miércoles, 28 de agosto de 2019

El país de los Jejenes


¿Alguna vez te pico un Jején? En mis caminatas en el campo, solían picarme los muérganos Jejenes alrededor de los ojos, irritándome el contorno de parpados y pestañas, entonces regresaba dando tumbos por el caminito de arena para lavarme la cara en el surtidor de agua de la casa.
El Jején es un mosquito diminuto pero muy eficiente en eso de picar los ojos, pues su urticante picadura ataca solamente esa parte del cuerpo, aferrándose a las mucosas oculares ante el empuje de los dedos al tratar de quitárselos de encima, ocasionando el enrojecimiento e hinchazón de los ojos.
Afortunadamente, quizás resultado de tantos pesticidas empleados para el cultivo, con el tiempo la incidencia de este mosquito llamado “Jején” prácticamente desapareció, pues de mis recordadas últimas caminatas por los jagüeyes y majadas de esos campos nuestros de Mara no fui más víctima de su picadura ocular.
Lamentablemente tenemos otros Jejenes, propios y extraños, unos cancerberos y esbirros, los otros sobrevivientes de una isla doblegada por años bajo la bota de sus verdugos, unos y otros caimanes de un mismo pozo, es decir Jejenes del mismo monte, pero todos son diminutos en personalidad y siniestros, muy eficaces en sus lacerantes y urticantes picaduras a la gente, se aferran a tus ojos sofocándolos con el hollín virtual de sus mentiras, con el aguijón de su despotismo y su perversa intromisión, atacan en cayapa y son eficaces en eso de aplicar su cruel racionalidad para mantenerse en el poder contra todo y muy a pesar de todos. Y entre los Jejenes llegaron las Moscas con sus afinados y renovados designios imperiales para arrebatar en su festín de sangre los recuros naturales al país de los Jejenes.
Son los nuevos Jejenes que trajo el siglo XXI a estas tierras, y no digan que la crisis económica y social en el país de los Jejenes fue impuesta por EEUU, esas sabandijas inmorales la iniciaron mucho antes, con sus confiscaciones, con sus expropiaciones, robando y acabando con todo cuanto tomaban en su poder, artífices de la mentira y de la miseria ruin que esclaviza y somete, doblega y arrebata a la gente su dignidad, los Jejenes de la ruina, los Jejenes burócratas de una entelequia que solo existe en el imaginario de resentidos zarandeados y rastreros, la neo oligarquía de los Jejenes raspa cueros, la neo oligarquía de las elites que aplasta y reprime toda disidencia, toda voluntad floreciente y alma rebelde. Que abran los ojos las naciones hermanas, que escuchen el clamor de este país de los Jejenes, que oigan y vean la realidad del país de los Jejenes, porque pueda que la opresión totalitaria algún día toque sus puertas enarbolando las banderas de las reivindicaciones sociales en nombre de la libertad y la igualdad y resulte todo lo contrario.
Se vive ahora nuestra época aciaga, es la página oscura de nuestra historia,  una pesadilla de los Jejenes burócratas en su diario discurso, en su vil presencia, en su sostenida picadura urticante del hambre y la miseria de los venezolanos ¿Hasta cuándo prevalecerán? Dividiendo, sometiendo la rebeldía y doblegando la voluntad de todo un país, pisoteando a los trabajadores venezolanos.
Hay que conformar una cruzada nacional e internacional, sólida, de en un solo bloque contundente y decidido, contra quienes tienen una nación arrinconada, transformada en otro país, un país de avenidas desoladas y casas muertas, donde se perdió el encanto de la gente, donde sus captores se yerguen tenaces, feroces e inmisericordes, arrogantes y poseídos de un poder omnímodo que solo le sostienen en el poder la fuerza de las armas sobre una nación humillada y acorralada.
Este es el país de los Jejenes, un país gobernado por vándalos, el país de la mentira, la nación traicionada, el país destrozado y herido en su corazón, el país donde un régimen impío, asume y comete todo los sacrilegios contra sus héroes y su historia, burla los derechos de los trabajadores y los esclaviza a un salario ruin, aplasta el sindicalismo como política de Estado Totalitario que resulta finalmente,  burlándose de las necesidades de la gente termina encumbrandose a horcajadas sobre la sangre de los mártires patriotas inmolados en la piletas de sus mazmorras deshonrosas, donde la dignidad humana es mancillada cada día, cada segundo, así las veces y como mueve las alas el Colibrí. Así está el país de los Jejenes.
JLReyesMontiel.






No hay comentarios: