domingo, 15 de diciembre de 2019

Chicharrones en Octubre.

Luis Montiel Ortega

El cielo se cubría al vuelo veloz de pequeños pájaros, surcando con sus alas desde la puesta del Sol hacia el Este de una Maracaibo que aún conservaba los vestigios de aquellos bonitos años de 1960, era tal la cantidad de pajaritos, que uno escuchaba venir con antelación la manada de volátiles aves, por el murmullo a lo lejos del revoloteo de sus alas en concierto frenético, permitiendo salir al patio a su encuentro, entonces quedaba uno extasiado mirando aquella multitud de avecillas, cuando le pregunté a mi madre de aquella pajaramentazón ella me contó que solo pasaban en su migración en el mes de Octubre y eran llamados “Chicharrones”.

Así los ví pasar varios Octubres, poco a poco y año a año fueron menguando en su cantidad, cada vez eran menos los Chicharrones que surcaban el cielo de Maracaibo de oeste a este, hasta que a partir de los primeros años de 1970 dejé de verlos pasar por montoneras en su vuelo migratorio.

Una tarde de Octubre de aquellos años, me encontraba de visita en la vieja casa, de lo que fue en sus buenos tiempos el Hato 4 de Mayo propiedad de mi abuelo Luis Montiel Villalobos, cuando escuche el rumor batiente de las alas de los Chicharrones pasando sobre el tejado de la vieja casa, mientras escuchaba las detonaciones de armas de fuego en la lejanía pero dentro de los terrenos del hato, -¿Quién será el que está casando Chicharrones? Preguntaban los primos, un poco más tarde aparecían por entre el monte del hato los primos Montiel Ortega, Luis y Gustavo, Chopos al hombro y una bolsa de fique llena de Chicharrones; que por cierto, mi primo Luis Montiel Ortega está hoy 15 de diciembre cumpliendo años y por eso les estoy contando este relato, viendo la vieja foto suya colgada en el portal familiar del wps me remonté a esos tiempos.

Para los que no conocen que es un “Chopo” es un arma de fuego del tipo escopeta elaborada artesanalmente que se carga a la usanza de la época colonial por la boca de su largo cañón con pólvora mediante una baqueta, se le coloca un taruquito de papel para prensarla y luego la munición de plomo que se fija al final del cañón con otro taruquito de papel, prensando suavemente todo ese contenido con la dicha baqueta y se dispara mediante un fulminante fijado en un agujero saliente en la parte posterior del arma mediante un rustico percutor.

Mis primos hermanos Luis y Gustavo se sentaron a sombrear, el Sol de aquella mañana de Octubre, debajo del inmenso árbol de Mango situado detrás de la vieja casa del hato 4 de Mayo, como siempre fuñidores y echando jareta, conversando en grata reunión familiar de primos alrededor del tronco del noble árbol que nos cobijaba.

Nunca supe ni me enteré si los Chicharrones los casaban para comérselos, nunca tuve la curiosidad de preguntar o si alguna vez lo dijeron los primos Montiel Ortega no recuerdo ahora, el asunto que por su cantidad debieron ser comidos en lotes, como los chicharrones de puerco, de allí su nombre “Chicharrones” dados a esa ave migratoria, que tan solo pasaba por los cielos de la decimonónica ciudad de Maracaibo en esa época del año.

El paso de los Chicharrones por el cielo Marabino es un recuerdo que pocos recordarán, salvo aquellos que grabaron en su memoria el bello espectáculo que ensombrecía el Sol de las mañanas y el susurro de sus alas anunciaba con antelación su paso, tal cual los fuertes aguaceros de la Maracaibo de entonces en sus meses de Octubre, que uno sabía que se acercaba no solo por la oscura nubosidad sino por la ventisca y el sonido de las gruesas gotas de lluvia cayendo sobre los tejados y enlosados.

Los Chicharrones de Octubre ¿A dónde se fueron? Nadie sabe nadie supo de su destino, como todas aquellas bonitas cosas de nuestra ciudad, se desvanecieron en la madeja de sus años, se fue degradando en la menguada hora del desencanto, quisiera ser dichoso y contarles un cuento mejor y más bonito en su final, pero las palabras no pueden adornar finales alegres donde la aflicción de lo disipado solo entreteje desengaños, Maracaibo, Maracaibo, Maracaibo, me quedo con tus más gratos recuerdos de infancia y me los regalo cada día como el primer día de lo vivido.

JLReyesMontiel.        

martes, 17 de septiembre de 2019

Las Fiestas Patrias.


Cada 18 de septiembre, los chilenos celebran las "Fiestas Patrias" se festeja en Las Fondas y tambien en cada casa, donde el Tinto se combina con las típicas empanadas de Pino, los asados al carbón de Vacuno, Chancho y Trutos o los Anticuchos al ritmo del baile de la Cueca, alegrando el ambiente "Dieciochero" al decir popular, en cada casa en reunión familiar y en torno a la mesa servida, con hermosas demostraciones de júbilo patrio con la bandera nacional adornando las plazas, centros comerciales, bancos, escuelas, oficinas, empresas y comercios. 

Ahora bien, es interesante buscar las razones de esta celebración tan popular en este gran país Chileno, remontándonos hasta los hechos históricos acontecidos, aquel 18 de septiembre del año de 1810, tal como en otros paises Suramericanos, marcaron esos florecientes días de gloria nacional.

Primera Junta de Gobierno de Chile.
Ese mismo año y unos meses antes durante la Semana Santa el 19 de abril, en Venezuela, se convocó de urgencia el Cabildo de Caracas,  para constituir la primera Junta de Gobierno y gobernar en nombre de Fernando VII, Rey de España, depuesto por Napoleón Bonaparte emperador de los franceses colocando en el trono a su hermano José Bonaparte; recordemos que el Capitán General de Venezuela para ese momento histórico, Don Vicente Emparan, asomado al balcón de la Municipalidad de Caracas, le pregunta al pueblo reunido en la plaza mayor en Cabildo Abierto, si querían que él continuará frente al mando como su Capitán General de Venezuela, en ese instante situado detrás de Emparan, el Canónigo Chileno Don José Joaquín Cortes de Madariaga, induce a la muchedumbre con un ademán  indicándoles con su dedo que respondan –No, de este modo la gente, influenciada por su pastor de la iglesia, responde con un efusivo y unísono: "No, no lo queremos". Emparan, no tuvo sino que replicar ante la algazara del pueblo, su famoso: "Yo tampoco quiero mando". Quedando el camino libre, para los repúblicanos, para colocar en el ayuntamiento Caraqueño a los partidarios de la independencia de Venezuela. 

Hechos del 19 de Abril de 1810 en Caracas, Venezuela.

Don José Joaquín
Cortes de Madariaga
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Es necesario destacar, como el movimiento secesionista de España estaba arraigado por toda América del Sur, con profundos vínculos y personalidades comprometidas con la causa de la independencia, como el Canónigo Don José Joaquín Cortes de Madariaga, chileno de nacimiento e hijo adoptivo de Venezuela, clérigo, tribuno y prócer de la independencia americana, muy apreciado por los historiadores venezolanos, por su extraordinaria labor al servicio de la libertad e independencia venezolana. 

En Chile la sociedad de fines del siglo XVIII aún no hablaba de independencia, sin embargo los criollos querían reformas comerciales y mayor apertura a sus derechos políticos, tal cual en Venezuela los Mantuanos buscaban expandir el comercio de la colonia al mercado internacional que era entonces monopolizado por la corona española, situación que impulsó los movimientos autonómicos americanistas, aprovechando los cambios y desordenes políticos de la metrópoli española en 1808, como indiqué  supra, tras la invasión de Napoleón a España y el posterior cautiverio de Fernando VII, consecuencia de este hecho, se formaron en España juntas de gobierno para gobernar el reino mientras durase el cautiverio de Fernando VII y no someterse a la autoridad de los franceses.

Para septiembre de 1810, la aristocracia criolla chilena, presiona al gobernador para convocar a un Cabildo Abierto, con la finalidad de instalar una Junta de Gobierno, emulando de esta manera a las juntas que se estaban desarrollando en España y en el resto de América, como en el caso de Caracas que fue la primera junta de gobierno establecida.

Por su parte, fue Don Mateo de Toro y Zambrano quién convocó a un cabildo a las 9 de la mañana del 18 de septiembre de 1810, al iniciarse el Cabildo Abierto Don Mateo de Toro y Zambrano entrega el mando y después de un largo debate a las tres de la tarde se constituyó la primera Junta de Gobierno que administraría el país de forma autónoma, pero en nombre de Fernando VII y mientras dure su cautiverio por Napoleón Bonaparte.

Don Mateo de Toro y Zambrano asume la presidencia de la nueva Junta de Gobierno, compuesta entre otras personalidades por el PP José Antonio Martínez de Aldunate (Obispo electo de Santiago) en el cargo de Vicepresidente, además de Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Francisco Javier de Reina, Juan Enrique Rosales; y como secretarios de la junta fueron designados José Gaspar Marín y José Gregorio Argomedo.

Así se constituyeron las Juntas de Gobierno provisorias, tanto en Caracas como en Santiago, ese año de 1810, para gobernar hasta tanto permaneciere cautivo el Rey de España Fernando VII, sin embargo este primer paso fue decisivo para la emancipación de Chile y de Venezuela, aunque en esta primera etapa nunca se habló de independencia, pues en Venezuela fue hasta el siguiente año y bajo los auspicios de Simón Bolívar y Francisco de Miranda, que se declaró la independencia definitiva de España el 5 de julio de 1811 en Caracas, y en Chile en la ciudad de Concepción donde se aprobó la independencia bajo el mando supremo de Bernardo O’Higgins el 1 de enero de 1818, quién la suscribió en Talca el 18 de febrero de ese mismo año.

Lo importante es resaltar para la historia de nuestros países, aquel trascendental año de 1.810, por cuanto la independencia hispanoamericana fue un proceso continental concebido magistralmente por nuestros próceres mentores y libertadores Miranda, O’Higgins, San Martín y Bolívar, que tuvo sus aciertos y desaciertos, una cruenta guerra de independencia que finalmente nos dio el derecho a ser libres como estados soberanos e independientes frente a la monarquía española, pues la tarea final era establecer en América y darse el sistema republicano de gobierno.

 JLReyesMontiel.

Fuentes consultadas:

  • Montory, Armando Cartes. “Chile, de la insurgencia a la independencia”.
  • Historia General de Chile, Diego Barros Arana. Editorial Universitaria, 1999.









sábado, 31 de agosto de 2019

La Cucarachita Martínez.

Hay unas versiones incluso con autor,
este cuento es antiguo,
se lo contaba la abuela Mamá Carmela a mamá,
como les he contado tal cual me lo contó mamá.

Hubo en mi tiempo de niño, el grato recuerdo que hoy les cuento, de los tantos cuentos de mi difunta madre, érase el cuento de "El Ratón Pérez y la Cucarachita Martínez" tal cual como me lo contaba mamá en las plácidas noches de mi infancia.

Había una vez una cucarachita muy bonita que vivía en el campo en su casita. Sus ojos eran negros, su piel morena y su nombre era Cucarachita Martínez. La cucarachita como buena ama de casa limpiaba todos los días y su casita brillaba como una taza de oro. 

Un buen día mientras barría el patio de su casa se encontró un objeto redondo. -¿Qué será esta cosa redonda? ¡Ah es un mediecito! ¿Qué voy hacer con este mediecito? ¡Ah, ya sé lo que voy hacer! Me compraré un traje nuevo. No, no, un traje vale más que este mediecito. ¿Qué voy a comprar con este mediecito? Compraré un par de zapatos. ¡Ah, no, no! Un par de zapatos vale más que este mediecito. Ya sé, me compraré una cajita de Carmín. La cucarachita fue al pueblo a comprar el Carmín..

Aquella tarde cuando la Cucarachita regresó a su casa, se bañó, se perfumó toda, se puso su mejor vestido y se echó su Carmín en las mejillas. Martínez se veía lindísima. Se colocó una amapola trenzada en el pelo y con su cara bien coqueta con su Carmín. Entonces se sentó a tomar el fresco en el portal de su casita.

Al rato pasó frente a su casa muy elegante el Gato, vestido de negro porque iba camino de unas bodas. Cuando la vio tan bonita, el Gato se acercó al portal, y recostándose en los balaustres, se compuso los bigotes. Y dijo el gato: -Cucarachita Martínez ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -Tal vez, señor Gato, tal vez. dijo la cucarachita. -Pero, ¿cómo haces por las noches? -¡MIAOUUU, MIAOUUU, MIAOUUU. ¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí! Sentenció la cucarachita Martínez. Y el Gato salió corriendo lo más rápido que pudo.

Al rato cruzó la calle el Perro, con su pelos peinados porque iba camino de una boda. Viéndola tan bonita, se arrimó al balcón y se rascó el lomo contra los balaustres. Y dijo el perro. -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -Puede ser -dijo la cucarachita-. Pero primero tiene que decirme, ¿cómo haces por las noches? -¡JAU, JAU, JAU, JAU!. -¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí! Y el Perro se fue muy triste.

Al rato pasó el Gallo, con su plumaje brillante, se arrimó al balcón: Y dijo el gallo: -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -Puede ser, dijo la cucarachita. -Pero primero tiene que decirme, ¿cómo haces por las noches? -¡KIKIRIKIIIII! -¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí! El Gallo tristemente se alejó.

Y dando saltos apareció el Grillo, brincó al lado del balcón de la casita. Y dijo el grillo: -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -Todo depende -dijo la cucarachita. Pero primero tiene que decirme, ¿cómo haces por las noches? -¡CHIRRÍ , CHIRRÍ!. -¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí!. Al Grillo se le bajaron las antenas de la pena.

Poco después apareció el Toro con sus cuernos lustrados. Y dijo el Toro: -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -Todo depende, dijo la cucarachita. -Pero primero tiene que decirme, ¿cómo haces por las noches? -¡MU, MUUUUU, MUUUUU! -¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí! El Toro grandote se alejó muy triste.

Luego vino el Sapo. Y dijo el Sapo: -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? Quizás... -dijo la cucarachita. Pero dime ¿cómo haces por las noches? -¡ROAC, ROAC! -¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí!" El Sapo salió de allí refunfuñado.

En eso apareció ante el portal de la casita, muy gordito un cochinito. Y dijo el cochinito: -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -No sé, dijo la cucarachita. -Pero dime antes, ¿cómo haces por las noches? -¡OINC, OINC, OINC! ¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí! El cochinito salió con su rabo entorchado.

En eso se vio una lucecita verde. Era el Cocuyo y dijo el Cocuyo: -Cucarachita Martínez ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -Bueno, Bueno, dijo la cucarachita. -Pero dime antes, ¿cómo haces por las noches? -No te diré nada, solo te alumbraré con mis luceros. ¡Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí! Al Cocuyo se le apagaron sus lucecitas.

En eso se le presentó el patiquín Ratón Pérez. La Cucarachita, se acicaló y se paró derechita. El Ratón vestía de palto y corbata recién planchados, y en la cabeza llevaba su sombrero. Y dijo el Ratón Pérez: -Cucarachita Martínez. ¡Qué linda estás!  ¿Te quieres casar conmigo? -A lo mejor Ratón Pérez, dijo la cucarachita. -¿cómo haces por las noches? -Dormir y callar, dijo el Ratón Pérez. -¡Ay, me gusta lo que haces, Ratón Pérez. Sí, me quiero casar contigo!

La Cucarachita Martínez y el Ratón Pérez se casaron y se quedaron a vivir en la casita muy limpia de la cucarachita. Y sucedió que un día, mientras la Cucarachita Martínez cocinaba una gran olla de sopa, se acordó que no tenía Sal para ponerle a la sopa, por eso fue al mercado a comprar Sal.

Mientras tanto, atraído por el delicioso olor de la sopa y la curiosidad, el Ratón Pérez acercó una silla hasta la cocina, se subió a ella y se asomó al borde de la olla con la sopa hirviente, y en un descuido, !cutuplún!, se cayó dentro de la olla.

Cuando regresó del mercado, la Cucarachita Martínez encontró al Ratón Pérez pelado flotando entre los fideos de la sopa. Desde entonces los animalitos del monte cantan la canción que dice: -El Ratón Pérez se calló en la olla y la Cucarachita Martínez lo siente y lo llora.

Y ese es el cuento, que mamá me contaba cada noche para dormirme, después de rezarme y yo repitiendo a su voz para aprenderlas las oraciones principales el Padrenuestro, la Salve a María y el Gloria a Dios.

Quisiera acomodarme en la casita de la Cucarachita Martínez, bonita y limpia, con su patio y portal al frente del camino que va al mercado, donde los animalitos pasan todos los días y saludarlos con una amplia sonrisa cada mañana, darles los buenos días de cada día, dormirme al arruyo de mamá y amanecer a la aurora de historias y fantasías de las imágenes de cada episodio de sus cuentos dibujados en mi puerilidad mental; como te añoro mamá y pienso en tu mundo frugal y mío que llevo en mis recuerdos como guirnaldas de tus soles y de tus lunas, madrigales de esperanzas, frutales del carmesí de tu campo infinito, del amor de tus manos acariciando las mías y cerrándolas con tu beso solemne, en esos instantes maravillosos que atesoro. 

JLReyesMontiel.






   

miércoles, 28 de agosto de 2019

El país de los Jejenes


¿Alguna vez te pico un Jején? En mis caminatas en el campo, solían picarme los muérganos Jejenes alrededor de los ojos, irritándome el contorno de parpados y pestañas, entonces regresaba dando tumbos por el caminito de arena para lavarme la cara en el surtidor de agua de la casa.
El Jején es un mosquito diminuto pero muy eficiente en eso de picar los ojos, pues su urticante picadura ataca solamente esa parte del cuerpo, aferrándose a las mucosas oculares ante el empuje de los dedos al tratar de quitárselos de encima, ocasionando el enrojecimiento e hinchazón de los ojos.
Afortunadamente, quizás resultado de tantos pesticidas empleados para el cultivo, con el tiempo la incidencia de este mosquito llamado “Jején” prácticamente desapareció, pues de mis recordadas últimas caminatas por los jagüeyes y majadas de esos campos nuestros de Mara no fui más víctima de su picadura ocular.
Lamentablemente tenemos otros Jejenes, propios y extraños, unos cancerberos y esbirros, los otros sobrevivientes de una isla doblegada por años bajo la bota de sus verdugos, unos y otros caimanes de un mismo pozo, es decir Jejenes del mismo monte, pero todos son diminutos en personalidad y siniestros, muy eficaces en sus lacerantes y urticantes picaduras a la gente, se aferran a tus ojos sofocándolos con el hollín virtual de sus mentiras, con el aguijón de su despotismo y su perversa intromisión, atacan en cayapa y son eficaces en eso de aplicar su cruel racionalidad para mantenerse en el poder contra todo y muy a pesar de todos. Y entre los Jejenes llegaron las Moscas con sus afinados y renovados designios imperiales para arrebatar en su festín de sangre los recuros naturales al país de los Jejenes.
Son los nuevos Jejenes que trajo el siglo XXI a estas tierras, y no digan que la crisis económica y social en el país de los Jejenes fue impuesta por EEUU, esas sabandijas inmorales la iniciaron mucho antes, con sus confiscaciones, con sus expropiaciones, robando y acabando con todo cuanto tomaban en su poder, artífices de la mentira y de la miseria ruin que esclaviza y somete, doblega y arrebata a la gente su dignidad, los Jejenes de la ruina, los Jejenes burócratas de una entelequia que solo existe en el imaginario de resentidos zarandeados y rastreros, la neo oligarquía de los Jejenes raspa cueros, la neo oligarquía de las elites que aplasta y reprime toda disidencia, toda voluntad floreciente y alma rebelde. Que abran los ojos las naciones hermanas, que escuchen el clamor de este país de los Jejenes, que oigan y vean la realidad del país de los Jejenes, porque pueda que la opresión totalitaria algún día toque sus puertas enarbolando las banderas de las reivindicaciones sociales en nombre de la libertad y la igualdad y resulte todo lo contrario.
Se vive ahora nuestra época aciaga, es la página oscura de nuestra historia,  una pesadilla de los Jejenes burócratas en su diario discurso, en su vil presencia, en su sostenida picadura urticante del hambre y la miseria de los venezolanos ¿Hasta cuándo prevalecerán? Dividiendo, sometiendo la rebeldía y doblegando la voluntad de todo un país, pisoteando a los trabajadores venezolanos.
Hay que conformar una cruzada nacional e internacional, sólida, de en un solo bloque contundente y decidido, contra quienes tienen una nación arrinconada, transformada en otro país, un país de avenidas desoladas y casas muertas, donde se perdió el encanto de la gente, donde sus captores se yerguen tenaces, feroces e inmisericordes, arrogantes y poseídos de un poder omnímodo que solo le sostienen en el poder la fuerza de las armas sobre una nación humillada y acorralada.
Este es el país de los Jejenes, un país gobernado por vándalos, el país de la mentira, la nación traicionada, el país destrozado y herido en su corazón, el país donde un régimen impío, asume y comete todo los sacrilegios contra sus héroes y su historia, burla los derechos de los trabajadores y los esclaviza a un salario ruin, aplasta el sindicalismo como política de Estado Totalitario que resulta finalmente,  burlándose de las necesidades de la gente termina encumbrandose a horcajadas sobre la sangre de los mártires patriotas inmolados en la piletas de sus mazmorras deshonrosas, donde la dignidad humana es mancillada cada día, cada segundo, así las veces y como mueve las alas el Colibrí. Así está el país de los Jejenes.
JLReyesMontiel.






sábado, 17 de agosto de 2019

Los hijos de Eva.

Cada noche, en pueril aprendizaje, mi madre me enseñó las oraciones Católicas principales, además del Padre Nuestro y el Credo, aquella Salve a María algo más extensa: -Dios te salve reina y madre, madre de misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro señor Jesucristo. Amen.

Desde el regazo de mi madre, miraba los resplandores en el cielo raso de mi habitación, de la vela sobre el pequeño altar, que desde la contigua habitación de mi fallecido padre, irradiaba sus luces, mientras pensaba cada una de las palabras contenidas en esa oración, y muy especialmente las referidas a  "los desterrados hijos de Eva, suspirando, gimiendo y llorando en este valle de lagrimas quienes después de su destierro  pedían a la Virgen María por su clemencia y como su abogada les mostraran a Jesús; de toda esta oración me hacia una figuración mental y escénica de los desterrados por una parte, María por la otra y finalmente Jesús con sus grandes y tristes ojos azules, enmarcados por sus rubias cejas y barba que caía sobre su sangrante corazón coronado de espinas, tal cual el Sagrado Corazón de Jesús del cuadro central que coronaba el pequeño oratorio de mi madre.

El momento de los desterrados, esperando ser dignos de alcanzar las prometidas gracias de Jesús, cerraba la secuencia en mi ingenuo pensamiento, como final feliz de un cuento, porque así lo asumía, en el mismo sentido de los relatos que mi madre me contaba de su infancia y juventud.

Hoy está tan clara y precisada aquella oración Mariana, ¿Quienes somos los desterrados? Los de ahora, los desterrados de siempre, los desterrados de ayer y de hoy, los desterrados de todas las guerras, los desterrados de todos los tiranos, pues, somos los mismos desterrados en diferentes tiempos y gentes, pero somos los mismos ante la infinita majestad y a la vista de la Divina Providencia. Somos los desterrados del timbo al tambo en este valle de lágrimas del mundo.

Ahora ha tocado las puertas a los Venezolanos, por todas nuestras culpas, "Porque aquel que este libre de pecado que arroje la primera piedra" Esa verdad será asumida por unos, mientras otros en su arrogancia difícilmente entenderán el mensaje de la Mariana oración, porque su soberbia es tal que enceguece todo discernimiento.

Somos los nuevos hijos de Eva en este valle de Lágrimas, la Venezuela que vivimos en una trasnoche de aquelarre y abundancia se diluyó entre nuestras manos, mientras otros se repartían a dentelladas los pedazos de nuestro país, se consolidaban las cadenas de la opresión de los tiranos y sus serviles, en un festín vergonzoso y perverso, sembrando un odio entre los venezolanos no sentido entre compatriotas con sus castas y clases sociales desde la época de nuestra historia colonial, descomposición social irremediablemente detonante de la Guerra de Independencia y secuelas civiles de finales del siglo XIX de la llamada Guerra Federal.

Ahora nos toca esperar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo para redimirnos mediante la mediación de Nuestra Abogada Madre María Santísima, pero antes tenemos que ser dignos de alcanzarlas, liberándonos de nuestras propias culpas, aquellas consecuencia de una bonanza país desmesurada, porque todos de una u otra manera prodigamos nuestro país, y es ésta la hora de asumir la expiación necesaria, para que sea en esta generación o en próximas generaciones, el regreso de los desterrados dentro y fuera de Venezuela, con un nuevo espíritu nacional regenerado de las cenizas, un sentido de patria nueva perdida en hora malhadada.


JLReyesMontiel.  







sábado, 15 de junio de 2019

Estado, Gobierno y Legitimidad.

En el año 1980, lo primerito que aprendí en la Facultad de Derecho de nuestra Universidad del Zulia es el concepto de la Norma como regla de conducta social, porque el derecho es eso, la normatividad de la conducta social intersubjetiva, regulada y coercitiva, mediante las leyes, siguiendo éstas en su creación el proceso constitucional de su formación, para mantener el estado de derecho vigente.

La vigencia formal depende de esta condición constitucional en su formación legislativa en el seno del parlamento, congreso o asamblea nacional y su posterior publicación en el órgano impreso divulgativo respectivo para su divulgación y conocimiento público, la Gaceta Oficial; pero lo que resulta trascendente en el orden jurídico, es la vigencia eficaz de esa normatividad social y ésta depende de su eficiencia, en cuanto su plena realización en el ámbito de la sociedad a la cual está destinada a regular la conducta de sus ciudadanos.

Las leyes son eficientes en la medida que logran el objetivo coercitivo de mantener la conducta ciudadana regulada dentro del marco legal vigente, en consecuencia no basta su existencia formal, si los ciudadanos en el uso de sus libertades sociales no ejercen los deberes legales en orden a la normativa jurídica vigente, entra el orden coercitivo a restaurar la legalidad para preservar el imperio de la legalidad ante la violación del derecho.

Si no existe la obediencia legítima y debida, la coerción, que hasta un momento previo a su violación permanece latente en la norma para persuadir de su obediencia, aparece como penalización de la infracción a la ley, castigando al infractor de la norma, ésta penalización se impone mediante la administración de justicia y sus jueces ante estrados, siguiendo las pautas procesales establecidas en el mismo orden normativo vigente, debido proceso, para discernir la verdad y obtener una sentencia justa que restaure el orden normativo infringido.

Básicamente de eso trata el Estado de Derecho y de Justicia Social, resulta en consecuencia evidente que en una sociedad donde el delicado estamento del orden normativo y sus órganos de justicia no funcionan eficazmente, comprometen la legitimidad del orden social instaurado.

En este punto es necesario destacar la existencia del Estado como cosa pública, la rei publicae del Derecho Romano, es decir la República en buen castellano, así como la nación es un concepto que está vinculado a su existencia, pues la nacionalidad como identidad de tradición y cultura previene aquella.

El Estado como cosa pública, órgano formal y ficción jurídica deviene su existencia de ese espíritu nacional en su unidad basada en su morfología e idiosincrasia que lo caracteriza de otras naciones, culturalmente hablando, otras corrientes doctrinarias basan la nacionalidad, sobre todo en el pasado, en el aspecto racial como en las sociedades anglosajonas, germánicas y asiáticas como la Japonesa en la primera mitad del siglo XX.

Ahora bien, el gobierno, en este orden de ideas, son los organismos públicos que dirigen, gestionan, controlan y administran las instituciones del Estado, mediante el ejercicio de la autoridad de la cual se ven investidos por mandato popular y en libres elecciones democráticas.

Y es en esta etapa de nuestro análisis, donde entran a considerarse todas aquellas incidencias que irrumpen contra las funciones del Estado en orden a sus fines, como fuente de los Derechos ciudadanos y como entelequia social que busca en principio la satisfacción de las necesidades sociales en el ejercicio del buen gobierno.

La estrecha vinculación jurídica entre el gobierno, el estado y la legitimidad, deviene en la promulgación de leyes de buen gobierno, pero no siempre se hace un buen gobierno, porque éste depende de la voluntad particular de quienes detentan el poder, en el ejercicio de la autoridad que en el voto participativo les delegan los ciudadanos, los órganos del estado actúan como gobierno, investidos de una autoridad que no le es propia sino por delegación de los ciudadanos al ser electos en voto libre, universal y secreto.

Aquí la primera incidencia, la objetividad en la realización de los fines de Estado por parte de sus órganos de gobierno, hasta ahora el ejercicio de la actividad de gobierno en democracia se ha visto como un método político si bien institucionalizado, está basado en la competencia de los partidos para alcanzar las decisiones políticas, la ciudadanía elige a sus líderes, éstos conforman una burocracia y gobiernan en su representación, en consecuencia la sobrevivencia de la democracia depende en gran medida de los compromisos asumidos por éstas élites con el sistema mismo y de sus beneficios. 

Es menester resaltar que la democracia como sistema político, desde una nueva visión de gobernabilidad, se sustenta en la existencia de una ciudadanía titular de derechos y obligaciones sociales, civiles y políticas; por una parte y por la otra, la existencia de los poderes públicos en su trilogía del contrato social, ejecutivo, legislativo y judicial, que provea y procure en todo caso, el ejercicio de un buen gobierno en la satisfacción de las expectativas sociales que los llevaron al poder; y ésta aseveración es condición de la legitimidad no del Estado, sino del gobierno, que es a mi modo de ver el responsable de la eficacia de aquel.

Estado e instituciones sobreviven a sus órganos gubernamentales, porque es su acción la que configura las funciones que le son propias al Estado y de la cual deviene la legalidad, el estado de derecho, su estabilidad y sostenibilidad en el tiempo y en el espacio geográfico de la nación, conformada por su ciudadanía, en la unidad de su tradición cultural, que la hace homogénea y prevalece a pesar de sus autoridades, no siempre a tono con los altos intereses nacionales.

Discernir todos estos conceptos es imprescindible para reformular las tesis de los estados modernos en su gobernabilidad democrática, saber diferenciarlos de los gobiernos donde prevalece, ante la voluntad ciudadana y sus necesidades, el espíritu de los partidos y sus facciones, con su burocracia al servicio de las élites; por democracias autenticas de gobernantes "facilitadores" y servidores públicos en su gestión hacia la ciudadanía en la realización eficiente de un buen gobierno, y muy especialmente, cortarle el paso al poder a caudillismo mesianicos origen de los regímenes opresivos y anti democráticos, que seducen con su discurso demagógico las expectativas de la gente, regímenes donde la trilogía del poder público se vulnera bajo el poder central del personalismo autoritario, los elementos culturales de la nación son alterados, sus valores e iconos históricos desconfigurados, para distorsionar la tradición cultural que lo distinguía como nación y le daba su carácter nacional propio, para instaurar un nuevo sentido de identidad y pertenencia en los ciudadanos, y de ese modo procurarse su propia perpetuidad en el poder, incluso hasta por la fuerza coercitiva mediante la represión de las masas, muy a pesar del mal ejercicio de su autoridad en la gestión de gobierno.

JLReyesMontiel.