sábado, 3 de agosto de 2024

Libertaria Redención.


Foto de ese mágico momento,
desde mi viejo celular BlackBerry.

Aquella mañana fresca de febrero, unas Abejas revolotean entorno las flores, libando el polen de sus cálices, me regalan su presencia en las calles tristes de mi ciudad, ella mi amada esposa, me acompañaba como siempre, cuando detuvo nuestro caminar la escena frugal de la mágica polinización, con la humildad consagrada en las cosas más sencillas.

El Sol a medio cielo cortejó la sublime estadía, veníamos de algún Café solitario de nuestra ciudad apagada, todo es un silencio vago en mi ciudad antes bulliciosa, un silencio inmuto lleno de contradicciones que solo viven las sociedades en crisis.

Te extraño ciudad mía, cuando en el silencio de mi hogar, espero las horas nonas para refugiarme bajo la sombra cándida de los árboles y ante el gozo de la brisa fresca, agitando sus hojas con el rumor místico de almas penitentes, susurraba el viento, en el abandonado parque adyacente al edificio donde residí por última vez, en la ciudad del Sol Amada.

Te extraño ciudad mía, aquellos lugares preferidos y ausentes, estas presente cada mañana florecida, trasmutado llegó a tu encuentro, entre los brazos de tus arcanos me amparo, como me entregué tantas veces al regazo de mi madre, abrumado por la distancia espacial y el tiempo que me hiere, me hace falta tu Sol, me sofoca éste frío antártico que hiela mi sangre, en éstos confines australes de la patria grande americana.

Estás presente, con tu inclemente Sol fútilmente sometida y doblegada, se acerca el día cuando vuelvan sus rayos libertarios, tras las nubes despejando tu Astro Soberano, cuando la libertad sublime redima la afrenta de la vil traición, entonces volveré, como vuelven las abejas a libar tus flores en la mañana.

JLReyesMontiel.








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