domingo, 15 de noviembre de 2015

El ingenuo controlador.

Chaperona cuidando a los novios.
Entre historias, cuentos y refranes, veníamos conversando sobre esos personajes denominados los chaperones y las chaperonas, sin pretender hacer alusiones de género y menos aún de rancia crítica política; son aquellos los que antes solían acompañar a las señoritas para poder salir seguras con algún hombre, generalmente un joven pretendiente, estos así llamados podían ser un hermano o hermana, mayor o menor de edad respecto de la acompañada, también podía desempeñarse como chaperón un primo o prima, siempre escogido por el padre o la madre de la susodicha y a la postre resultaba casi siempre cómplice de la misma, permitiendo el besito furtivo mientras daba una caminadita por el parque. 

El acompaña es un supervisor de una o más jóvenes, se trataba de hombres o mujeres solterones, casados o viudos, quienes resguardaban en paseos o alguna actividad social, a las chicas decentes de buenas familias, usualmente con la intención de prevenir interacciones sexuales o sociales inapropiadas, la presencia del chaperón era una garantía de la virtud de la joven en cuestión. 

La Capa o Chaperón del idioma francés.
El chaperón una vez realizada su labor, rinde cuenta a los padres de la joven acompañada; por cierto, la palabra deriva del francés Chaperon, como lengua romance pero originalmente es del latín tardío cappa, que significa capa, lo cual se refiere a una especie de capa que fue llevada por los hombres y mujeres para protegerse de las inclemencias al montar a caballo.

Otro posible origen a esta palabra puede provenir de la cetrería, en donde la palabra significaba poner la capa encima del ave de presa para eliminar su deseo de volar.

Los chaperones eran por supuesto resistidos y resentidos por la gente joven que es supervisada, pues su presencia incomodaba a la pareja que buscaba intimidad en su relación, esta práctica de los chaperones ha caído en desuso en la sociedad occidental; sin embargo, el término se conserva en alguna que otra ocasión, cuando una pareja es acompañada por algún amigo o amiga, o para referirse a parientes o profesores que supervisan a alumnos en los bailes, fiestas y excursiones.

Lactuario, todos los días a las 6 de la mañana 12  del mediodía y a las 6 de la tarde,
se deja escuchar la sirena o pito desde sus instalaciones
anunciando el inicio o cese de la jornada laboral. 
Una cuento villero, de allá de La Villa del Rosario de Perijá, provincia productora de leche y demás rublos de la ganadería, es esta historia real para algunos, para otros una comedia que bien comprenden los vecinos de esa región, contaba el primo Pedro Eduardo “Pepe” Briñez Montiel, empleado de la desaparecida y añorada empresa productora de leche en polvo Indulac, resulta que… -un joven empleado de la empresa, encargado del reloj de control de entrada y salida del personal de la compañía, se enamoró de la hija de un rico ganadero de la zona, el humilde muchacho no tenía donde caerse muerto, sin embargo la muchacha compartía con el joven su idilio a escondidas, decidido el joven a pedir la mano de la muchacha a su papá, al fin se presenta ante él, y el viejo le replica… y usted ¿cómo se llama y que pito toca?… yo soy Jesús Palmar y toco el pito del lactuario-.


José Luis Reyes Montiel.

sábado, 7 de noviembre de 2015

El Araguato de Doña Manuela.

Araguato o mono aullador
Es el Araguato, también conocido como mono aullador, de rojizo y abundante pelo, propio de nuestras selvas tropicales, numeroso en otras mejores épocas, cuando la vegetación de montaña bordeaba las aledañas ciudades y pueblos nuestros, sembrados en la geografía nacional como pesebres, formando parte de un hábitat que solo tomaba de la tierra lo necesario; en esa naturaleza maravillosa, se levantaron nuestros parientes.  

De los viejos queridos, mis padres, tíos y abuelos, siempre tengo presente su humanidad, su particular modo de asumir cada día, su rectitud ante la adversidad, ante la cual solo recurrían a su cantera de dichos, expresiones y refranes; grabados en mi memoria, su más preciada herencia para mí.

Mamá en eso de dichos y refranes, también era muy vernácula, son tantísimas las que evoco las que vienen a mi memoria en la ocurrencia del momento del hecho que las merece expresar, si me las pongo a enumerar quedarían muchas expresiones fuera del manojo de refranes, dichos y expresiones populares, verdaderas creaciones del acervo coloquial de nuestro criollo español y otros que vienen allende el mar océano, desde la hispana madre patria.

Entre tantos dimes y diretes, traigo algunos del "Refranero Popular" folleto editado y recopilado por mi hermano Frain Cesar Reyes Labarca, otros de mi memoria, en los encuentros con aquellos venerados viejos nuestros, solo por citar algunos… -Bueno es el Cilantro pero no tanto-, -Burro amarrao leña segura-, -Cachicamo trabaja pa´Lapa-,  -el que ama el peligro perece en el-, -como piojo en cabeza de calvo-, -Creen que la Luna es pan de horno-, -el que trabaja no come paja-, -cuando el pobre sale siempre llueve-, -el que no sabe es como el que no ve-, -después del ojo saca no vale Santa Lucia-, -el que nace pa´cornuo es frentón desde chiquito-,  -el que pisa en tierra llana nunca tiene tropezón-, -dime con quién andas y te diré quién eres-; sabios proverbios que expresados de modo coloquial contienen todo un mensaje a quién discierne tal cual como dice el refrán –el que no oye consejo no llega a viejo-.

Los refranes son dichos breves, que representan
algún aspecto del sentido común o de sabiduría popular.
Algunos de estos vernáculos pensamientos son charadas a las que es menester poner cuidado en su interpretación, como estos… -cójeme ese trompo en la uña a ver si tataretea-, -el que no tiene dientes aprieta con la encía-, -el tropezón enseña a sacar el pie-, -el que te aconseja pudiendo ayudarte no es amigo tuyo-, -no le dije perro pero le mostré el tramojo-, -hombre miedoso no besa mujer bonita-, -creen que el mono es oso porque lo ven pelúo-, -más vale ser cabeza de Ratón que cola de León-, y esta perla –Mapurite sabe a quién pea-.

También los dichos, frases, y divertidos trabalenguas,
los colmos, chistes y muchos mas,
han sido creados para transmitir de forma entretenida
pensamientos de prudencia para un mejor vivir.

Los refranes  pueden ser entendidos como proverbios.
Refranes y proverbios son sinónimos.
La palabra refranes, viene del francés refrían.
La palabra proverbios,
proviene del latín, proverbium.
Existen también expresiones ancestrales como la palabra “galillera” cuando una persona sufre un ataque de tos en Maracaibo decimos –me dio una galillera- en una ocasión reunido con un viejo amigo poliglota, le causó hilaridad mi maracuchada al darme un exceso de tos, interrumpí el dialogo pidiéndole -permiso para ir al baño para calmar mi galillera- muerto de la risa me dijo: -claro está, eso es del idioma portugués “Galillo” garganta- dícese en el diccionario de la Real Lengua Española que se refiere a la campanilla del velo del paladar, o garguero que es la parte superior de la traquea.

Otra, cuando una persona te pregunta al saludarte ¿Cómo estáis? Vos le respondéis así, -como tres en el anca del Burro y la capotera atrás- como una manera de decir que la situación esta mal, muy incomoda, pues de hecho es realmente dificultoso, para tres personas trasladarse sentadas sobre un jumento y detrás de ellos, la capotera ésta es, según el citado diccionario, una bolsa de viaje hecha de lienzo grueso y resistente, abierta por los extremos y provista de cordones para abrirla y cerrarla. 

Los refranes o proverbios,
expresan verdades básicas de la vida
o algún tipo de concepto práctico
sobre el quehacer humano.
Si de repente escuchamos un cuento, brollo, chisme, lleno de sensacionalismo, y ante el cual no queremos agregar mayor comentario para evitar agravios, decía mamá cantaito en buen maracucho, solo una palabra: -¡Díiiigaaaameeee!- (Dígame) si la cosa ameritaba la prudencia ante la llegada de terceras personas las cuales no interesaba se enterarán del asunto, uno de los interlocutores refería así… -Total que lo asaron con las alas y el pico- y el otro tertuliante contestaba… -Y salió volando el Perico- quedando el mirón de palo fuera de todo contexto y conocimiento de causa y preguntándose -¿cual Perico miarma?-.

Antes era muy usual el acompañamiento con chaperones o chaperonas, entiéndase acompañantes al cuido y resguardo de las parejas, generalmente un hermano, hermana o prima de la novia, pues el novio iba solo a visitar a su novia; tratábase entonces que dichos acompañantes eran distraídos por los novios mediante subterfugios que si anda y nos compras unos helados, o cafés, unas golosinas, en fin cualquier excusa, para así aprovechar ese breve espacio de tiempo para darse un efusivo beso a solas; como le sucedió a unos viejas primas, cuyos novios se perdieron en la majada de San Luis, al regresar la parejita, entre la euforia de la señora madre y de los novios, la novia algo disgustada por la aptitud de su progenitora le replicó, -caramba mamá ya yo estoy bastante mayorcita para saber lo que me conviene- ante cuya justificación la tía le recriminó con este refrancito –entre la mujer y la gaviota entre mas vieja mas loca- y caso cerrado.

También se cantaba, los cantos de peonada de jornaleros, de ordeño, de arrieros de ganado, en fin; de esos cantos rememoro uno que me enseñó mamá quién se lo enseñó mi abuela Mamá Carmela, contaba mamá añorando su juventud, como en plena majada del Hato "San Luis" en aquellas noches colmadas de estrellas, cuando asomada por el oeste la Luna en creciente, la abuela querendona daba sus acciones de gracia a la Luna, compañera sempiterna del agricultor en sus faenas del campo, para la siembra y la cosecha, para la poda de las plantas y la castración de los animales, y para su cruce y para su cría; mirando hacia la Luna de cachitos, decía cantando así... -Bienvenida seas Luna guerría, mi corazón se alegra y mi alma se ríe, Dios que te hizo para crecer y menguar, danos vida y salud para verte acabar-, ese es el canto a la Luna según me contó mamá. 

Araguatos en plena selva aullando
para marcar su territorio de otras especies.
Decía que también se cantaba, en charadas y consejas, antes los viejos lo hacían durante sus faenas diarias, sanamente y entre amigos, muchas veces en doble sentido, para pasarla bien, una de esas canciones un poco mas o menos decía así… -el Araguato y ruco y ruco, el Araguato y ruco y ruco, el Araguato y ruco y ruco, el Araguato y ruco y ruco, el Araguato de Doña Manuela masca tabaco y no tiene muelas, y ruco y ruco- y de ese modo repetían el estribillo entre versos cachimberos repentistas de los jornaleros, echando varilla (bromeando) sobre las andanzas de Doña Manuela, animándose entre sí reían, mientras la pala entre sus manos rasgaba la tierra agreste de los campos, para sembrar las semillas del sustento diario familiar.  Pero a todas éstas, vaya Ud. a saber… ¿Cuál era el Araguato sin dientes de Doña Manuela?

José Luis Reyes Montiel.