sábado, 17 de diciembre de 2016

Los pichones de papá

En casa nunca faltaron unas gallinitas ponedoras y unas buenas palomas con sus criaderos, muchacho solía jurungar los nidos de las palomas y corretear a las gallinas en el patio de la casa cuando su cacareo anunciaba la postura de sus huevos, salía tras de ellas para agarrarlo y depositarlo en una tapara que disponía papá para su consumo en desayunos, cenas o cuando mamá preparaba sus sabrosos revueltos.

Los criaderos de las palomas eran elaboradas con madera techadas a dos aguas, en ambos lados tenían seis cavidades para un total de una docena de nidos que las palomas se encargaban de acondicionar con ramitas para confeccionar el nido donde echaban sus huevos hasta eclosionar, los pichones atendidos por sus papas iban desarrollándose hasta llegar el momento de cubrirse de una pelusa amarilla, entonces estaban gordotes y lo suficientemente grandes como para hacerlos asados al horno, mamá los colocaba sobre una bandeja de peltre bien aliñados con hojas de orégano, ajo, achote, pimienta y sal, que machacaba en una gran piedra contra una mas pequeña, ambas de río, dichas piedras de moler, a modo de los modernos morteros usados por nuestras abuelas en la cocina para hacer maceraciones para sus guisos.

Mamá aderezaba seis pichones y los asaba hasta quedar crujientes, cuatro eran para papá y dos para este que está echando el cuento, no dejaba nada de los pueriles pichones, pues una vez asados hasta los huesos me los comía, quedaban tiernos y blandos, crujientes y tostados como galletas, una verdadera delicia; el rico sabor se debía a que a las aves se les servia maíz de piquito para su alimentación diaria, este era el cereal que quedaba rezagado de las moliendas una vez seleccionado el maíz de buena calidad para la venta, por eso las aves criadas en casa su carne era de optima calidad, sustancia y sabor.


Las gallinas y pollos, corrían la misma suerte de los pichones de paloma, en caldos, revueltos, frituras, asados y demás guisados; uno de mis platos preferidos era el revuelto de gallina o pollo, éste se sofríe y se guisa primero en presas con especies y sal al gusto, luego se le aplica pan rayado con huevo batido, se mezcla aderezado con aceitunas, alcaparras, pasitas y encurtidos, el resultado una delicia culinaria de la cocina zuliana.

Una escena algo escabrosa pero de contar era el modo como mamá sacrificaba a las gallinas y pollos, una vez atrapados, entre ella y yo dando tumbos por el patio tras el huidizo animal como si presintiera nuestra intención, mamá los tomaba por su cuerpo y con su propio peso les deba un giro tomados del cogote y de una vuelta listerine quedaba el animal pico abierto y lengua afuera, luego se hervían para su desplume, limpieza y preparación en la cocina.

Consecuencia de la contaminación ambiental, las palomas han tomado muy mala fama, según informes del sector salud estas conllevan a ciertas enfermedades respiratorias, de la piel y hasta parasitarias, que afectan al ser humano, razón por la cual su consumo ha venido a menos, evitándose incluso su presencia en casas y edificios familiares,  pues se considera que además producen  alergias y asma a las personas que cohabitan con ellas, quedando relegadas a plazas y espacios públicos, donde son considerados una plaga dentro de las ciudades.

Sin embargo, las palomas son el símbolo de la paz por su apacible modo de vida, suelen convivir en parejas permanentes, crían a sus pichones, y antes de sus supuestas afecciones en materia de salud, convivían en las casas con sus habitantes compartiendo su espacio vital, además de poblar los cielos de parques, plazas y avenidas de las urbes modernas.

Las gallinas y pollos por su parte, ya no son fomentadas ni se desarrollan para la alimentación humana como otrora, sino que su cría se ha industrializado hipertrofiando la genética de éstos apacibles animales, mediante el empleo de hormonas, químicos y medicaciones no siempre apropiadas para el consumo humano, pues son considerados a largo plazo cancerígenos y con otros efecto secundarios para la salud de los consumidores; además ya de por sí las condiciones de almacenamiento, explotación, alimentación de estas aves, crean en ellas altos niveles de stress emocional que según científicos y ecologistas, ocasionan secuelas en quienes la consumen, afectando también y de algún modo su salud. 

Por eso hay que volver a la granja familiar, a la cría de animales en casa, como lo hacían nuestros abuelos y padres, no solo por la carestía de estos rubros, sino por la mejores condiciones de cría y alimentación que garantizan su optimo consumo y aprovechamiento nutricional. 

JLReyesM.  

sábado, 3 de diciembre de 2016

La Plaza del Buen Maestro.

Una fresca y bonita mañana, carajito y de la mano de papá, me llevó al encuentro de nuestro lago marabino; yo ya conocía en compañía de mamá, otros lugares de aquella aún gentil ciudad de Maracaibo, la plaza Baralt y su Convento Franciscano, la plaza Bolívar y la Basílica; faltaba otro emblemático lugar por conocer, y me lo mostró mi padre Pascual Reyes Albornoz, la Plaza del Buen Maestro, situada al final de las avenidas Bella Vista y El Milagro a orillas de nuestro Lago de Maracaibo.

Nos cuentan las crónicas, sobre esta primorosa y muy placentera plaza con una bella vista sobre el lago, otrora limpio y traslucido, donde la gente se podía bañar y hasta hoy aún se pesca, que antes estaba rodeada de una baranda de hierro forjado, con dos grandes puertas como las que tenía también la vieja Plaza Bolívar, y en el centro de la plaza una fuente de soda o bar de estilo neoclásico, que gracias a su sólida construcción ha perdurado hasta nuestros días, anteriormente con espacios a su alrededor para mesas y sillas, donde la gente solía tomarse un café y conversar, además de refrescos, también se degustaban pasapalos, helados, nunca faltaban las buenas cervezas zulianas y licores nacionales e importados, todo un lugar para la recreación para disfrutar de la brisa lacustre, contemplar y escuchar las olas y el rumor del Lago.


Originalmente la plaza diseñada en forma de herradura alargada como un ovalo alrededor del cual circulaban los automóviles, separada del lago con una neoclásica balaustrada tallada, y alumbrada en sus noches mediante finos pilares decorados con faroles; en sitio desde antaño, un poco mas o menos a su izquierda de la plaza, existía un espacio sin baranda donde acuatizaba un Hidroavión frente a una pequeña construcción de madera donde se encontraban las oficinas oficinas de esa línea aérea, eso dejo de ser, una vez abierto el aeropuerto Grano de Oro, donde hoy día se encuentran la Facultad de Ciencias de la Universidad del Zulia.



Cuando visité por vez primera la Plaza del Buen Maestro, nos trasladamos papá y yo en su automóvil Cadillac 1953, ese día al llegar al lugar, estaba bastante asustado, por la cercanía del carro a las aguas del Lago, separado apenas por la balaustrada, pensaba ingenuamente que nos podíamos caer al lago, después nos sentamos en el Bar del local, papá se tomó un Whisky seco y yo un helado Alfa; para entonces, la balaustrada aún permanecía en su totalidad en pie, así como la edificación neoclásica que fungía como fuente de soda y restaurante, además de una potente Rockola con sus discos de Lila Morillo y Don Mario Suarez; después me llevó papá a conocer Santa Rosa de Agua donde compró unas Lisas y Corvinas a los pescadores de la zona desde en su propia embarcación.

Santa Rosa de Agua comparte su nombre con Santa Rosa de Tierra
aledaña a ésta en la zona norte de Maracaibo,
en este lugar nació Venezuela.
Años después, en 1974 con mis 14 años solía pasearme en bicicleta hasta la Plaza del Buen Maestro, como vivía en casa de mi abuela “El Cristo” en toda la avenida Santa Rita, me quedaba algo cerca Bella Vista, y me escapaba para el encuentro con mi lago encantado, de haberse enterado mamá me hubiese quitado la bicicleta, por lo que mis visitas al estuario y Plaza del Buen Maestro era todo un secreto entre mi difunto padre y yo, pues me gustaba recordarlo en ese sitio que el me había mostrado algunos años antes.

Esa Plaza del Buen Maestro fue construida por el Presidente del Estado Zulia Vicencio Antonio Pérez Soto en el año 1927; para contarles un dato anecdótico, la Plaza ostenta ese nombre debido a la humanitaria faena de la señora madre del Presidente Pérez Soto, Doña Herenia Soto, quién por muchos años se dedicó a la enseñanza de niños y adultos, quienes de su bondad aprendían a leer y escribir, sumar y restar, multiplicar y dividir; aquella Plaza del Buen Maestro para esos tiempos recién inaugurada, contaba con calles empedradas, una escalinata para acceder al balneario que poseía a orillas del lago y una caída de agua que utilizaban los niños para bañarse.

Bellamente restaurado su Bar en la Plaza del Buen Maestro.
La plaza para la ocasión de mis visitas matutinas y clandestinas, estaba deslucida, vetusta y triste, su bar y fuente de soda permanecía incólume resistiendo la salobridad y las inclemencias del tiempo, la balaustrada estaba derruida por el constante embate de las aguas del lago y algo olvidada al margen del moderno Parque La Marina y su imponente Mirador que nunca funcionó a satisfacción del visitante, sin embargo la vieja estructura de la plaza del Buen Maestro no había perdido su encanto, y la fuente de soda convertida en restaurante ofrecía al público delicias del Mar, pizzas y otros platos criollos, helados, chucherías, cepillados y cervezas; años después en varias ocasiones con compañeros estudiantes nos tomamos unas birrias en aquel sitio de querencia marabina.



Esta Plaza, por su cercanía al lugar de la Bahía de Capitán Chico, tiene tambien el honor de haber sido por décadas el lugar de emplazamiento de nuestra Armada Nacional y sus marinos, durante la conmemoración del 24 de julio de cada año, para recordar la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, de hecho su parque aledaño La Marina se construyó en 1973, para seguir la tradición que luego le arrebató el Paseo o Vereda del Lago para el desarrollo del desfile aéreo, naval y militar, por razón del espacio y calado de los buques de guerra.

En la bahía de Capitán Chico se escenificó la Batalla Naval del Lago de Maracaibo
el 24 de Julio de 1823, entre la armada de Colombia comandada por el Almirante José Prudencio Padilla y la armada realista bajo las ordenes del Almirante Ángel Laborde, desde este mirador turistico bajo cuya cúpula se puede observar un mural pictorico de dicha batalla, se nos regala a la vista esta hermosa e histórica bahía
.
Afortunadamente en el año 2006, se emprendió su restauración, por lo que este es un espacio que debe conservarse para nuestra tradición citadina, ya que esta obra pública de añeja data permitió que Maracaibo creciera hacía el norte de sus riberas y planicie, extendiéndose gracias al desarrollo del tranvía el cual conectó el centro de Maracaibo a lo largo y ancho de la otrora Bella Vista.

No podía dejar de publicar esta gráfica, donde podemos observar una vista desde la plaza
hacía la avenida Bella Vista un poco mas o menos hacia los años 1930, con los techos del que fuera
el matadero público a la derecha y un poco más allá al Lactuario "Alfa" típica empresa regional heladera Zuliana.

Esta otra hermosa imagen corresponde al Tranvía de Maracaibo en una de sus paradas de la avenida
Bella Vista, entonces una trilla de arena, dicha obra extendió la ciudad hacia el norte permitiendo
su urbanismo y posterior desarrollo del que hoy ostenta en calles, avenidas y viviendas.

JLReyesMontiel







viernes, 18 de noviembre de 2016

Un Rosario a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.

Por aquellos años 1964, 1965 y 1966,
residente e infante en la casa de mi padre
Pascual Reyes Albornoz, situada al fondo
de la Basílica de San Juan de Dios,
cada bajada de la Virgen, veladas y procesión
de Nuestra patrona, acudíamos mamá,
mi hermanan Sara y yo a esas celebraciones,
y desde mi lugar en el templo contemplaba
este cuadro representativo del milagro de renovación
de la excelsa patrona del Zulia y Maracaibo,
mientras entonaban el magistral himno
Gloría a ti casta Señora de mi pueblo bravo y fuerte
que en la vida y en la muerte
ama y lucha canta y ora.…
Misterios en cada decanato, una afirmación de fe en cada cuenta del rosario; en sublime y franca oración el pasado jueves 17, vísperas de nuestra patrona del Zulia, rezamos el Santo Rosario en la oficina, en maravilloso circulo  mis compañeros de trabajo reunidos en el cubículo donde esta mi escritorio.

Que gozo rezar el Rosario a Nuestra Señora Madre de Dios y Madre nuestra, como se pierden algunos por su desconocimiento  y poca fe, de esa maravilla milagrosa y excelsa de pronunciar las mismísimas palabras del mensajero de Dios el Ángel Gabriel a María, en el primer capitulo del Evangelio de San Lucas podemos leer, y debemos hacerlo con espíritu de discernimiento “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José de la casa de David; el nombre de la virgen era María”.

Para el pueblo hebreo el nombre de María es muy estimado y compartido entre sus mujeres, solo por mencionar algunos casos históricos, así se llamaba la hermana de Moisés, y ya en tiempos de Jesús este nombre eran tan popular, que las tres mujeres presentes en el Monte El Calvario, todas ostentaban el grande nombre de María.

El nombre de María significa “La hija preferida de Dios”  de "Señora" otros autores dicen que en Egipto el nombre de María proviene de dos palabras: "Mar": la hija preferida, e "ia": abreviatura de IAVEH, por lo cual, en verdad que sí corresponde muy bien este significado a lo que en realidad ha llegado a ser la Madre de Jesús y la hija que más quiere Dios.

Continua el Evangelio de San Lucas, …”Y entrando, le dijo, Salve, llena de gracia, el Señor está contigo” Salve en hebreo, Shalon Jalai, o sea: ¡Yo te saludo. Te felicito. Alégrate! Cada vez que rezamos el Avemaría saludamos a la Virgen con el mismo saludo con el que la saludó el ángel en el día más feliz de su vida, en el día de la Anunciación, cuando ella empezó a ser Madre de Dios. Así hemos saludado muchas veces a la Virgen Santa en nuestro Santo Rosario con el saludo que a Ella más le agrada, el que le compuso el mismo Dios en persona.

Llena de gracia, la mujer que más gracias o favores ha recibido de Dios, es decir, la muy simpática para Dios, pues  si Ella hubiera tenido algún pecado, ya no habría sido totalmente simpática para Nuestro Señor, pero Ella no tuvo ni la más mínima mancha de pecado, por eso su inmaculada concepción.

El Señor está contigo, los israelitas cuando querían animar a una persona y asegurarle que le iban a suceder cosas maravillosas le decían "El Señor está contigo" porque "si Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros?", de tal manera cada vez que rezamos el Avemaría felicitamos a la Virgen por esta bella noticia ¡El Señor está siempre contigo! ¡Y ojalá que esté siempre también con cada uno de nosotros!

Seguidamente, narra San Lucas la reacción de María ante la anunciación, “Ella se conturbó por estas palabras, y preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios”; No temas, una frase que en la Santa Biblia se repite muchas veces, dirigida hacia las personas que Dios elige para sus grandes obras. ¡No temas, porque Dios va contigo y te ayudará en todo. ¡No temas!, y a pesar de las dificultades del camino, afirmando San Lucas, “has hallado gracia delante de Dios” elogio que se pudiera decir y dirigir a cada uno de nosotros.

Luego viene la parte central del mensaje del ángel Gabriel a María en la anunciación, “Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús”. Este nombre significa el que salva de los pecados, porque El ha venido a salvarnos a los pecadores y a pagar nuestras deudas ante Dios; mas adelante continua narrando San Lucas en su Evangelio “Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”. Finalmente… “María respondió al ángel: -¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?- El ángel le respondió: -El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será  llamado Hijo de Dios... Dijo María: -He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra- …Y el ángel dejándola se fue.

Que modo más hermoso de manifestación divina, cuando el Hijo de Dios se encarnó y se hizo hombre en el vientre Santísimo de la Virgen María, día grande y mil veces bendito en el que Dios se vino a vivir entre nosotros, para liberarnos del mal, este el misterio de la natividad que da paso al otro misterio de la “Parusía” del Señor (del griego Parousia) que significa manifestación, hacerse presente, y designa la segunda venida de Jesucristo, aparición pública y gloriosa anunciada por los evangelios.

Un pasaje bíblico que parece obviar algunos falsos profetas actuales, tomada de la versión de Reina-Valera 1960,  en Juan Capitulo 2. Las bodas de Caná Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús..2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. 6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestro en la sala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestro en la sala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. 12 Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Según esta escritura queda clarísimo la facultad intercesora entre los fieles y María, respecto del poder sanador de Jesús su hijo; nosotros somos los invitados a la bodas, la unión de Cristo y su iglesia, el vino es nuestra fe, el agua es la fuente de agua viva que es Jesús, María se manifiesta –Haced todo lo os dijere- el mensaje de salvación de Cristo Jesús, el vino es nuestra fe que al faltar si hacemos todo lo que Él nos dice milagrosamente aflorará el agua en vino.     

Esa es la grandeza de María, madre de Jesús y madre nuestra, por todas estas razones expuestas, los cristianos todos debemos venerar a nuestra madre común en Jesucristo, unigénito de Dios Padre, mediante el fulgor de amor del Espíritu Santo que mora entre nosotros y experimentamos en el gozo extremo de la oración profunda, sincera, esperanzadora hacía nuestra madre María, precisamente hoy, cuando mañana 18 de Noviembre celebremos en nuestra ciudad de Maracaibo y desde el Zulia, su advocación en el día de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.   
JLReyesM.

domingo, 6 de noviembre de 2016

El Sol en mis pestañas.

Noviembre, con sus mañanas frescas lo anuncia con un resplandeciente Sol entre las nubes de las últimas lluvias del año, llegan las brisas y aires de la navidad con la feria y nuestras gaitas, al menos donde aún se dejan escuchar muy a su pesar y bajo la imposición radial del salado vallenato. 

Por el camino venía saludando a la gente gozando la alborada y mi libertad, a pesar de todo y contra todo, la alegría interior se lleva en el alma y en el corazón cuando sentimos el gozo profundo de la compañía del Señor, la presencia de Dios en nuestra existencia.

Sentado y desde la banca del estacionamiento, donde ahora reposo mi llegada a mi lugar de trabajo diario, celebro la salida de esta bella mañana con esta cuadriga del Sol que me saluda, y mirándola través de mis pestañas, se condensan sus resplandores en coloridos destellos cual prisma la descomposición de la luz y en múltiples figuraciones deslumbran mis vista plácida y serenamente, me transportan a tiempos contemplativos cuando miraba el Arco Iris y aún no sabia que era un cuerpo prismático y menos que la luz se turbaba en colores.

Una vez escribí, como la historia del hombre sobre la Tierra ha sido sino una constante complicación, todo un gatuperio, un cambalache como planteaba en mi anterior argumento de la semana pasada, sin embargo la vida nos regala en cada instante oportunidades de disfrutarla y pasarla de la mejor manera, basta la firme voluntad de hacer las cosas bien y con los elementos con los que contamos.

En una ocasión visitando una joven pareja y su bebe, siendo también tiempo de navidad me brindaron refrescos y una galletas, en la humildad del gesto compartimos una amena conversación, sentados todos en el frente de la sencilla casita, el joven muchacho me contaba como iba construyendo su casa, sobre su trabajo y los planes con su bebe y esposa; no hicieron falta manjares especiales ni cócteles para considerar el encuentro como perfecto, solo la breve merienda y la presencia de la joven pareja, mis hijos mi esposa y yo.

En Lucas Capitulo 18, versículos 9 al 14. nos cuenta una parábola de Jesús de Nazaret… «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos.  El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.  Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo. En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!  »Os digo que éste, y no aquél, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Para algunos que, confiando en sí mismos, se creen los muy justos y merecedores, desprecian a los demás en su trato por su aparente religiosidad, alegando una santidad que solo se refleja por sus obras y por su verdadero sentido de arrepentimiento al reconocerse imperfecto, Jesús entonces les conmina en esta parábola, que es un claro caso cotidiano de la vocación del hombre por la lisonja y el decoro aparente, pero poco edificante a los ojos del autentico sentido de la justicia divina.

Recuerdo una canción de Elí Primera, el cantor Paraguanero aún no bien entendido, ni dignamente valorizado y representado su canto… -al ver al viejo descalzo quise darle mis zapatos, y me dijo no hace falta, lo que importa es tu conciencia, no hace falta el ropaje sino distinguir a fondo los que van comiendo dioses y defecando demonios- Cuantos, cuantos, cuantos van por ahí divulgando frases vacías, parafraseando  ideologías que no encuentran eco en su ejemplo ni en su actuar.

Por eso ya no como cuentos, busco verdades, y la encontré en Cristo Jesús, Señor Nuestro. Entonces la vida adquiere nuevos matices y caminos, caminos de luz y entendimiento, de necesario vivir, sin Él todo es tormento, desasosiego y tristeza. Con Él todo cambia y comienzas a ver tu vida así como pasa el Sol en sus reflejos, a través  de tus pestañas en múltiples colores.

JLReyesM.   




sábado, 29 de octubre de 2016

Mi amigo Gerardo.

En este mundo cruel y efímero, historias hay por montón, en términos generales no me quejo tanto de mis relacionados, amigos y familiares como seres humanos que son sino respecto aquellos que, y a todos nosotros nos ha pasado, algunas que otras vivencias de protervos episodios con uno de esos congéneres de nuestra cotidiana existencia.

Caer en generalizaciones es impropio de la equidad, pues seria injusto respecto de aquellos de buen proceder y con sentido de honestidad, integridad, bondad y honradez; pero resulta que nos topamos a diario con cada espécimen que para el pelo, que decepcionados tildamos inmerecidamente al resto de la humanidad como perversa e injusta. 

El viejo tango argentino “Cambalache” nos pasea musicalmente en música y letra por un retrato, algo desconsolador de estas apreciaciones,  originalmente compuesto en el año de 1934  por Enrique Santos Discépolo, para una película intitulada “El Alma del Bandoneón” fue estrenada en el Teatro Maipo a fines de ese mismo año, pero la canción fue censurada para su difusión radiofónica en el año 1943, en el marco de una campaña iniciada por el gobierno militar que obligaba suprimir el lenguaje inapropiado, así como cualquier referencia a expresiones consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país argentino.

Sin embargo, el tema Cambalache permaneció en el tiempo y entre los temas  predilectos de los argentinos, en bares y entre los juglares de barriada, siendo los tangos canciones de humanismo existencial, vida, amor y muerte, en el caso de Cambalache la dura denuncia en su letra protestando una humanidad corrompida, su letra acompañada de su música de tango, febrilmente conmociona a todo buen oyente; fue así como las restricciones a su difusión continuaron durante  el gobierno constitucional del General Juan Domingo Perón, pero nada pudo hacer para evitar el conocimiento que tuvo Cambalache en el público y su inevitable salida fuera de las fronteras argentinas, muy a pesar que en el año 1949 se ordenó al Administrador de Correos y Telecomunicaciones que prohibiera la salida de grabaciones en acetato del insigne tango, sin resultado alguno, entonces una audiencia de la empresa discográfica con el General Perón, logró que el 25 de marzo de 1949 el entonces Presidente Perón afirmando que ignoraba la existencia de esas prohibiciones y restricciones las dejó sin efecto legal.

Si bien la canción tuvo un origen y un contexto en el tango argentino, su letra denunciando los males de su sociedad la transforman en un tema universal y aplicable a cualquier país del mundo, pues representa a la sociedad humana ayer, de hoy y de siempre, siendo un tema vigente en cualquier época.

"Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao... Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón. ¡Pero que falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón! Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón.

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil. ¡Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley".
Enrique Santos Discépolo.

Ahora bien, a mi no me gana el pesimismo, sigo pensando en una humanidad en positivo, hermanada y generosa, sigo aferrado en la búsqueda del “hombre justo y honrado” a decir de nuestro gran Venezolano y hombre notable del siglo XIX, Doctor José María Vargas, sabio, medico y civilista, siendo Presidente Constitucional de Venezuela en el breve lapso entre 1835-1836, durante la mal llamada “Revolución de las Reformas” en un hecho histórico sin precedentes,  ante el arresto domiciliario al que es sometido por el inefable Pedro Carujo y ante las arengas que le pedían su dimisión a su cargo como Presidente de nuestro país, Carujo lo conmina así… — "Señor Vargas, el mundo es de los valientes." A lo cual el sabio Vargas le replica… — "No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia." (8 de junio de 1835). Este “Carujo” por no decir Carajo, fue el mismo que participó en el atentado de la triste noche septembrina en la ciudad de Bogota contra la vida de El Libertador Simón Bolívar el día 25 de 1828.

Es así como he conocido gente mala de verdad pero también gente buena, honesta, trabajadora y sensible, y es el centro de estas reflexiones, se trata de mi amigo Gerardo, sencillo, moralmente conformado, si alguna tacha tiene como todo ser humano, porque …el que este libre de pecado que lance la primera piedra, la ecuanimidad y honradez de mi buen amigo Gerardo la compensa cualquiera de sus debilidades, en sus obras ante el Señor Dios, pues como cuenta también las parábolas de Jesús de Nazaret …por sus frutos los reconoceréis.

Gerardo el buen caminante, tomándose en serio aquello de …caminante no hay camino se hace camino al andar del poeta español Antonio Machado, se va desde nuestro lugar de trabajo hasta su residencia, situada al oeste de nuestra ciudad, morral al hombro, donde guarda sus enseres de vestir, jabón de tocador, cepillo y crema dental, llega y sale con su mono y franela, se lava al llegar a la oficina y se cambia a ropa formal, pasa el día en su trabajo y luego nuevamente cual Superman se cambia en el baño y se pone nuevamente su atuendo de caminante para regresar a su casa, cordial y diáfano en su trato, claro y preciso, sin rodeos al hablar, va directo, y te dice su pensar ante ti, te guste o no, es su palabra y aptitud, te hace un favor o te lo niega sin matices porque tampoco es pendejo, ese es Gerardo mi amigo. Por eso, por conocer personas como Gerardo, es que soy optimista y como en un “Himno a la Alegría” del poeta, dramaturgo, filósofo e historiador Alemán Friedrich Schiller, celebro al hombre nuevo, reconciliado con la naturaleza justo y honrado.

Friedrich Schiller
En 1793, Ludwig Van Beethoven conoció la obra y enseguida quiso musicalizar el texto de Schiller, surgiendo así la idea que acabaría siendo con los años la Novena Sinfonía en RE Menor de Beethoven, en su último movimiento escrito para coros, solistas y orquesta.

Original con Traducción
O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude! ¡Oh amigos, no en esos tonos!
entonemos otros más agradables
y llenos de alegría
¡Alegría! Alegría!
Freude, schöner Götterfunken
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt. Alegría, bella chispa divina,
Hija del Elíseo,
penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste! en tu santuario
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
Y todos los hombres serán hermanos,
bajo tus alas bienhechoras.
Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein;
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja, wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer's nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund! Quien logró el golpe de suerte
De ser el amigo de un amigo;
Quien ha conquistado una noble mujer,
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí, que venga aquel que en la tierra
pueda llamar suya siquiera un alma!
Y quien jamás lo ha podido,
¡Que se aparte llorando de nuestro grupo!
Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur;
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.
Küße gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod;
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.
Vor Gott! Se derrama la Alegría para todos los seres
por todos los senos de la Naturaleza;
Todos los buenos, todos los malos,
Siguen su camino de rosas.
Ella nos dio los besos y la vida,
Y un amigo, probado hasta en la muerte;
Al gusanillo fue dada la voluptuosidad,
Y el querubín está ante Dios.
¡Ante Dios!
Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächt'gen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig, wie ein Held zum Siegen. Alegres, como vuelan sus soles
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta,
Alegres, como el héroe hacia la victoria.
Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuß der ganzen Welt!
Brüder, über'm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.
Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such' ihn über'm Sternenzelt!
Über Sternen muss er wohnen. ¡Abrazaos, millones de seres!
¡Este beso para el mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Habita un padre amante.
¿Os prosternáis, millones de seres?
Mundo, ¿presientes al Creador?
¡Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!

JLReyesM








sábado, 22 de octubre de 2016

La Mesa de Planchar.

En casa había una vieja mesa de largas patas y de forma rectangular, tenía una de sus gavetas dispuestas de tal manera que comunicaba por su parte superior y desde su tabla con unas ranuras de varios tamaños al modo de una alcancía, la otra era paar guardar los billetes, resulta que esa mesa era la caja para depositar el dinero producto de las ventas de la Molienda “La India” de  mi padre Pascual Reyes Albornoz, situada en la esquina de la calle Casanova en  plena barriada Empedraera; todavía su frontis se levanta erguido y orgulloso a los ojos del transeúnte dando su cara al Sol cada mañana frente a la placita de dicho sector marabino, resistiendo al tiempo. En esa  bella y vieja época de Moliendas, maíz pilado, café en grano recién molido y fideos cabello de ángel; el ambiente de la ciudad de Maracaibo con sus calles estrechas, altas casas y su gente cordial y amable, atenta siempre hacerte favores aunado al dialecto nuestro y nativo de estas tierras, castellano enrevesado y antiguo, circunscrito y aislado como estuvo por centurias del resto de la geografía nacional, caracterizó a nuestra región y la perfilo durante años como cuna de cultura y hombres creativos, artesanos y trabajadores.

Mi padre hombre trabajador desde niño, me contaba mamá que le conversaba papá sobre su infancia en Santa Lucía junto a sus 10 hermanos, y tal como me indicó mi linda sobrina Mharta de los tíos eran Román, Nectario, Reynaldo, José del Carmen, Pascual (Papá) y Carlos Luis y de las tías eran Lucia, María Jesús, Sara y Victoria “Toya” la tía alegre y querendona que conocí y a tío Román y Carlos Luis en sus tradicionales rondas domingueras con mi padre Pascual, rodeados del compadre Hermogenes Ortigoza, el compadre José Bravo (El último moliendero) y el compadre Manuel Emiro Vasquez; por cierto y no podía dejar de hacer mención que en una ocasión estuvo en casa dando una serenata (Contratado por los tíos y echandose los tragos con ellos) el Cantor de todos los Tiempos Don Armando Molero con su guitarra y tuve la grata experiencia de conocerle y escucharle en su potente y diáfano canto.

Llegose entonces Papá y sus hermanos, desde su natal pueblo Mirandino de Los Puertos de Altagracia a aquella antañona barriada Empedraera a la edad de ocho años, si papá el nació en 1904 sería un poco más o menos por el año 1908 cuando se establecieron en la casa de su tía “Pancha” (Francisca Albornoz) junto a su señora madre (mi abuela) Sara Albornoz de Reyes, penoso y doloroso traslado a nuestra ciudad de Maracaibo, resultado de la trágica muerte del abuelo Ezequiel Reyes, quién había sido vilmente asesinado por manos criminales de unos reos apresados por el abuelo, quién para entonces fungía como jefe civil de aquella población costera al otro extremo de nuestro lago y de esta ribera Maracaibera. 

El asunto que yo les contaba, fue que la abuela Sara viuda como estaba se mudó a Maracaibo, buscando el apoyo de su hermana residenciada en una casa de Santa Lucia, y entre la tía “Pancha” y la abuela, levantaron aquella carrantanga de muchachos, para lo cual las hermanas Albornoz preparaban para la venta Mandocas y Empanadas, y los tíos aún muchachones azafate al ristre partian al Mercado Principal de Maracaibo para vender las tradicionales tentempiés zulianos para el desayuno de su clientela. 

Papá, tío Román y tío Carlos Luis, echándose los tragos recordaban los trabajos que tuvieron que asumir desde infantes para mantenerse y apoyar a su señora  madre, hermanas y a la querida tía “Pancha” tanto así que ésta sobrevivió a la abuela Sara y hasta último momento de su longeva existencia todos los tíos mantuvieron su ancianidad y lloraron como a su propia madre a la tía “Pancha” aún residente hasta su acaecida muerte en el Empedrao.

De tal manera, que volviendo al tema de la alta mesa de la Molienda de papá, sus ranuras de la tabla de su parte superior permitían el deposito clasificado por sus diversos tamaños, de las diversas denominaciones de monedas por su valor, desde los famosos Cachetes grandes monedas de plata que años antes a principios del siglo XX eran de oro, llamados así pues abarcaban adosados prácticamente la mejilla de una persona, luego venían las monedas de a 2 Bolívares, la de 1 Bolívar el real, el medio, la locha y los cobritos, éstos últimos así llamados porque eran de metal de cobre puro por ser los céntimos del Bolívar como nuestro signo monetario. 

Por la altura de la mesa y su fornida madera, mama la empleaba como mesa para planchar la ropa, colocaba sobre ella un aplique de fique y sobre éste una tela gruesa de lona blanca; recuerdo claramente como desde una bombilla de luz destinada sobre la mesa desde el Horcón del techo del comedor de casa, mamá enchufaba la plancha desde un aplique múltiple de material de baquelita color marrón de donde se sostenía la bombilla, hiendo y viniendo girando y destellando su luz sobre las paredes y el piso, sonando la cadenita contra la bombilla que colgaba sobre el sostén de la luz para encenderla y apagarla. 

Mamá de ese mismo modo nos planchaba, además de la almidonada ropa nuestro uniforme escolar durante la temporada de clases, pero cada viernes y los fines de semana eran míos, pues después del mediodía del sábado y una vez cumplidos a cabalidad mis deberes de estudiante, de lo contrario estaba dispuesto por mamá y colgando de un clavo detrás de la puerta de la cocina un trozo de la manguera de regar las matas y para templar como el acero mi carácter, primero el deber luego la diversión, al terminas mis tareas me sentía libre y despejado a correr ese patio de casa, a jugar entre las matas y los árboles, al aire fresco de mi querido patio de la casa.


Uno de mis juegos infantiles era el combate con mis soldaditos de plástico sobre la mesa de planchar, hasta que una navidad mi sobrina Elizabeth Morillo Reyes de Rodriguez me regaló una bella colección de carros de plomo marca Matchbox, colocaba sobre la mesa el lienzo que mamá utilizaba para planchar, y sobre el desplazaba los carritos para allá y para acá, imaginando carreteras sobre el cobertor de la mesa de planchar.

Un dato de como el tiempo y la justicia Divina se encarga de todo, resulta que el asesino del abuelo Ezequiel Reyes, años despues papá y sus hermanos se lo encontraron pordiosero en pleno Mercado Principal de Maracaibo, y entre los tíos planean vengarse propinándole una paliza en descargo de la muerte del abuelo Ezequiel, a lo que lo supo la abuela Sara les conmino a no hacerlo, pues tal cual como les dijo a sus hijos -no ven como ese desgraciado está pagando la muerte de su padre-.


Rancia mesa de planchar de la casa, situada como siempre entre el corredor y la cocina  para gozarte sentado en el taburete de papá jugando todo el día a la guerra o haciendo ciudades imaginarias para correr mis carritos de plomo; desde un recodo del patio te veo asomando tus largas patas a través del marco de la puerta, entre los árboles y a lo lejos desde mi banqueta del solar del anchuroso patio, desde donde se ocultan miles de pensamientos lanzados al tiempo, ideales puros de crédula inocencia afligida con los aires alegres propios e inolvidables de mi cándido espacio, en el recorrido del tiempo en una furtiva peregrinación de recuerdos te recuerdo, con mis libros y cuadernos estudiando bajo las sombras de la Mandarina China, de los Mangos, en el fresco Caucho entre sus bejucos o la Acacia florida en sus rojos carmines de Octubre a Febrero, correteando persiguiendo iguanas y machorros, con mi perro “Duque” como único amigo, mirando el vivaz cielo azul con sus nubes navegando el horizonte regocijado de mi brisa pura.

JLReyesM.

domingo, 2 de octubre de 2016

Los Hermanos Montiel Fuenmayor.

Francisco Antonio

José Julian

Dimas de Jesús

María Espíritu Santo



María Trinidad
Carmen Domitila (1936)

Aurelio Lubín


Tío Dimas, Tía Espíritu, Mamá, Tío Julian y Tío Aurelio.



sábado, 1 de octubre de 2016

El Canaguarito.

En la vieja Maracaibo, muchas son las expresiones dimes y diretes, propios y vernáculos de nuestra región, muchos son los usos en el castellano provenientes de las lenguas romances derivadas del Latín antiguo desde los tiempos del Imperio Romano, es así como el rico idioma español de cuna castellana, se extendió primero por toda la península ibérica tras la conquista de León y Castilla sobre las demás provincias ocupadas por los moros, adoptando los giros y dialectos de cada región, enriqueciendo el acervo filológico del castellano y dando paso al español actual.

En estos días a la luz y al calor del intenso, pero noble Sol de esta región zuliana, rememoré una curiosa palabra de los viejos de antes, érase niño jugando en el patio de casa dando carreras como todo muchacho, mamá llamó mi atención de este modo: -José Luis… mijo deja de correr con ese Sol no vaya ser te dé un “tabardillo”-  la palabra hizo volar mi imaginación, lo primero que vino a mi mente fue que eso significaba que votaba sangre por la nariz, en esos tiempos con frecuencia presentaba hemorragias por mis fosas nasales hasta que el Dr. Silvestre Rincón Fuenmayor, primo de mamá, me cauterizó en su clínica los vasos sanguíneos que aflorados en el interior de mi nariz causaban los indeseados derrames.

En una ocasión, mi maestra se angustió porque me vino el derrame de sangre en clases y la hemorragia nasal no paraba, recuerdo que hasta me colocaron las otras maestras, una moneda de plata en la frente tratando detenerla y nada que se detenía, hasta que me colocaron unas compresas frías con hielo, lo que logró parar la infusión sanguínea.

Recientemente, los aires acondicionados centrales en mi lugar de trabajo, con las incidentales apagones de Maracaibo se dañaron, no funcionan óptimamente, de tal manera que me permiten la salida después de la una de la tarde para ir a casita, pero salir de regreso a casa a esa hora es peor pues si salgo a la calle a tomar carrito o bus -me da un tabardillo- ahora bien, apreciados lectómanos, que es un “tabardillo” en efecto, es una fuerte insolación causada por la exposición a las inclemencias del Astro Rey el cual puede generar ulceraciones y calentura corporal, dolor de cabeza y en caso extremos hemorragia nasal y auditiva.

Por eso prefiero quedarme en la oficina hecho el canaguarito dije entonces, a lo que me preguntaron mis interlocutores -bueno José Luis de donde sacas tanto disparate?- -de mis viejos antepasados- respondí, -y se puede saber que es un canaguarito?- …no sabéis que es un canaguaro? Un canaguaro es un machorro, un reptil, un animalito parecido a una iguana pero muy colorido con intensos negros y delicado tonos azulados, verdes, violetas y destellos de oro, como si entre sus nervaduras de la piel tuviese incrustaciones de bañado al oro, pues un canaguarito es el hijo chiquito del canaguaro cuyos huevos los encuba la canaguara en pequeños orificios a modo de cuevas escavadas por ellos mismo en la tierra.

Nuestro Canaguarito llamado lagartija azul.
Los canaguaritos hijos del canaguaro salen de su madriguera terrícola de mañana y en la tardecita al caer el Sol, dejando ver sus destellantes tonalidades a la vista furtiva del curioso que los observa en su veloz caminar en el hábitat del monte maracaibero, cuantas veces tuve la suerte de verlos correr entre los abrojos del solar del patio de casa, su cuerpecillo luminoso al aleteo veloz de sus cuatro patas y su colita que por travesura cortaba con un palo, quedando haciendo tumbos por sus nervios desprendidos mientras desvariaba en fuga el canaguarito . 

Por eso salgo de mañanita bien temprano o al caer el Sol, hecho el canaguarito, evitando el Sol marabino, y a la vez ganándole tiempo al tiempo, pues quién madruga Dios lo ayuda, y además recoge agua clara, porque Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, y quién llega temprano ve las cosas dos veces. Por cierto, hace muchos años que no veo un canaguaro, menos un canaguarito, desandando entre los Cujies, hierbas, tunas y cardones de nuestros campos zulianos. Y no me pregunten que es un “machorro” porque los raspo como buenos maracaiberos que debemos ser los nacidos en esta tierra de Dios.

JLReyesM.




sábado, 24 de septiembre de 2016

La señora de la Clineja.

Al otro lado del colegio San Vicente, en la esquina de la avenida 14A con calle 69, y en la esquina subyacente del recordado Abasto de “Menena”, estaba una modesta casita de tejas y bahareque, bordeada de una cerca de alambre con púas sostenida con estantillos de madera, hábilmente disimulada con arbustos de Carmelitas de flores amarillas, que mejoraba la vista al transeúnte del aspecto exterior de la humilde vivienda.

En esa casita vivía una señora blanca, de avanzada edad pero muy alta y fornida, de negros e intensos y largos cabellos, sujetados con una peineta detrás de su cabeza haciendo un moño; la señora presurosa caminaba con destreza muy a pesar de su aparente importunado cuerpo, además vestía con la apariencia típica de las abuelas de antes, con su bata de cuello blanco adornado con encajes y grandes botones forrados de tela al frente, siempre de color que llamaban de medio luto.

Algunos de ustedes recuerdan un particular y muy característico personaje de Popeye, que tenía por nombre “Alicia La Goon”, pues bien, la señora cada vez que la veía en mi mente de infante me hacia identificarla con ese comic de la televisión de esos días, hasta en su forma de caminar y corpulencia, salvo la florecilla que era sustituida por su moño acoplado por la peineta que le sujetaba su pelo.

Un buen día, buscando a mí señora en el colegio San Vicente, donde por 25 años trabajó como docente, baje de mi carro a un improvisado kiosco a la sombra de un frondoso árbol de Níspero situado en el frente de la casa que fuera de la señora de la clineja, a tomarme un refresco para aliviar el calor del mediodía, el señor muy amable me dijo con su hermoso y marcado acento marabino -metete pa´dentro o te queréis cocinar con el Sol ahí fuera-, me coloco una rustica banqueta de madera y a la sombra del árbol, en el kiosko el señor también vendía pastelitos y tequeños, ademas tenia un cartel que decía "Almuerzo ejecutivo" le pedí entonces el tentempié respectivo para digerirlo con mi refresco al señor que lo atendía y mientras tomaba mi bebida gaseosa y degustando los ricos tequeños le referí, que hace años atrás vivía en esa casa una señora así y asao, sorprendido quede cuando me dijo -yo soy el hijo de esa señora, mi mamá murió en al año 1980 y mi hermano y yo nos quedamos solos en esta casa, el tiene su mujer y yo mi concubina, ella es colombiana, de lunes a viernes atendemos este kiosko y mi mujer prepara comida en la cocina para su venta al mediodía, viene mucha gente, unos comen en el comedor de la casa, otros se llevan su comida, los sábados hacemos también para vender Mondongo o Sancochos de Gallina, Res, Pescado, cuando queráis vení por aquí y probais nuestro buen Mondongo, ese lo limpio y preparo yo, los domingos que es  mi descanso nos reunimos un grupo de viejos amigos a la sombra de este Níspero, echamos varias partidas de Dominó tomándonos los palitos, vos sabéis, mientras mi mujer nos hace un sabroso sancocho de hueso rojo-, yo le repliqué... -de hueso rojo ¿Como es eso?- me dijo... -muchacho... ¿Vos no habéis probao un sancocho de hueso rojo? Eso es una ricura hermano y proteínico, le pides al carnicero que te venda un kilo de hueso rojo, también tenéis el hueso blanco, ese tiene tuta (médula osea) cuando te la pongan de tropezón no dejéis de chupatela la tuta del hueso eso es pura fuerza pa´vos-. 

Seguimos la conversa, me contó que durante su juventud al cumplir los 18 años fue reclutado y prestó su servicio militar durante el gobierno de Raúl Leoni, y al regresar se sacó una muchacha pero no tuvo hijos, trabajó durante años como vigilante su último empleo fue en el Banco Comercial de Maracaibo donde se jubiló, le pregunté si conocía a Marcos Sergio Montiel Hernández, un primo mío que se desempeñó como cajero de taquilla en la referida entidad bancaria, me dijo   –Marcos… clarines y tambores que lo conocí, él era del sindicato de empleados, cuando cerró el banco el salió machete con su liquidación claro está como el era del sindicato, a mí me arreglaron mal, con los realitos que me dieron compré la enfriadora de refrescos, la vitrina exhibidora y chucherías, y aquí me veis, en mi negocito, todos los fines de semana me la pego con mis amigos y mi mujer me lava, plancha y hace la comida, y ella cocina de maravilla que más necesito, nada, solo salud que me la da Diosito Santo-.

Entre el señor Emilio, como se llamaba y yo surgió una buena amistad, cada vez que iba por mi señora Mercedes mientras salía de su clase en el colegio, la esperaba hasta su salida de clases a las 12 del mediodía, mientras sentados sobre banquetas de madera bajo la sombra del Níspero, mis hijos Carmencita, Elías, Ezequiel y yo nos entreteníamos comiendo chucherías y para el calor el respectivo refresco o malta. 

Pero de la noche a la mañana, aquel año de regreso de vacaciones escolares, la casa y el terreno estaba abandonado, le pregunté a Luis el portero del colegio y me enteré que sus dueños vendieron el terreno, los árboles de la casa habían sido talados y la cerca rodeada de latones, se proyectaba una construcción, actualmente se levanta en esa esquina un moderno y estructural mini centro comercial con sus locales, dispuestos a ambos lados de la calle 69 y avenida 14A, frente al colegio San Vicente, del hijo de la señora de la clineja no tengo noticias, por el sector se dice que se fue con su concubina a vivir en Barranquilla, Colombia, y que ese no vuelve más nunca a Maracaibo.

Cosas que pasan, como pasaron los tiempos en su andar ligero de la señora de la clineja, como olvidarla, si ese día que la vi por vez primera, venia yo tomado de la mano de mamá caminando desde el Abasto de la señora Menena hacía nuestra casa, y aquella noche de aquel día eran vísperas de navidad y año nuevo, y el aire tornaba sus brisas frescas de diciembre, la señora de la clineja a quién los socarrones de la cuadra le tiraban al tejado de su casita petardos encendidos mientras patinaban en la calle, lanzándole además los llamados tumbaranchos y recamaras que en su explosión causaban la furiosa reacción de la aterrada señora de la clineja, con su escoba en mano salía paleando y amenazando a los facinerosos muchachones y éstos reían airosos la canallada infame que hacían con la indefensa señora, yo deliraba de la rabia y la impotencia. 

A veces bajando a mi lugar de trabajo, paso por el frente de la casa de la señora de la clineja, miro el moderno comercio que ahora sobre el sitio se levanta, en el lugar mi pensamiento trasciende otro tiempo, y veo salir a la señora de la clineja desde su portón de madera, caminando por la cuadra rededor de su casita que esta cercada con jardines de Carmelitas de flores amarillas, ella está solita y afanada, espantando palo de escoba en mano a los muchachos vocingleros que molestan y aturden su vejez, sus hijos ausentes están lejos de casa… ¿Quién le dará su sopita? ¿Quién la defenderá de la chanza de los muchachos? Ella se deshace en su senectud y en su soledad, es que acaso su fantasma aún desanda entre las calles del lugar, persiguiendo a sus verduguillos y pérfidos vecinos, ella viuda, insustancial e incorpórea y persistente en su afán, huraña y triste, ceñidos sus cabellos con su peineta y su clineja.

JLReyesM



sábado, 17 de septiembre de 2016

¡Tapen eso!

Mi tía María Espíritu Montiel Fuenmayor  
Son las seis de la tarde, sentado en la puerta del corredor de mi casa, escucho desde la habitación de la abuela Mamá Carmela el Santo Rosario en la mustia voz del Padre Olegario Villalobos, todos los días mi tía Espíritu encendía su Radio sintonizando la emisora La Voz de la Fé para que mi abuela apoltronada en su mecedora lo escuchara, yo miraba de vez en cuando las nubes rasgando al cielo y a los árboles de Mango que frente a mí en el patio lateral de la casa se encontraban, y libro en mano estudiaba la tarea asignada del colegio entre salve y salve tratando de memorizar la lección.

En el ambiente se circunscribe el olor de las flores, las hojas, raíces y la tierra humedecida, mamá regaba sus plantas y mi tía Negra (Espíritu Santo) servía la mesa para la cena del día, al terminar el Santo Rosario, la mesa servida era rodeada por la abuela, mi tia Negra, mamá, Sara y yo, comiendo el pan nuestro de cada día perfectamente tostado por mi madrina (tía Negra) previamente untado con mantequilla, otra veces y si había, con queso o Nata; inolvidable escena mirar a la abuela y su verruguita en el ojo derecho que sobresalía en sus cerrados parpados, cuando con sus propias manos  llevaba el pan a su boca impregnado de café con leche desde su taza, habilidad que con el paso de los años perdió y tuve la suerte de sostener entre mis brazos en su ancianidad a la eterna abuela, ayudando a mi tía Negra a darle su alimento de desayuno, almuerzo y cena, noble tarea esta que compartía con las primas Lisbeth, Janeth y Judith, ya en tiempos de la casa de mi tío Dimas “El Cristo”.

Mamá Carmela tomando su baño de Sol.
Luego fue mi tarea acudir ayudar a la prima de mis tíos, Adarceinda del Villar enfermera de profesión, a suministrarle el suero con suplementos alimenticios para la abuela Mamá Carmela, cada sábado tempranito en la mañana, salía desde mi casa en la 69A con mi bicicleta hasta “El Cristo” para atender a mi abuela en su indispensable requerimiento de existencia, como era de comprender a sus 101 años de edad, tarea que orgullosamente realicé hasta su muerte cumplidos sus 103 años.

Se me nublan los ojos en este instante, no puede evitar verter lagrimas, me detengo un momento, me incorporo nuevamente y sobrepuesto recompongo mi ritmo cardiaco y continuo… mi abuela aquel día se fue quedando dormida, pulsando con su boca el aire que apenas entraba en su envejecido pecho, como un pajarito languideciendo entre mis brazos, sostenida en su hamaca y rodeada por mi Ti Negra, Carmen Romelia y mamá, llegaba el instante de su despedida al cielo, era su destino seguro, pues el amor y la ternura de esa viejecita nunca faltó entre varias generaciones de los Montiel Fuenmayor y para quienes tuvimos la suerte de conocerla.

Solo nos quedó como continuación de su presencia, la querencia y el afecto de los tíos (sus Hijos) como prolongación de su amor y de su ternura, pues éstos como ella, brotaban a caudales su simpatía, buen humor y cariño, quién no reía con un chiste de tío Dimas, degustaba el sabor y gusto de un guisado de mi tía Negra, de su arroz perfecto o se extasiaba en su voz sosegada y triste; quién no mantenía una amena conversación con tío Julián o con mi tía Trina; quién no compartía con tío Aurelio una mano de cerveza escuchando sus historias del hato “San Luis”, gratos momentos de existencia plena al lado de mis querendones familiares.

Tía Espíritu, tía Trina, mamá y tío Dimas, rodeados de primos
le cantan los cien años a Mamá Carmela.
Ahora son las seis de este día y la fresca brisa invernal de septiembre, me trae las imágenes y sensaciones de aquella tarde, sentado en el umbral de la puerta del corredor de mi casa y mi abuela escuchando el Santo Rosario, y como ayer también rezo, ahora por mi hijos, por mi nieta y por mi esposa, por mi salud, y la paz y salud de todos mis familiares, por el descanso eterno de mis fieles difuntos y un hálito sobrecogedor me embarga ante la inexorable finitud de la vida.

Porque aún así y con toda su carga existencial la vida es tan bella, muy a pesar de que alguien alguna vez dijo: “Nacer no pedimos, vivir no sabemos y morir no queremos” en honor a la verdad, nadie busca nacer, venimos al mundo producto del azar en el coito de nuestros padres, muchos no saben vivir y aún los que asumimos vivir lo mejor posible conforme a una vida cristiana sufrimos por tonterías que desde otro punto de vista seria absurdo preocuparse o amargarse por situaciones o vivencias que de otra manera pudieron resolverse, y finalmente nadie en absoluto, a menos que sea un suicida, desea morir.

Por eso ante el tema de la finitud de la existencia y de la vida porque para vivir debemos saber existir, recuerdo una charada de la abuela Mamá Carmela, cuando comentaban algo referente al tema de la muerte, decía con desparpajo – ¡tapen eso!- como quién tapa una olla supongo ahora, como para ponerle punto final, dejando atrás y en el olvido el indeseable asunto de la pelona. 

JLReyesMontiel.

sábado, 10 de septiembre de 2016

A la sombra de una Acacia.



En el centro del patio de mi casa, había un enorme árbol de Acacia, papá había dispuesto ese sitio para sembrarlo, recién mudamos por el año 1965 desde su otra casa de la calle Venezuela, situada detrás de la Basílica de San Juan de Dios, entonces apenas un incipiente arbolito, un amigo suyo le dijo maliciosamente –pa´que esa matica crezca... pasarán muchos años pa´que te de sombra- pero la buena tierra, el generoso riego de mamá y nuestro maravilloso trópico hicieron rápidamente su trabajo, la Acacia desarrolló nervudas raíces, un tronco vigoroso y frondosas ramas floreadas de época.

Durante los meses secos
se deshoja completamente
echando sus vainas llenas de
semillas sobre la tierra para propagarse
en invierno con las lluvias.
En verano el árbol quedaba deshojado, con tan solo sus negras y largas vainas , que al secarse emergían lanzadas desde arriba cayendo al piso, pasaban los meses mas calurosos junio, julio y agosto, y con las lluvias de septiembre se vestía nuevamente de sus innumerable y diminuta hojarasca intensamente verde, extendiendo sus ramas de lado y lado del árbol brindando una acogedora y fresca sombra, hogar de pajaritos, Chicharras e Iguanas

A mediados de noviembre el invierno se iba con las festividades de la patrona Nuestra Señora de la Chiquinquirá, llegaba diciembre con sus aires navideños el niño Jesús y la fiesta de fin de año, y luego ha mediados de enero a abril la Acacia se vestía de sus rojos escarlatas y encarnados en su floreado entorno llameante, desde sus capullos florecían múltiples pétalos y pistilos luminosos de intenso colorido amarillo y bermellón, deleite de Iguanas y seductores a la vista del transeúnte a pie o del pasajero que transitaba por la avenida lateral de nuestra casa.

Conocida como Malinche, Ponciana Framboyán,
Flamboyán, Flamboyant o Acacia
es una especie de la familia de las fabáceas
Una tarde de marzo llegó a nuestra casa una elegante dama, desde su Mercedes Bean bajó llamando a nuestro portón, mamá la recibió y ella se presentó, soy Magdalena Calcaño deseo apreciar de cerca su Acacia del patio, mamá acomodó dos sillas debajo del árbol, y brindó el respectivo e infaltable cafecito cordial a la visita, la señora Calcaño comenzó a conversar asumiendo como tema central la belleza de nuestro árbol, así como de todo el resto de nuestro patio sembrado de frutales y demás flora de jardín, enfatizando en la importancia y delicadeza que mamá le otorgaba al mantenimiento de aquel follaje.

Apartándose del dialogo, mamá le preguntó sobre su apellido refiriéndole a la escritora y poeta zuliana María Calcaño de la cual conocía su obra escrita “Alas Fatales” que el abuelo Papá Luis conservaba en su escritorio, y que muy clandestinamente leía, pues su lectura estaba prohibida a las muchachas de aquella época por considerarse de una narrativa erótica, como en efecto lo es, pero que por el uso de la metáfora y su lírica, resultaba agradable e inspiradora; -Claro que conozco esos poemas, yo soy su nieta- teníamos en nuestro patio a la nieta de la gran poetisa de Maracaibo y del Zulia, y no podía ser otra persona por la mixtura en el uso de la palabra en sus formas y expresiones hacía la naturaleza y su admiración por ella; aquella refinada dama sin saber estaba cultivando también en mí una febril inquietud hacía la palabra como instrumento de expresión del alma y los sentidos.

Árbol nativo de Madagascar
y es la flor nacional de Haití.
Siendo niño, recordando aquella tarde de marzo, solía sentarme a la sombra de mi Acacia tratando de hilvanar palabras y pensamientos, tuve conciencia por vez primera del tiempo y del espacio, de la vida y de la muerte, dolorosamente solo papá no estaba entre nosotros, y todos los sentimientos se agolpaban en mi corazón con imágenes sugeridas y formas de la naturaleza y del ambiente de mi patio, disfrutando quizás, flagelandome con mi propia tristeza.

La sombra de nuestra tupida Acacia que tantas veces sirvió de regazo a las horas de estudio de mi hermana Sara y yo, aquella sombra que resguardaba la limpia y fresca brisa entre febrero a abril, alojando tertulias familiares y tiempos de esparcimiento y juegos, dejaba sus engalanadas ramas y hojarasca nuevamente en mayo plenando el piso del patio de sus palitos y menudas hojas secas, hasta quedar nuevamente en su ramaje desnuda para señalar cual estacionario reloj el paso de los años de mi infancia pueril.

JLReyesM.