viernes, 9 de marzo de 2012

Los Tochitos.

En la ciudad de Maracaibo donde hoy se encuentra el Conjunto Residencial Viento Norte, entrando por la avenida Fuerzas Armadas y al fondo la popular Urbanización San Jacinto, Papá Luis fundó un Hato que denominó el “4 de Mayo” por ser está la fecha en la cual tomó posesión y dominio por ejecución de hipoteca de una extensión de terreno dedicado a la agricultura que fue propiedad de una familia cuyo apellido omito por razones intuite personae.

Fue el caso que el propietario del Hato, amigo del abuelo, hipotecó parte de mayor extensión a Papá Luis para recibir en préstamo una determinada cantidad de dinero, el cual nunca pagó muy a pesar de las diligencias de cobro del abuelo, muere el deudor y los herederos no reconocieron la deuda asumida por su causante, así las cosas no le quedó otra alternativa a Papá Luis, para recuperar los créditos e intereses de mora, que proceder ante instancias judiciales.

Sin embargo, muchas personas de entonces no comprendían de esos asuntos de hipotecas, ni tribunales, como se dice en Maracaibo -No conocían la “O” por lo redondo- entre ellos los herederos del difunto amigo del abuelo, gente rustica del campo poco sociable e ignorantes, tildaron de ladrón a mi abuelo Don Luis Montiel Villalobos, porque se había apoderado a su entender de gran parte del Hato de su difunto padre. Todo lo contrario, Papá Luis, me comentó mamá, en todo momento consideró la mala situación de su amigo quién enfermo y sin recursos optó por hipotecar parte de su propiedad para poder así obtener un dinero con el cual sufragar sus gastos, muy a pesar de tener hijos ya adultos que lo hubieran podido haber asistido.

De tal manera que resultado de ese asunto, se desarrolló una larga querella entre dicha familia y los Montiel Fuenmayor, donde estuvieren, allí se enfrentaban a los Montieles, con todo tipo de amenaza e improperios, a cuyas provocaciones ni el abuelo ni ninguno de los Montieles atendían, por tener conocimiento de la escasa sensatez de sus contendores.

Pasaron los años, y uno de los hijos del finado deudor del abuelo se hizo funcionario (Esbirro) de la temible Seguridad Nacional era la década de los años 1950, ya hasta Papá Luis había fallecido el año 1947 en la casa “El Cristo” de mi Tío Dimas Montiel, y los dichos querellantes persistían en su inocua pretensión de recuperar las tierras ejecutadas en hipoteca por el difunto Papá Luis. Total valiéndose del cargo de funcionario policial, citaron al noble Tío Dimas a las instalaciones de la SN de Maracaibo, situadas por las proximidades de la plaza de Cristóbal Colón en el sector La Ciega, donde después funcionó el Hotel Bahía, allí estaba la SN en Maracaibo.

El caso fue llevado hasta el Director de la SN en el Zulia, mi Tío Dimas llevó toda la documentación respectiva y se presentó el día y hora señalado en la boleta de citación, analizado el caso y viendo el Director la documentación con los anexos de las actuaciones del juez civil ejecutor de la hipoteca, frunció el entrecejo y exclamo a su subalterno -esto se trata de una ejecución de hipoteca- y afirmó para complacencia de Tío Dimas y sus hermanos que lo acompañaron, entre ellos mamá, -dejen a esta gente tranquila que ustedes no tienen nada que reclamar- Y así se cerró para siempre la otrora pendencia de aquellos rancios personajes conocidos hasta hoy en el entorno familiar con el seudónimo “Los Tochitos”.

1 comentario:

lourdes parra dijo...

Hey Jose Luis excelente historia, eso se llama JUSTICIA TERRENAL! El Derecho es y será por siempre historia en tu familia.