domingo, 28 de febrero de 2016

Monseñor Guillermo Briñez.

El Padre Briñez,
Aquel decembrino, soleado y fresco día 16, en los albores del siglo XX del año 1909, el hogar de los Briñez Valbuena vio nacer en la placida ciudad de Maracaibo, a Guillermo Valentin el tercer vástago de los hijos del señor Pedro Eduardo Briñez y su señora esposa María Chiquinquirá Valbuena, siendo sus hermanos Jesús, Manuel, Daniel, Margarita, Celestina y Josefina Briñez Valbuena. 

Vivió y conoció aquel niño, el que sería sacerdote de la iglesia zuliana, las vivencias de época de la bucólica, portuaria y comercial ciudad de Maracaibo, enseñoreada por sus soleadas calles a la sombra de los frontis de sus casas, enlosados  y de los árboles de sus plazas, por entre el bullicio de sus mercados; quién además era sobrino del popular poeta Antonio Briñez, famoso por su capacidad asombrosa para improvisar versos, aunque también componía Sonetos, siempre tenía el verso a flor de labios. Antonio Bríñez y su inseparable amigo y también versado Francisco Cano eran en esa época los bardos que gozaban de la popularidad y admiración del pueblo marabino. 

Pues bien, el Padre Briñez, como cariñosamente se le nombraba, recibió su educación primaria en el Instituto Vargas de Maracaibo, y por el año de 1923 ingresa e inicia sus estudios en su formación religiosa en el antiguo Seminario Diocesano Santo Tomas de Aquino de nuestra marabina ciudad.

El año 1927 se traslada a la ciudad de Caracas para comenzar sus estudios superiores y ser evaluado  en el Seminario Interdiocesano, ordenándose como sacerdote ese mismo año, el día 10 de junio, otorgándole el sacramento sacerdotal Monseñor Marcos Sergio Godoy, acto efectuado en la iglesia Catedral Metropolitana de Maracaibo; siendo su primera parroquia la iglesia San Bartolomé de Sinamaica, pasando por importantes parroquias zulianas, la Villa del Rosario de Perijá, Machiques y La Cañada de Urdaneta; en todas ellas mejoró las condiciones físicas de sus templos,  ya entonces vetustos desde la época colonial, realizando una serie de bienhechurías arquitectónicas,  dejando un legado y una estela de vivencias, evangelizando el mensaje de Cristo y consolidando la iglesia católica en esos lugares de nuestra geografía regional.

  
Antigua Catedral de Cabimas
Un 14 de Junio de 1952 es encargado de la parroquia de Cabimas, la petrolera, donde se desarrolla una intensa actividad religiosa y remodela en su totalidad su iglesia catedral, y el 23 de Julio de 1965 es nombrado Vicario Auxiliar de la parroquia El Rosario de Cabimas, más tarde sus méritos sacerdotales y su trabajo en beneficio de la comunidad lo hace acreedor a ser designado Vicario General de Cabimas. 

Lamentablemente un 15 de Noviembre de 1972, se nos muere en Maracaibo, a temprana edad de sus 63 años, quién tenía por delante toda una brillante carrera sacerdotal y labor evangelizadora por realizar en nuestra región zuliana. En su honor, fueron trasladados sus restos mortales a la Santa Catedral de Cabimas, donde reposan para el fervor del devoto pueblo de esa región de nuestra costa Oriental del Lago.

Devota feligrecia en la reconstruida y remodelada Catedral de Cabimas,
en sus fiestas patronales de Nuestra Señora del Rosario de Cabimas
en tiempos del  Padre Briñez,
En la ciudad de Cabimas una institución educativa lleva su nombre, la  Escuela Primaria Monseñor Guillermo Briñez, la cual un 16 de noviembre de 1975 se le asigna como epónimo el nombre de Monseñor Guillermo Briñez en su condición de destacado Sacerdote Venezolano y quién en vida fue Vicario General de la Catedral de Cabimas.

Altar, confesionarios y vitrales
de la nave central de la Iglesia Catedral de Cabimas.
Un aspecto del Padre Briñez era su musa poética y musical, heredada seguramente de su genial ancestro y tío Antonio Briñez, pues el eminente sacerdote es el autor de la letra y la música del himno de la Virgen Nuestra Señora del Rosario.

Y para cerrar esta crónica, les comenté el parentesco del Padre Briñez con el poeta repentista Antonio Briñez,  de una capacidad asombrosa para improvisar versos, y que también componía Sonetos de alta relevancia lírica, pero mejor conocido por su vena siempre abierta del verso a flor de labios; en una ocasión escuché de una conversación con mamá, estas esplendidas y brillantes rimas en el recuerdo de mis tíos Trina y Manuel, sabido es como Antonio Briñez y su inseparable compañero de rimas Francisco Cano eran muy populares, y nuestros queridos viejos guardaban celosamente aquellas ocurrentes improvisaciones como parte de su acervo de refranes, dimes y diretes de antaño, resulta que una vez Cano le preguntó en verso a Briñez de este modo, un poco más o menos:

Antonio quisiera oírte
Discernirme y en el instante,
¿Qué misterio tan importante
existe entre la vida y la muerte?

Antonio Briñez le contesto de inmediato:

Entre la vida y la muerte?
ese asunto es tan serio,
Que no me alcanza el criterio
Francisco pa´responderte.

Otro cuento fue el día cuando Antonio Briñez, en su labor de vendedor de café molido, llegó al negocio de un cliente, propietario de aquellas tiendas marabinas, el pulpero le dijo al oído “Antonio esa señora que viene por la calle, es prestamista y además muy usurera, me presta reales de a cinco pa´ dar siete, hácele un verso pa´desquitamela...” entonces Antonio, complaciendo a su cliente le lanza a la vieja esta chanza en verso…

-Dios en el infierno mete
el alma cuando se muera
de la persona usurera
que presta cinco a dar siete-

La vieja prestamista furiosa le replica... “estáis equivocado, pues yo presto cinco a dar seis” Briñez la remató con esta estrofa:

-Tampoco te imaginéis
que Dios del libro te borre,
el mismo peligro corre
quién presta cinco a dar seis-


José Luis Reyes Montiel.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que excelente articulo. Soy nieta de Daniel Antonio Briñez Valbuena.