Por
el año 1990, en el libre ejercicio de mi profesión, tuvo la oportunidad de
trabajar con el Ing. Pablo Antonio Villafañe Angarita en sus empresas del Consorcio
Inversionista Santa Cruz, C.A. Prácticamente estrenaba mis estudios de derecho
y muy afortunadamente con una persona notable por su ingenio y sobre todo por
su querencia hacia nuestra Región Zuliana, siendo como era el Ing. Villafañe
nativo de Rubio del Estado Táchira, en consecuencia buen Andino y de
distinguida familia, pues contaba entre sus familiares quién fue presidente
de Venezuela el Gral. Isaías Medina Angarita.
Don
Pablo como le decía, era muy conversador y buen gourmet, y desde el instante
mismo de nuestro encuentro una chispa de espontánea empatía nació entre
nosotros, mas allá de la relación
profesional que nos vinculó por 5 años, hasta que inicie mi carrera en la
Administración Pública Tributaria, fue una amistad franca y en consecuencia, el
motivo de este relato, como un compromiso de seguir su huella indeleble de sus
palabras, consejos y ejemplo de trabajo.
Tres
obras escritas nos dejó el Ing. Villafañe, “Apuntes del Estado
Táchira”, “Deje de Ser Pobre” y su obra maestra “Dique Endulzador del Lago de
Maracaibo”; obra ésta donde participó como Arquitecto contratada mi prima
Fátima Salas Villalobos.
Don
Pablo poseía una basta experiencia en obras civiles, como Ingeniero Civil,
además de sus títulos profesionales en Ingeniería Geodesta e Ingeniería
Petrolera, siendo estudiante de la Universidad del Zulia en la facultad de
ingeniería en la escuela de Petróleo, al mismo tiempo era profesor de las
cátedras de Civil y Geología.
Estuvo
profesionalmente vinculado al gabinete ministerial del Gral. Marcos Pérez
Jiménez, trabajando en variadas obras de infraestructura urbana de su gobierno,
y sobre todo en los proyectos originales de nuestro Puente Sobre El lago de
Maracaibo, del cual me contaba que estaba propuesto además del paso automotor
pasos peatonales y vías férreas; con la genial idea de cuatro grandes
torres centrales destinadas a levantar edificaciones destinadas para centros
comerciales, hoteles y restaurantes, parques y jardines, aprovechando las
bellezas naturales de nuestro lago marabino.
Esa relación política me decía Don Pablo, le
causo cierto distanciamiento o recelo de parte de gobiernos posteriores de
Venezuela, sin embargo, mediante sus empresas privadas y asociado con el Ing. Luis Raúl Fossi edificó obras importantes para nuestra ciudad de Maracaibo, entre otras la moderna sede del edificio de la actual Alcaldía de Maracaibo.
De
su labor en el desbaratado proyecto original del Puente Sobre el Lago de
Maracaibo, le quedó la inquieta iniciativa de no solo unir ambas costas de
nuestro lago maracaibero, sino una mas altruista y necesaria, descontaminar las
aguas otrora dulces del estuario, puesto que ya para esos años noventas se
hacia improrrogable una vía alterna al actual Puente Rafael Urdaneta.
El
Ing. Villafañe, bohemio e incansable trotamundos, se había recorrido países tan
distantes tanto en América como en Europa y Asia, (imagínense cuantas buenas
tertulias mantuvimos hablándome de sus aventuras); de sus viajes por Los Países
Bajos (Holanda) ideó el visionario “Dique Endulzador del Lago de Maracaibo” teniendo
a la vista el sistema de diques,
drenajes y canales de navegación que permiten a Holanda su existencia, pensó en
nuestro lago y en sus necesidades perentorias para salvar sus aguas de la
constante salinización que penetra por su estrecha garganta desde las aguas del
Golfo de Venezuela que entran al estuario desde el Mar Caribe.
![]() |
Ing. Pablo Villafañe Angarita. |
El
Dique Endulzador del Lago de Maracaibo, de acuerdo a lo proyectado por el Ing Pablo
Villafañe Angarita, debía partir desde la punta costera del extremo occidental
situada en la avenida Los Haticos de Maracaibo, mas precisamente por el sector
La Arreaga, desde allí en línea recta hasta la parte sur de la Isla de Providencia,
y de ésta hasta la costa oriental en el sector
denominado Punta de Leiva (municipio Miranda), para una mejor
visualización del proyecto véase su representación gráfica al margen.
Otra
ventaja es el aporte turístico a la región, pues enlazaría la Isla de
Providencia con ambas costas del lago, isla actualmente abandonada y dejada al
olvido, recuperando esos espacios de una belleza tropical única, aunado a las
singulares vistas nocturnas que desde esa isla denotan las costas occidental y
oriental del lago marabino y donde además podrían construirse desarrollos
hoteleros importantes por inversionistas nacionales e internacionales.
Y
dicha obra no le costaría una "locha" al fisco nacional, a decir del Ing.
Villafañe, pues el personalmente hizo
los contactos necesarios con empresas holandesas expertas en la construcción y
mantenimiento de este tipo de obras, con las cuales el Estado Venezolano podría
otorgar concesiones, mediante contratos a termino, tanto para su construcción
como para su mantenimiento, hasta tanto mediante el cobro de peaje a los
usuarios del Dique se cubra el costo de su financiamiento.
Y
por si fuera poco, dicho Dique tiene la virtud, según estimaciones y cálculos matemáticos
realizados por el Ing. Villafañe, con vista a la cantidad de agua dulce
proveniente y número de los ríos y demás afluentes que le son tributarios al
estuario lacustre, que en un período de 50 años, al frenar mediante el sistema
de exclusas y dique el acceso de agua salobre proveniente del norte y desde el
Mar Caribe por el Golfo de Venezuela, se lograría la tan deseada
desalinización, recuperación y descontaminación del Lago de Maracaibo,
mejorando su ecosistema y en consecuencia la proliferación de las especies
lacustres propias para la alimentación del pueblo tales como la corvina, lisa,
palometa, bagre, cazón, raya, cangrejo, camarón entre otras, así como toninas y
delfines blancos autóctonos; convirtiéndose para las futuras generaciones de
Zulianos en el reservorio de agua dulce mas grande de Sur América.
Por
supuesto la obra implicaría un replanteamiento y remodelación de la avenida Los
Haticos desde donde partiría el Dique, así como toda la infraestructura del
paso terrestre a través de la Isla de Providencia hasta su salida hacia Punta
de Leiva, y también la construcción de la vía terrestre desde Punta de Leiva
hasta su enlace con la vías Falcón-Zulia y la Lara-Zulia, distribuyendo
equitativamente la carga vehicular del Municipio Maracaibo respecto del
Municipio San Francisco, facilitando el transporte público, de mercancías y
particulares hacia el resto del país, consolidando y uniendo esta basta región
del occidente venezolano.
El
proyecto editado e impreso y la maqueta del Dique Endulzador del Lago de
Maracaibo, fue presentado en esa oportunidad por el Ing. Villafañe al
Gobernador del Estado Zulia Dr. Oswaldo Álvarez Paz, también se realizó su
presentación documental con una exposición oral del Ing. Villafañe y debate ante
personalidades locales y profesionales interesados en la obra, tanto en el Club
Comercio de Maracaibo como en el Colegio de Ingenieros del Estado Zulia.
Igualmente,
nos trasladamos el Ing. Pablo Villafañe y mi persona, hasta las oficinas del
Instituto Niños Cantores del Zulia, donde nos recibió en audiencia Monseñor
Gustavo Ocando Yamarte, en virtud que para ese entonces estaba en pleno apogeo
el proyecto “La Isla de Los Niños” obra
idealizada por Monseñor Ocando Yamarte proyecto éste que resultaría como
anillo al dedo para la propuesta del Dique Endulzador, pues evidentemente
facilitaría la comunicación vía terrestre del público y turistas, así como la
sustentabilidad para la mal lograda “Isla de Los Niños” proyectada sobre lo que
anteriormente fue Isla de Providencia.
De
aquella conversación de la cual fui testigo, al parecer a Monseñor Ocando
Yamarte, y con toda consideración y respeto, no le gustó mucho la idea, pues
entre líneas le comentó a Don Pablo que se convertiría su “Isla de Los Niños”
en una Península de Probeta, haciendo clara alusión a una canción de Alí
Primera referida a la Isla de Margarita cuando pretendían construir un largo
puente desde Paría hasta Nueva Esparta.
El
asunto se complicó, y hasta se polemizó en relación con los proyectistas del
denominado “Paso Litoral del Lago” también en pleno apogeo para esos días, pero
éste sí contaba con el apoyo de las autoridades, especialistas y gremios de la
región, y hasta del nivel central; roncaron los motores, el Ing. Villafañe hizo
sus declaraciones ante la prensa escrita argumentando los inconvenientes e
incidencias negativas del Paso Litoral del Lago, el asunto quedó en tablas para
ambas partes, engavetándose ambas propuestas.
Más
recientemente, se relanzó el Puente Nigale, pero la crisis financiera del país
dejó solo una piedra fundacional y la planimetría de dicha obra, ésta como el
paso litoral del lago uniría las costas nortes del Estado Zulia, aprovechando
el sistema de islas que demarcan la Barra de Maracaibo; asumiendo la necesidad
de una vía alterna al Puente Rafael Urdaneta y objetivamente hablando, me parce
viable una armonización de ambos proyectos, el Dique Endulzador del Lago de
Maracaibo es viable y preferible financieramente para construirse en lugar de un
Puente y Túneles Subterráneos, muchos más complicados y costosos, una
reformulación técnica de la obra del Dique y su ubicación definitiva, con sus
sistemas de exclusas, drenajes y canales de navegación debidamente estudiada,
analizada y concluyente por los expertos en la materia debe abordarse y
construirse.
Es
necesario destacar que ecológicamente, según los entendidos, desde épocas
inmemoriales y antes del dragado de la Barra de Maracaibo para permitir el
acceso y transito de buques de profundo calado, era poca la incidencia de los
niveles de salinidad hacia la parte dulce del estuario lacustre, por las aguas provenientes del Golfo de Venezuela;
igualmente es conveniente estudiar la incidencia ecológica del Dique sobre la
Ciénaga Los Olivitos y la vía terrestre que proseguiría hacia el Estado Falcón.
Esta
mega-obra resulta de ambas propuestas, por demás de una importancia
estratégica, económica y turística para la región y el país; con todas las
implicaciones antes expuestas, cuyo trabajo, proyecto e idea original me he
permitido exponer fielmente, como un razonamiento providencial y un tributo a quién en vida fue el Ing. Pablo Villafañe Angarita.
Abogado José Luis Reyes Montiel.
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