viernes, 27 de mayo de 2016

Empedrao, ayer y hoy.


El viejo Empedrao con la iglesia de Santa Lucia de una sola torre sin aguja pero 
empleado el arco ojival en puertas, ventanas y vitrales, notese la casa 
de la esquina en un primer plano y sus ventanales, 
igualmente la lampara de carburo frente a al templo de Santa Lucia
y en plena plaza una vendedora con su azafate en la cabeza, 
seguramente ofreciendo en venta sus conservas.


Con su aguja ojival en su torre 
y una espectral figura femenina al pie del campanario.



La actual iglesia de Santa Lucia con sus dos torres ojivales.

Santa Lucia

Es una  Virgen y Mártir de la Iglesia Católica, 304 AD cuyas fiestas se celebran cada 13 de diciembre, su nombre Lucía significa "Lux" es decir  "La que lleva Luz, su devoción es muy antigua tanto en la iglesia  oriental como occidental, su nombre figura en el canon de la misa romana desde tiempos del Papa Gregorio Magno. 

Santa Lucía, oriunda de Siracusa, Sicilia (Italia), de padres nobles y ricos, bien formada e instruida en la fe cristiana, en tiempos de la primitiva iglesia bajo la opresión romana.  Su padre murio durante su infancia, consagrándose a Dios desde muy joven,  manteniendo en secreto su voto de virginidad, sin embargo su madre Eutiquia, le exigía contraer matrimonio con un joven pagano.  Lucía, entretanto, persuadió a su madre de que fuese a Catania a orar ante la tumba de Santa Ágata para obtener la curación de unas hemorragias que la aquejaban. Lucía acompañó a su madre, y Dios escuchó sus oraciones,  entonces, la santa dijo a su madre que deseaba consagrarse a Dios y repartir su fortuna entre los pobres;  llena de gratitud por el favor del cielo, Eutiquia le dio permiso a su hija Lucía; pero el pretendiente pagano de Lucía se indignó tan profundamente que delató a la joven Lucía como cristiana ante el pro-cónsul romano Pascasio, erase  la persecución de Diocleciano que estaba entonces en todo su furor y apresaron a Lucía.
El juez la presionó cuanto pudo para convencerla a que apostatara de la fe cristiana,  ella respondió: "Es inútil que insista. Jamás podrá apartarme del amor a mi Señor Jesucristo".  

El juez le preguntó: "Y si la sometemos a torturas, ¿será capaz de resistir?". La jovencita respondió: "Sí, porque los que creemos en Cristo y tratamos de llevar una vida pura tenemos al Espíritu Santo que vive en nosotros y nos da fuerza, inteligencia y valor". El juez entonces la amenazó con llevarla a una casa de prostitución para someterla a la fuerza a la ignominia.  Ella le respondió: "El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consciente". Santo Tomás de Aquino, el mayor teólogo de la Iglesia, admiraba esta respuesta de Santa Lucía. Corresponde con un profundo principio de moral: No hay pecado si no se consiente al mal.

No pudieron llevar a cabo la sentencia pues Dios impidió que los guardias pudiesen mover a la joven del sitio en que se hallaba. Entonces, los guardias trataron de quemarla en la hoguera, pero también fracasaron. Finalmente, la decapitaron. Pero aún con la garganta cortada, la joven siguió exhortando a los fieles para que antepusieran los deberes con Dios a los de las criaturas, hasta cuando los compañeros de fe, que estaban a su alrededor, sellaron su conmovedor testimonio con la palabra "amén".

Muy a pesar de la historicidad de las diversas versiones de estos hechos, tanto griegas como latinas de las actas de Santa Lucía, está fuera de duda que, desde antiguo, se tributaba culto a la santa de Siracusa; fue en la Edad Media, que surgió su invocación a la santa contra las enfermedades de los ojos, probablemente porque su nombre está relacionado con la luz, dando origen a varias leyendas, como la de que el tirano romano mandó a los guardias que le sacaran los ojos y ella recobró la vista.

Durante centurias Santa Lucia fue pura leyenda, pero se probó con certeza su historicidad con el descubrimiento en 1894, de una inscripción sepulcral con el nombre del Lucia en las catacumbas de Siracusa, no quedando duda de que la santa si existió.


En esta gráfica podemos observar la otrora casa de la esquina
que aún se encuentra de pie diagonal al templo en plena plaza 
del templo de Santa Lucia.


Bulevar de Santa Lucia, lugar de romerías y encuentros gaiteros, 
paso del visitante que desea conocer hoy el viejo Maracaibo.


Fuente central del bulevar Santa Lucia.



Cuadra de casas típicas del Empedrao con su colorido alucinante.


Frontis de una casa Marabina.


La casa museo de la gaita zuliana.



En el centro del bulevar de Santa Lucia se levanta este magnifico escenario gaitero,
realizar tómbolas, concursos, espectáculos
además de celebrar encuentros nocturnos navideños,
y feriados de la patrona Santa Lucia del popular sector maracaibero.



Un enlosao o enlosado, acera alta de paso peatonal para nivelar la cuadra de casas evitando el desnivel de la calle, muy frecuente entre las casas de el Empedrao y Veritas;
por su altura y disposición era el lugar que invitaba a los gaiteros a emplear como tarima 
para ejecutar sus instrumentos a los gaiteros y cantar sus gaitas.


Puente O'Leary sobre la denominada Cañada Nueva  en la salida del viejo Empedrao de Maracaibo por los años 1920, un dato importante, este puente fue construido con partes de los materiales sobrantes de la Torre Eiffel de la ciudad de parís en Francia.



Hoy se encuentra en la parroquia Santa Lucia 
a la salida del vecindario del mismo nombre 
comunicando el sector con la avenida Almirante Padilla, 
vía principal que va hacia el centro de la ciudad.


Otra foto donde podemos observar
 parte del cercado ya desaparecido por donde hoy
circulan vehículos en la avenida Padilla de Maracaibo.



Foto de finales del siglo XIX de la vieja Carcel de Maracaibo, recién construida,
de arquitectura patéticamente egipcia, para intimidar a los maleantes de entonces,
situado en la entrada del populosos sector Luciteño hacia la avenida Bella Vista.


Paso de la vía del tranvía sobre el un puente de hierro,
donde posteriormente se construyó el  Puente "Muñoz Tebar" que enlaza
la avenida Bella Vista con la calle Obispo Lazo, gráfica de los años 1920.



Luego sobre el paso del antiguo Puente del tranvía de Bella Vista
y diagonal al retén de la ciudad, se levantó este hermoso puente. denominado con
el nombre de su constructor.



Jesús Muñoz Tébar 
Nació en Caracas el 17 de enero de 1847, ingeniero, militar y político venezolano, ministro de Obras Públicas en el gobierno de Antonio Guzmán Blanco. Cursó estudios en el Colegio Vargas de Caracas y se graduó de la Academia Militar de Matemáticas en 1866 con el grado de Teniente de Ingenieros.

Llamado el “constructor” del Guzmancismo, desarrollo bajo este gobierno políticas de gasto público destinadas a la construcción de carreteras, puentes y ferrocarriles, en un intento para mejorar la calidad de vida del venezolano que para ese entonces era netamente rural. 

Como funcionario de confianza del presidente Guzmán Blanco, lo mantiene informado de la invasión inglesa a territorio venezolano en el Esequibo que condujo a la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno británico.

Rector de la Universidad Central de Venezuela y de esta casa de estudios recibe el doctorado en Ciencias Filosóficas. En 1891 pública el libro Personalismo y Legalismo, donde analiza el caudillismo nacional y regional en Venezuela posterior a su independencia, enfocándose en la necesidad de mejorar el sistema educativo para así lograr un desarrollo sustentable y a su vez rechazar el despotismo vigente. Fallece en Caracas el 21 de septiembre de 1909


Como silente y fiel téstigo de una obra de gobierno, 
permanece incólume el viejo Puente Muñoz Tebar en nuestra ciudad,
los años no han logrado minar la calidad constructiva del fuerte puente 
aún paso seguro incluso del pesado trafico vehícular que transita desde Bella Vista a 
la salida de la avenida Almirante Padilla. 

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