domingo, 6 de noviembre de 2016

El Sol en mis pestañas.

Noviembre, con sus mañanas frescas lo anuncia con un resplandeciente Sol entre las nubes de las últimas lluvias del año, llegan las brisas y aires de la navidad con la feria y nuestras gaitas, al menos donde aún se dejan escuchar muy a su pesar y bajo la imposición radial del salado vallenato. 

Por el camino venía saludando a la gente gozando la alborada y mi libertad, a pesar de todo y contra todo, la alegría interior se lleva en el alma y en el corazón cuando sentimos el gozo profundo de la compañía del Señor, la presencia de Dios en nuestra existencia.

Sentado y desde la banca del estacionamiento, donde ahora reposo mi llegada a mi lugar de trabajo diario, celebro la salida de esta bella mañana con esta cuadriga del Sol que me saluda, y mirándola través de mis pestañas, se condensan sus resplandores en coloridos destellos cual prisma la descomposición de la luz y en múltiples figuraciones deslumbran mis vista plácida y serenamente, me transportan a tiempos contemplativos cuando miraba el Arco Iris y aún no sabia que era un cuerpo prismático y menos que la luz se turbaba en colores.

Una vez escribí, como la historia del hombre sobre la Tierra ha sido sino una constante complicación, todo un gatuperio, un cambalache como planteaba en mi anterior argumento de la semana pasada, sin embargo la vida nos regala en cada instante oportunidades de disfrutarla y pasarla de la mejor manera, basta la firme voluntad de hacer las cosas bien y con los elementos con los que contamos.

En una ocasión visitando una joven pareja y su bebe, siendo también tiempo de navidad me brindaron refrescos y una galletas, en la humildad del gesto compartimos una amena conversación, sentados todos en el frente de la sencilla casita, el joven muchacho me contaba como iba construyendo su casa, sobre su trabajo y los planes con su bebe y esposa; no hicieron falta manjares especiales ni cócteles para considerar el encuentro como perfecto, solo la breve merienda y la presencia de la joven pareja, mis hijos mi esposa y yo.

En Lucas Capitulo 18, versículos 9 al 14. nos cuenta una parábola de Jesús de Nazaret… «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos.  El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.  Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo. En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!  »Os digo que éste, y no aquél, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Para algunos que, confiando en sí mismos, se creen los muy justos y merecedores, desprecian a los demás en su trato por su aparente religiosidad, alegando una santidad que solo se refleja por sus obras y por su verdadero sentido de arrepentimiento al reconocerse imperfecto, Jesús entonces les conmina en esta parábola, que es un claro caso cotidiano de la vocación del hombre por la lisonja y el decoro aparente, pero poco edificante a los ojos del autentico sentido de la justicia divina.

Recuerdo una canción de Elí Primera, el cantor Paraguanero aún no bien entendido, ni dignamente valorizado y representado su canto… -al ver al viejo descalzo quise darle mis zapatos, y me dijo no hace falta, lo que importa es tu conciencia, no hace falta el ropaje sino distinguir a fondo los que van comiendo dioses y defecando demonios- Cuantos, cuantos, cuantos van por ahí divulgando frases vacías, parafraseando  ideologías que no encuentran eco en su ejemplo ni en su actuar.

Por eso ya no como cuentos, busco verdades, y la encontré en Cristo Jesús, Señor Nuestro. Entonces la vida adquiere nuevos matices y caminos, caminos de luz y entendimiento, de necesario vivir, sin Él todo es tormento, desasosiego y tristeza. Con Él todo cambia y comienzas a ver tu vida así como pasa el Sol en sus reflejos, a través  de tus pestañas en múltiples colores.

JLReyesM.   




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