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Sager Duwaer |
Mamá
durante algún tiempo ejerció la enfermería, prestó sus servicios como auxiliar
del cuerpo de enfermeras del Hospital Quirúrgico de Maracaibo, bajo la
dirección del Dr. Leonardi según ella me contaba, en la edificación que hoy
acoge la actual llamada Maternidad Castillo Plaza.
Mucho
me habló mamá de ese tiempo de su vida, sobre sus horas de guardia nocturnas
hasta el amanecer, sobre el rigor del servicio de enfermería en esos años y del
cuidado de las enfermeras por los pacientes en el control y registro de sus
medicamentos prescrito por los médicos., y sobre todo de la pulcritud del
Hospital Quirúrgico de Maracaibo y el excelente desempeño del Dr. Leonardi como
director de ese centro de salud.
Un buen día, dirigiéndonos mamá y yo al centro de Maracaibo, montados en un carrito de Veritas pasando por el Hospital de Niños, me contó mamá de un desusado programa de asistencia social
llamado popularmente “La Gota de Leche” el cual consistía en suministrar el
vital alimento lácteo a los niños de madres pobres, yo pensaba que manera de
llamarlo así, pero realmente y en efecto así era denominado por sus promotores
iniciales, según me he documentado, las damas zulianas Blanca de Belloso,
Rosario de Mac Gregor, Josefina de Lares y Josefina de D´empaire entre otras
buenas personas, así aparece reseñado en la edición del 8 de octubre de 1921
del Diario Panorama, mediante una fundación que legalmente denominaron “La Gota
de Leche” adquiriendo ese motete en la usanza dialéctica del pueblo maracaibero
y zuliano.
Mas
luego y ya para la época cuando Mamá ejerció la enfermería, funcionaba el
Hospital de Niños tal cual lo conocemos hoy día en su edificación, construido
por el famoso arquitecto de Maracaibo León Hoet, que para la década de los años
1930 el Presidente del Estado Zulia, Gral. Vicencio Pérez Soto, estableció en
un solo centro de salud, los servicios de hospital, clínica de niños pobres y
la gota de leche bajo el nombre del “Instituto Proinfancia” pero la gente de
Maracaibo seguía llamando “La Gota de Leche” a la edificación de lo que hoy día
es el Hospital de Niños situado en el sector Las Veritas de Maracaibo.
Dicho
servicio social siguió prestándose a los niños de madres de bajos recursos
económicos, como departamento del Instituto Proinfancia, puesto a administrar
por una congregación de hermanas religiosas para hacer cumplir a fidelidad dicha
gestión, ya que para recibir el lácteo obligatoriamente los niños debían ser
previamente chequeados por un médico del instituto y prescrita la leche como
necesaria para su alimentación, y las mamás que acudían a ese centro de alud
infantil debían además escuchar una
inducción sobre alimentación y cuidado de sus infantes.
Ahora
bien, originalmente la iniciativa primigenia de la llamada posteriormente “La
Gota de Leche” se debió gracias a la altruista labor de un ciudadano Holandés
entonces empleado de la empresa Boulton, el señor Sager Theodorus Duwaer, quién
se dedicó en persona y paradito en las puertas de la antigua Clínica de Niños
Pobres de Maracaibo, a conceder dos bolívares y provisionar un pote de leche a los
infantes hospitalizados de madres de escasos recursos económicos, según relata
el Dr. Germán Cardozo en su publicación que guarda la historia del Hospital de
Niños de Maracaibo; del señor Duwaer cuyo busto se encuentra en un recodo del actual
edificio, como silente custodio protector de los niños del Zulia, nadie sabe
nadie supo su destino, pero lo cierto es que su desinteresado propósito quedó
como digna tarea a emular y en especial para aquellos bajo cuya responsabilidad
reposa el quehacer social en nuestra ciudad.
JLReyesMontiel.
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