lunes, 3 de febrero de 2020

Las Conchas del Plátano.

Mis Tajadas de Plátano Amarillo,
"amarillo" ojo de Garza con eso.
Cómo nos ha cambiado la vida a los Zulianos,
cuando una forma de dialecto ancestral se anula
por relacionarlo con aquel títere tirano.  

Reciente pelaba las conchas de unos grandes y hermosos Plátanos amarillos, de esos de exportación, tan bellos como aquellos que muy cuidadosamente cultivan en Santa Bárbara del Zulia, pero éstos otros Plátanos, según y que los traen importados a Chile de la República del Perú.

Dispuse embadurnar de aceite un Sartén, para saltear y cocinar lentamente a modo de horno las tajadas de Plátano cortadas a lo largo para rendirlo, pues acá en este bello país austral es un producto agrícola algo costoso, pues como indiqué es traído de tierras incaicas, sin embargo, no resulta tan costoso si lo comparamos al valor de nuestros Plátanos en nuestra ciudad de Maracaibo, siendo el Zulia la región platanera por excelencia.

Recordando mi ciudad natal y sus buenos plátanos zulianos, terminé de colocar las tajadas sobre el Sartén colocándole sobre sí su respectiva tapa, hecho esto lo demás fue voltear y dorar las tajadas hasta su cocimiento total, quedando lindas y bellas, sabrosas y conservando toda la sustancia del pan a la hora del almuerzo de todo buen Maracucho, Zuliano de corazón.

Serví las tajadas de Plátano sobre un blanco plato para resaltar el rico manjar Zuliano, Rey de la mesa Marabina a la hora del almuerzo, dejándolo sobre la mesa para esperar la hora del almuerzo para el cual preparé un arroz con Longanizas secas, al modo del Jamón Serrano español, acá en Santiago le dicen a sus Chorizos “Longanizas” éstas que compré el día de ayer, las dejan secar al libre ambiente colgadas sobre los mostradores en ciertos abastos adquiriendo un sabor especial entre ahumado y medio rancio, como el añorado buen queso de año, el asunto fue y el motivo de este relato, cuando me tocó desechar a la basura las conchas del Plátano, se me saltaron las lágrimas del sentimiento, me acordé cuando las reservaba para hacer con ellas a modo de carne mechada, tiritas de Plátano sazonadas con sal, pimienta y aliños y salteadas  con Tomate, Ajo y Cebolla, y rellenar las arepas o el pan de la cena de ese día.

Sí, antes de venirme a Chile, en casa preparaba la Carne Mechada de Plátano, pues la carne había adquirido ya precios inalcanzables, así los Plátanos más económicos sin dejar de estar costosos en comparación a otros buenos tiempos, cuando por una moneda de Bs. 1,oo te vendían una docena de buenos y grandes Plátanos, y los llevabas a casa hecho el mandado al Abastos del señor Antonio o de que la señora Menena, donde los tenían a granel y por montones.

Ya para la fecha de mi salida de Venezuela, los tenían de a cuatro Plátanos por BsS. 10.000,oo, ni hablar de la Yuca, tubérculo que será motivo de otro relato de esos días tristes pero de un gran crecimiento espiritual y moral.

Cuando era muchacho, en aquellas soleadas tardes de vacaciones de Julio y Agosto, cuando el apetito pegaba producto de mis correrías y juegos infantiles en el inmenso patio de mi casa, solía tomar de la Alacena un Plátano amarillo, lo cortaba en tiras de tajadas, para freírlos al aceito en el viejo Sartén de la cocina, rayaba queso de año y lo acompañaba con mis friticas de Plátano servidas sobre un plato de Peltre; en ese entonces, tiraba las conchas del Plátano a la basura, muy a pesar de ser también un tiempo de ausencias y carencias pues mi padre murió apenas unos años antes, sin embargo la comida no faltó nunca en casa, pues mamá se las arreglaba con las rentas de las casas que papá nos legó como patrimonio familiar; en aquel tiempo mi único pensamiento era jugar y jugar, ver televisión y visitar a mis padrinos y abuela en El Cristo, su residencia familiar, jugar con mis primas y primos, simplemente pasarla bien.

Total, ahí tengo las conchas al hervor en una Olleta tapada, sancocharlas hasta ablandar, luego se dejan enfriar y se cortan con un cuchillo en tiritas al modo de las tiras de la carne mechada, lo cual resulta muy fácil, pues las conchas de Plátano tienen a lo largo unas hilachas facilitando su desgarre, yo suelo hacerlo con un tenedor sobre una base de madera para cortar, fijando el tenedor de arriba abajo y rasgando la concha perfectamente quedando la hilacha bien cortadita; finalmente se sazonan al gusto, como lo deseen y con lo que tengan en la despensa, para saltearlas con poco aceite vegetal sobre un Sartén.

Esta tarde rellenaré mis arepas con Carne Mechada de Concha de Plátano, para la cena de este día de este mes de febrero del año 2.020,  no quiero perder la memoria de dónde vengo y a donde quiero llegar, hago un balance de mis metas y aspiraciones personales y familiares, para algún día regresar a mi tierra, bien sea liberada o yo como un hombre libre, pero es mi deseo sembrarme en polvo sobre su basta geografía, donde mi padre me engendró y mi madre me parió, mi tierra pura y sacrificada, situarme en ella para la eternidad.

JLReyesMontiel.