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Fraín Cesar Reyes Labarca. |
La
primera vez que escuche el popular diminutivo de mi hermano fue en mi casa de la
calle Venezuela, situada detrás de la basílica de San Juan de Dios, donde se aloja el la reliquia del retablo
de Nuestra Señora de la Chiquinquirá.
Mi madre, aquel día, me dijo: -Tu papá va a traer a tu hermano "Pascualito" para que pase con nosotros sus vacaciones; mi padre, tenía por primer nombre de pila
bautismal Pascual, por esos tiempos todo un personaje en la populosa barriada de Santa Lucia, pues fue propietario de la molienda “La India” en plena esquina de la calle Casanova (calle 88 con Av. 3), siendo así hizo llamar a su hijo, mi hermano, con el alias “Pascualito” haciendo
referencia directa a su onomástico.
Realmente
su nombre es Efraín Cesar, pero por uno de esos errores de los amanuenses de
nuestras oficinas de registro civil le colocaron en el libro “Frain” y así se
quedó, Frain Cesar Reyes Labarca, mi hermano.
Papá
y yo íbamos a visitarlo en casa de su abuela la señora Matilde que vivía al
fondo de la casa de su señora madre Luzmila Labarca, hasta aquellos días durante sus vacaciones escolares del año 1964, donde familiarizamos más como hermanos en la casa de nuestro padre Pascual Reyes Albornoz.
A los pocos años para 1966, papá, mamá, mi hermana Sara y yo, para entonces residenciados en la casa de Tierra Negra, entre la calle 69A y 13, también propiedad de nuestro difunto padre Pascual Reyes Albornoz; para mediados del año 1967, papá enfermó de su corazón y en su convalecencia Pascualito durmió en varias ocasiones en esa otra casa, otrora una edificación antañona, Pascualito muy echador de bromas y de muy buen humor, me hacia reír con su ocurrencias: Resulta que en esa casa entre el tejado del techo, las varas, horcones y el cielo raso se guarecían muchos Murciélagos, el caso fue que importunaron el sueño de mi hermano Pascualito pues según me contó de esa noche de desvelos: -Batman pasó toda la noche aleteando entre las cabulleras de su Hamaca...
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Pascualito carajito
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Pascualito comenzó a trabajar muy joven, manifestándole a nuestro padre su voluntad de dedicarse al trabajo productivo, después de emanciparse, Pascualito inició sus labores como vendedor-operario en la Diveco, una empresa impermeabilizadora y distribuidora de productos asfálticos para casas y edificaciones, situada en las inmediaciones de la avenida El Milagro de Maracaibo.
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Pascual Reyes Albornoz (Papá) con Pascualito
(Fraín Cesar Reyes Labarca)
a orillas de nuestro lago en el corredor balaustrado
de la Plaza del Buen Maestro, Maracaibo. |
Papá
fallece el 1ero. de Octubre del año 1967, tenía yo 7 años de edad, mi hermana Sara 14 años, nuestro hermano Pascualito no dejó de acompañarnos durante esos tristes días, recuerdo
el semblante quebrantado de Pascualito, el día que mamá le pidió el favor de trasladarnos a Sara
y a mi de regreso a casa desde la Clínica Amado donde murió papa, en el trayecto, Pascualito manejó una
camioneta Chevrolet Apache propiedad de la compañía Diveco donde trabajaba; mamá se había
quedado en la clínica esperando la salida del cuerpo de nuestro padre para llevarlo hasta la casa para la realización de sus exequias.
Al llegar a casa, todo fue confusión y consternación, mamá llorando, Sara llorando, mis otros hermanos Miguel, Gilberto y Tarcila llorando, todos ante el cuerpo sin vida de nuestro amado padre, mi otra hermana Nelly Reyes de Morillo, estaría por llegar de la ciudad de Caracas donde residía la familia Morillo Reyes.
Yo pasaba por entre las piernas de los presentes, quienes por el dolor de la partida de papá, no notaban mi presencia, carajito entonces y medio escondido, desde la puerta del cuarto de papa vi con denuedo su cuerpo colocado sobre una camilla y el modo como era preparado con total frialdad por el empleado de la funeraria, una aguja inmensa introducía sobre el abdomen de papá y un liquido vació en su cuerpo, al terminarse todo el fluido del frasco dispensador, retiro la punzante aguja, y varios que ahí estaban colocaron el cuerpo inerte de mi padre dentro de su ataúd... Esas imágenes, perduran como una impronta en mi memoria, modificaron para siempre mi personalidad volviendo introvertido y pensativo.
Hasta
aquí un recuerdo inalterado e imborrable, tan agudo y lacerante, punzante e
hiriente como la aguja sobre el abdomen de mi padre, en
el marco lúgubre de esos días, el recuerdo de la presencia de mi hermano
Pascualito fue un respiro agradable a la soledad y tristeza postrimera, en sus frecuentes visitas a casa, con sus
charadas y bromas, nos hacía reír, además estuvo pendiente de nuestras carencias y emergencias familiares, apoyó a mi madre en todo lo que pudiera estar a su mano resolver, y eso era bastante ante la repentina ausencia
de papá.
Pascualito en vida, honró siempre la memoria de nuestro difunto padre Pascual Reyes Albornoz, como buen padre, afectuoso con sus hijos, hombre de bien y honrado, comerciante y productivo, propietario y molendero, afirmando Pascualito que ese fue el camino que él decidió transitar como objetivo existencial, siguiendo el ejemplo de nuestro padre.
Pascualito partió al cosmos infinito un 25 de agosto del año 2024, murió mientras dormía y en paz, en el silencio recóndito de su habitación solitaria, murió cristianamente, por su devoción Católica Mariana, Chiquinquireño de arraigo, jamás quiso dejar atrás su tierra venezolana, eso lo aprendió de nuestro difunto padre, decía con orgullo, mucho discutimos mi decisión de venirme a tierras australes, esperando algún regreso con frecuencia conversamos por video-llamada, nos hicimos seguimiento y compartimos la esperanza de volvernos a encontrar sobre una nueva Venezuela libre y en democracia.

La luz perpetua con la Bendición del Padre Celestial, sea para ti hermano mío, hoy modifico con nostálgicos sentimientos éstas líneas escritas, que te dediqué años atrás, en éste mi Libro de Apuntes, aquel día 3 de Agosto del año 2018, entonces aún me encontraba sobre ese añorado suelo Zuliano, nuestro terruño amado, y en la distancia entre Maracaibo y Mérida, donde residías y desde donde cada Navidad y Fin de Año regresabas a Maracaibo al encuentro con familiares y amigos, para el abrazo fraternal que siempre nos dimos a pesar de todo y ante cualquier desencuentro propio entre hermanos, te amo y recuerdo hermano, Descansa en paz.
JLReyesMontiel.
Fototeca
Encuentro celebrando Mercedes y José Luis, nuestro aniversario de bodas.
Diciembre del año 2018, último año en Maracaibo, Zulia.
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Sara, Pascualito y yo.
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Pascualito, yo, Mercedes, Geramel (Cuñado) Frana mi sobrina hija de Pascualito y Sara mi hermana.
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Ender Olivares y Sara mi hermana. |
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Los celebrantes Mercedes y José Luis.
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Preparando el Sancocho de ese día de nuestro aniversario de bodas. |