urdaneta y su señora son generalmente calificados con el título de elegantes; ellos figurarían muy ventajosamente en nuestro mundo social. Él es un hombre particularmente buen mozo, de una figura fina, bien educado y de las maneras más cultas. En el fondo, por lo que al vestido se refiere, es como cualquiera de nuestros dandis de Hyde Park. Su señora es muy bella, viva, agradable y luciría ventajosamente en cualquier salón de baile; es además de ello una excelente esposa”.

Lo trascendente de estos testimonios, es dejar claro, los aciertos y desaciertos propios de todo ser humano, nuestro héroe regional y nacional Gral. Rafael Urdaneta, no podría ser diferente, a pesar de su formación académica y militar, a la idiosincrasia hispana propia de nuestros personajes históricos, con todas sus virtudes, pero también, con todos sus defectos.

Abogado JL Reyes Montiel


Textos citados de los señores George Chesterton y Charles Stuart Cochrane, vistos en el portal  “La Historia 200, Temas de Historia de Venezuela y el mundo”.