domingo, 30 de agosto de 2015

El Jesús de Arantzazu.

Una necesaria referencia, cuenta una antigua leyenda por aquel año de 1469, relacionada con la aparición de la santísima Virgen María en la provincia Vasca en la región de Arantzazu, donde se levantó un magnifico santuario  para veneración de la Virgen conocida como Virgen de Arantzazu. 

Etimológicamente, la palabra arantzazu castellanizada “aranzazu” se compone de "arantza" la cual se traduce como "espino" y el sufijo "zu" que significa "abundancia" en idioma vasco, por lo que viene a significar en castellano "abundancia de espinos" y hace referencia a la existencia de abundantes arbustos espinosos en ese lugar de la geografía vasca, tal como en el sector Los Haticos de abundante vegetación xerófila.

Dícese por otra versión y en bocas de testigos, conocedores como fueron de un pastor de ganado menor, llamado Rodrigo de Balzategui,  quién recorría las estribaciones de la montaña de Aloña, próxima a la villa de Oñate en las tierras de Guipúzcoa, cuando procurando reunir sus ovejas se encontró una pequeña imagen de la Virgen María con el niño Jesús en brazos, tallada en blanca piedra de la región, escondida entre un arbusto espinoso junto a un cencerro, habiendo exclamado en ese instante: -Arantzan zu-  lo cual quiere decir "en los espinos, tú" en buen idioma castizo.

Detalle arquitectónico del templo.
Dando origen a la veneración y devoción cristiana de la advocación de Nuestra Señora de Aranzazu, por ser ésta la que “arranca las espinas y el pecado de nuestras vidas y nos da el gozo de la gracia de su divino Hijo” según sus piadosos seguidores; en los siguientes años desde su aparición en estas tierras vascas, el lugar comenzó a ser concurrido por numerosos peregrinos, y tanto su popularidad como los milagros de la Virgen de Aranzazu, se multiplicaron por montones.

El Santuario de Nuestra Señora de Aranzazu está situado en el municipio de Oñate, en Guipúzcoa, País Vasco (España), donde se venera la Virgen de Aranzazu, patrona de esta provincia. Se sitúa a 750 metros de altitud rodeado de montañas y vegetación. En 1818 Nuestra Señora de Aranzazu fue declarada patrona de Guipúzcoa y en 1950 comenzó la edificación de la basílica actual.


Nada acontece al azar, Dios tiene un plan para sus hijos, el asunto es saber descubrir nuestros caminos y mantener el rumbo; por aquel año de 1.976, iniciaba mi bachillerato en humanidades en el Liceo Octavio Hernández, cuando fijamos nuestra residencia en el popular sector de La Pomona de esta ciudad de Maracaibo, del Estado Zulia, érase entonces Municipio hoy Parroquia Cristo de Aranza.

La capilla fue construida por los conquistadores 
en un terreno de Haticos, propiedad de la familia Guruceaga 
y que albergó en su pequeño altar un crucifijo 
transportado en un galeón español, 
que naufragó en el Lago
Mi primera impresión de aquella barriada marabina fue tener su propia personalidad, tal como Santa Lucia, el desaparecido Saladillo, y otros sectores de Maracaibo, donde cada zona respira su propio aire que lo diferencia de sus aledaños, no es lo mismo San Jacinto que San Francisco, ni Los Olivos con La Estrella, y es porque Maracaibo en sí se diferencia del resto del país en muchos aspectos.

Condición necesaria para trasladarme de La Pomona a cualquier sitio del resto de la ciudad era pasar por el centro de Maracaibo, esto me vinculó estrechamente con la ciudad, con su plaza Baralt, con el Mercado Las Pulgas, con Las Playitas, con su avenida Libertador, y demás centros comerciales del híper transitado casco central marabino.

facsímil de la desparecida cruz conmemorativa
de Cristo de Aranza, a la entrada de Puente España.
Pero por sobre todo recuerdo, la cruz de hierro forjado situada en terrenos del Centro Comercial Las Playitas, sobre un pequeño promontorio al margen derecho hacía el final de la avenida Libertador cruce de Puente España, justo en la desembocadura de la cañada que desagua las lluvias a la bahía de Los Haticos de nuestro lago; al principio pensé en la cruz de mayo pues solía estar adornada de flores entre las forjas del metal, luego leyendo algo más de la popular zona, entendí que se trataba de la Cruz de Cristo de Aranza, levantada en el mismo sitio donde los conquistadores españoles y alemanes comandados por el mismísimo Ambrosio Alfinger levantaron una cruz de madera y fundaron la primera ranchería que fue la cimiente de nuestra ciudad, razón por la cual hice el breve preámbulo de este relato, para mejor comprensión de los orígenes del nombre de Cristo de Aranza, bajo cuya fé, dio nombre por aquellos férreos hombres vascos y alemanes que acompañaron a Alfinger en esa primera epopeya fundacional de la ciudad de Maracaibo un 8 de septiembre del año 1529.

Esa cruz de hierro desapareció de su lugar, estaba en el cruce del Puente España, vía La Pomona y Los Haticos, la vorágine comercial de la zona se la trago, siendo depositada en uno de los locales del Centro Comercial Las Playitas, según me comentó el Ingeniero Pablo Villafañe, sería menester recuperar ese espacio y levantarla nuevamente,  para memoria histórica de la ciudad de Maracaibo, esto está bien documentado según manuscrito en idioma latín desenterrado en los pisos del templo de Cristo de Aranza durante unas reparaciones, que el erudito Don Agustín Pérez Piñango identificó como de suma importancia y fue luego traducido por el padre Teolindo Vale en 1937, y el cual forma parte de un volumen de 422 páginas.

Altar restaurado con su Cristo de Aranza original.
La iglesia recibe su nombre por la imagen del Cristo de Aranza, proveniente de aquella provincia española, que se encuentra en su interior. A finales del siglo XIX varias familias poblaron aquellos xerófilos acantilados frente al lago de Maracaibo y construyeron villas y pequeños hatos ganaderos por lo que la zona recibió el nombre de los Haticos. A comienzos del siglo XX el tranvía de Maracaibo llegaba a los Haticos. Debido a su valor histórico la iglesia fue declarada patrimonio histórico nacional en 1960, siendo recientemente restaurada en todo su esplendor arquitectónico y valor religioso.

Retablo original del templo de Cristo de Aranza
(Colección Dr. Kurt Nagel Von Jess, 1965). 
He aquí parte del texto del manuscrito en latín hallado enterrado en los pisos del reverenciado templo marabino de Cristo de Aranza, tomado del investigador Antonio Gomez Espinoza.

“Y salimos con la cruz en forma y de la misma manera de la del sagrario de Coro. Muchos indios de la fe cristiana no acompañaban y hacían entendernos con otros del camino, que no eran muchos ni mal intencionados.
Lugares había de peligro en el monte bajo, nos decían que era Maracaibo, es decir, en su lengua, muchos reptiles de sonajera.
Al fin llegamos a la laguna, los indígenas nuestros exclamaron –Paarauapara- indicándonos que también era peligroso como en las tierras atrás y otros lugares con abundantes ciénagas y también junto al lago muchos lugares que decía era Maracaibo.
Después de armadas las cunaguas pasamos las aguas, muy picadas y fuimos en peligro de zozobrar, pero al fin observamos una amplia ensenada con aguas tranquilas donde saltamos a tierra.
Allí se besó y se bendijo la nueva tierra cristiana y de misma se clavó el madero en cruz de la fe y gloria de nuestros Reyes católicos. Todo en gracia de Dios por la suerte de habernos dado un almo más de conquista a nuestro señor Jesucristo. 
Muchos indios curiosos había en el lugar, nuestros indios se entendieron en sus lenguas de las suyas y no se opusieron y se fueron mansos, pero tres noches después, grupos sueltos nos atacaban con flechas, pero muy lejos, notamos que huían cuando encendíamos fuego en llamaradas. Las flechas las que aquí guardo son un recuerdo para enviar a su majestad nuestra reina.
Días después nos encantó oír una flauta de pan tocada por un músico que decía ser de tierra de Peeriia, esta flauta después de algún tiempo por razón de su sonido imitativo de nuestra gaita extremeña, o flauta de pico, la llamamos Gaita de Peeriia, ella de aquella vez nos regalaron la sonamos con nuestra música y agradó, la que adjunto también como recuerdo.
Pasaron los días unos felices, otros en busca de acomodo y otros de mejor atención por las flechas que lanzaban y huían por temor a nuestras lanzas. Levantamos techos de paja y palmeras provisional para oficios de nuestra fe cristiana. También se hicieron subterráneos secretos para ocultar pertenencias de nuestra sagrada reverencia a la misa y otras de planos de futras avanzadas.
Años después, más claro el asiento, la familia Arriaga levantó para formación agrícola y fertilizar fundos de pequeños hatos familiares con más de cien, entre indios nuestros, nativos y cristianos.
Hoy del año 1555 de nuestro Señor, llevamos cuatro años del comienzo de construir adyacente al oratorio de paja y palmeras, la iglesia en firme Madre de Cristo de Aranza para toda la ranchería que es esta de Arriaga, el Cañaote y la Cruz por la gracia y voluntad divina nos concedió nuestro Salvador, y que de estos lugares los indios de la zona también decían que era peligro Maracaibo.
Hoy, el templo ya en servicio de Dios, fue situado y levantado con vista libre en las alturas de la pequeña colina poco más o menos a distancia, hacia el sur del gran desagüe de lluvias que bajan de mayores alturas a caer al agua mayor donde se enclava la cruz de la conquista cristiana a nuestra llegada a tierra firme. 
Este templo se levantó en alegría humana y fue obra de mano colectiva de hombres y mujeres, indios y cristianos, sin reparos a la gracia de Dios.
Hoy, ya viejo y agotado el físico, a vuecelencia, hermano Rebolledo de Gracia y de la Torre, oriundo de Praxi, os dejo esta misión de seguir sin desmayo, todo en paz y progreso por la gracia divina de nuestro señor Cristo. 
Salgo pronto en comunidad de muchos indios y cristianos a un poco más allá del sur cercano a nuestros aledaños, por mandato de su majestad la Reina, a la orgánica de nuevos techos para oficios de cristianos y algunos matrimonios ya cruzados.
Al párroco mayor encargado de esta misión, Fernando Matos Arraga, primo de Aricochea, de la avanzada del aguerrido Ambrosio Alfinger enviado de Los Welsares por voluntad de Los Reyes Católicos de España”. (Subrayado nuestro).

Se trata aquella caída de lluvias, de la actual cañada Morillo reconocida por su alto caudal durante el invierno, y la ensenada de la Bahía de Los Haticos teatro portuario de nuestro lago, sin mayores comentarios, este antiguo relato fundamenta el lugar exacto de fundación de Maracaibo despejando dudas y otras referencias posteriores y sobre todo del nombre de esa popular parroquia de Cristo de Aranza génesis de nuestra ciudad. 

José Luis Reyes Montiel.

2 comentarios:

Manuel Gutierrez dijo...

Excelente relato de nuestro poco conocido origen,

Juan David andara dijo...

Esa Iglesia queda en la calle 110 del Barrio Chocolate a pocos metro de la Avenida 17 los Haticos