Rafael José Urdaneta Faria “El
Brillante” como lo exaltó el Libertador Simón Bolívar, siempre firme a sus
órdenes, con él estuvo en el año 1813, ante la vacilante tropa neogranadina,
que se resistía al paso entre Cúcuta al territorio venezolano y como para
convencer a la oficialidad y soldados neogranadinos gritó: “Mi general, si con
dos hombres basta para liberar la patria, pronto estoy acompañar a Usted”, fue
el inicio de la Campaña Admirable a través de los caminos andinos de sus montañas
ese mismo año fatídico del Decreto de Guerra a Muerte en Trujillo, y en su paso
por la ciudad de Mérida es proclamado por su pueblo y por primera vez Bolívar “El
Libertador”, jornada guerrera magistral, donde Urdaneta se queda a resguardo en
la ciudad de Valencia, mientras Bolívar marcha triunfante a la ocupación de la
plaza de Caracas.
Litografía de su original. |
La historia siguió su curso,
Urdaneta devoto militar a las órdenes de Bolívar, se destacó por su faena
militar y como estadista en la política tanto en la Primera República
Granadina, durante la guerra de Independencia y en la República de Colombia (1819-1830).
Seguidor del pensamiento del Libertador Simón Bolívar, fue Urdaneta quien a la
muerte del Libertador, supo defender con dignidad tanto su memoria histórica,
como su legado político.
Como es bien conocido, durante
nuestra guerra de independencia, una sección del Ejercito Libertador de
Venezuela, estaba integrado por la “Legión Británica” oficialidad y tropas,
entre ingleses, irlandeses, escoceses y hasta algunos soldados alemanes, quienes
venían de combatir en los campos de batalla europeos, contra el megalómano Napoleón
Bonaparte y sus franceses, que pretendían dominar sobre el resto de Europa y
crear una confederación de estados napoleónicos.
De aquella oficialidad de la
Legión Británica, dos de sus miembros, dejaron evidencias escritas contentivas
de sus versiones u opiniones referentes a la personalidad del general Rafael
Urdaneta, quien por su educación y temperamento ecuánime, Bolívar le delegó el
mando de dicho cuerpo europeo, razón ésta que facilitó el acercamiento entre los
oficiales británicos y el insigne militar Zuliano.
El primero de éstos, por carta del
año de 1819, George Chesterton, quien
llegó entre los primeros legionarios a Venezuela, pero como otros legionarios terminaron
descontentos por su participación en los frentes de batalla venezolanos y neogranadinos, expresándose
ofensiva e injuriosamente de “El Brillante” General Urdaneta.
Dícese: “El General Urdaneta, al mando de las fuerzas de tierra, escogido,
téngase en cuenta, por el propio Bolívar, era de estatura diminutiva, afeminado
y esclavo de la indolencia. Era un hombre tan inerte y al parecer tan incapaz
que no hubiera sido posible confiar una causa a un caudillo más incompetente.
Era inútil buscar en él un rasgo que lo redimiera: ni la más remota aptitud
para el mando cabía discernir en él. Miserable sensualista, iba a campaña con
dos queridas, y se pasaba el día de la mañana a la noche tumbado en su hamaca,
esclavo de sus mujeres y sus cigarros”.
La segunda publicación, corresponde
al año de 1825, redactada de manos del viajero Charles Stuart Cochrane, quien
publicó un libro de su diario, durante sus viajes por los territorios de la
República de Colombia (1819-1830), pero en ésta obra escrita, discernió con
palabras de respeto y admiración hacia la personalidad del General Urdaneta, por
entonces presidente del Senado colombiano.
“Visité luego al General Urdaneta, Presidente del Senado: de hermosa
figura, agradable y culto: de los oficiales que he visto en este país, es el
que más se asemeja a un oficial europeo. Ha perdido la salud por las fatigas
del servicio, lo que le ha impedido ocupar con regularidad su puesto de
Senador; pero cuando la salud se lo ha permitido, lo ha desempeñado con gran
éxito y talento. Es muy simpático para el público y tiene bastantes
probabilidades de ser algún día elegido Presidente.
Está casado con una dama muy bella, de la familia París, una de las
primeras de la ciudad. Nunca había visto yo atenciones más llenas de bondad y
de afecto para un marido inválido que las hechas por esta señora al suyo. Fue
educada en una buena escuela, bajo la vigilancia de su abuela, la Señora París,
una anciana muy venerable, a quien luego fui a visitar. Estaba rodeada por sus
hijos y nietos colocados en orden alrededor del cuarto: era una escena digna de
los tiempos patriarcales. Toda la familia es hermosa, pero especialmente dos de
los hijos; por su belleza y mejillas rosadas podrían rivalizar con nuestros
niños del norte de Inglaterra.
El General Urdaneta y su señora son generalmente calificados con el
título de elegantes; ellos figurarían muy ventajosamente en nuestro mundo
social. Él es un hombre particularmente buen mozo, de una figura fina, bien
educado y de las maneras más cultas. En el fondo, por lo que al vestido se
refiere, es como cualquiera de nuestros dandis de Hyde Park. Su señora es muy
bella, viva, agradable y luciría ventajosamente en cualquier salón de baile; es
además de ello una excelente esposa”.
Lo trascendente de estos testimonios,
es dejar claro, los aciertos y desaciertos propios de todo ser humano, nuestro héroe
regional y nacional Gral. Rafael Urdaneta, no podría ser diferente, a pesar de
su formación académica y militar, a la idiosincrasia hispana propia de nuestros
personajes históricos, con todas sus virtudes, pero también, con todos sus
defectos.
Abogado JL Reyes Montiel
Textos citados de los señores George Chesterton y Charles
Stuart Cochrane, vistos en el portal “La
Historia 200, Temas de Historia de Venezuela y el mundo”.
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